Capítulo 1: Omega al mando

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Sentía que en cualquier momento lloraría, nadie decía nada, solo estaban ahí, mirándome fijamente, esperando a que cometiera un error, para burlarse de mí, y si eso pasaba defraudaria a papá de la peor manera posible.

Tal vez se estén preguntando de que hablo, así que les contare que era de mi vida en estos últimos días, para ser más exacta desde que mi padre me dijo que se retiraría de la empresa, y esta quedaría a mi cargo, pues era la hermana mayor, de mis cinco hermanos, y era la única que ya había terminado sus estudios.

Nueve días atrás...

Estábamos sentados en la oficina de papá, frente a frente, mientras mamá dejaba un café frente a él, y un té frente mío, retirándose después de dejar nuestra bebidas correspondientes, mientras todo el lugar estaba en un silencio aterrador, pues hasta ahora mi padre no había dicho nada, y solo firmaba los papeles que estaban en su escritorio.

–.Bien...–. Comenzó a hablar después de unos segundos, haciéndome suspirar de alivio, pues sentía que si seguíamos así me iba a morir de la desesperación –.Lamento hacerte venir tan temprano a mi despacho cariño, pero tengo algo muy importante que contarte, y necesitaba que vinieras lo más pronto posible–. En este momento yo ya estaba asustada, pues nunca lo había visto tan serio, siempre que estaba en casa era sonrisitas y abrazos, pero esta vez era el señor Kim.

–.Papá me estás poniendo nerviosa, ya dime que sucede–. Le pedí con desesperación, mordiendo mis labios con algo de fuerza, pues no estaba entendiendo nada de lo que estaba pasando en este momento.

–.No es nada grave cariño, así que deja de morderte los labios, y escúchame con atención–. Aún con el cariño que me habló, estaba la firmeza que siempre usaba con sus agentes, y con nosotros cuando nos llamaba la atención –.Es tiempo de retirarme, ya estoy viejo, y quiero disfrutar de esta etapa al lado de tu madre–. Por un momento crei que estaba jugando, pero al ver la determinación en su rostro, me di cuenta que ya había tomado su decisión, y no había marcha atrás –.Se que te debes de estar cuestionando el porqué te cite, pero a eso voy... hija a llegado la hora de que tomes el lugar que te mereces en la agencias–. Y ahí entendí el porqué de mi llamada.

Por unos minutos me quedé callada, analizando lo que acababa de decir, viendo mis manos con atención, pues no sabia que decir, pero sabia que debía apoyar a mi padre en esta decisión tan importante que hizo, y sabia que yo era la única que podía ayudarlo por ahora.

Cinco horas antes...

La alarma sonó a las 5:00 de la mañana, haciendo que me queje por lo temprano que era, pero sabia que de ahora en adelante esta seria mi hora de despertar, aunque agradecía que los sábados y domingos solo trabajan los agentes que tenían trabajos pendientes o alguna misión para esos días.

Tome una ducha rápida, pues aún tenía que arreglarme y desayunar, o si no se me haría demasiado tarde para llegar a tiempo a mi nuevo trabajo.

–.Okey, estoy lista–. Sonreí hacia mi reflejo, tratando de animarme a mi misma, pues no tenía el valor para decirle a mi padre que estaba nerviosa.

Baje casi corriendo al primer piso, sonriendo al escuchar todo el alboroto en el comedor lo que me daba a entender que ya todos se encontraban en la mesa.

–.Buenos días familia–. Deje un beso en la mejilla de mi madre y mi padre, para solo sonreírle a mis hermanos, y ahora si tomar mi asiento en medio de todos ellos.

El desayuno estuvo de maravilla, haciéndome olvidar de lo que sucedería hoy en la compañía familiar, y olvidando que de ahora en adelante yo seria la jefa de la mejor agencia de todo Corea.

Al ver que ya eran las 7:30 de la mañana salí corriendo hacia mi auto, pues tenía que llegar a las 7:50 e ir hacia la oficina de papá, y acomodar todas mis cosas antes de las 10:00 am, para estar a tiempo en la junta que daría para presentarme formalmente como la nueva al mando.

Apenas puse un pie en la empresa, y me di cuenta que aún no había llegado la mayoría del personal, lo que me quito un peso de encima, pues así tenía tiempo para hacer mi discurso y no equivocarme en lo que iba a decir frente a todos.

Diez minutos antes...

Estaba frente a la oficina de reuniones, tratando de tranquilizarme, pues no queria decir nada fuera de lugar en la junta, o equivocarme al presentarme.

Abrí las puertas, sintiendo la mirada de todos en mi, caminando con precaución y timidez hasta la silla que estaba en la punta, aclarando mi garganta en un volumen bajo, pues no quería llamar mucho la atención y menos por esto.

–.Buenos días... mi nombre es Kim Yong Sun, pero me pueden decir Solar–. Mi voz salió en un tono bajo, pero audible, lo suficiente como para que todos en la sala me escucharan a la perfección.

Habían pasado más de cinco minutos, y nadie decía nada, sintiendo el pánico que tanto odiaba, y la verdad no sabia que decir para romper la incomodidad.

Estaba apunto de hablar, cuando alguien más tomó la palabra, suspirando de alivio, para después levantar mi rostro, y ver a la chica más atemorizante que había visto en toda mi vida, pasando pesadamente la saliva que se había acumulado en mi.

Dulce Agencia ( Hwasun )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora