Capítulo 2: Giro inesperado

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Nos encontrábamos frente al jefe en la sala de juntas, esperando la tan mencionada noticia que nos había dicho el señor Kim hace una semana, y justo hasta ahora estábamos aquí, viendo el típico rostro tan serio de nuestro CEO, pero esta vez se le notaba la mirada triste, lo que me daba a entender que estas serían malas noticias para nosotros los agentes.

–.Agende esta reunión para presentarles formalmente mi retiró–. Apenas soltó eso y todos comenzaron a susurrarse cosas entre ellos, de seguro preguntándose el porqué de esa decisión, aunque yo preferí esperar a que terminara de hablar, pues estaba segura de que tenía un buen motivo para hacerlo –. Calma chicos, no pasa nada malo, solo a llegado el momento de que me tome mi merecido descanso, y disfrute de mi vida al lado de mi esposa, para así retomar las energías suficientes para la llegada de mis nietos–. Trato de bromear un poco, ya que así el ambiente tan pesado se iría de todos nosotros –. Lamento informarselos hasta ahora, pero tuve que hablar con la persona que me reemplazaría, y justo el fin de semana acepto mi propuesta, así que mi retiro ya está cien porciento confirmado, y desde el Lunes conocerán a quien estará a la cabecera de todo esto–. Tenia una mueca en mi rostro, pues en ningún momento había dicho su nombre, o siquiera su género, fue muy abierto en este tema, y algo en mi me decía que nadie sabría de quien hablaba hasta el día Lunes en la junta de presentación –.Eso seria todo por hoy, pueden retirarse a sus puestos–. Sin esperar respuestas, o reclamos, se puso de pie y camino hacia la salida, dándonos a entender que esta conversación se había terminado.

Los cuchicheos se hicieron más fuertes, pues la mayoría, por no decir todos, estábamos sedientos de información, y solo teníamos que alguien más vendría a cambiar todo, y no sabíamos si era alguno de sus hijos, o alguna otra persona que no tenía mucha familiaridad con el jefe.

Una semana después...

La alarma sonó a las 5:00 de la mañana, haciéndome levantarme sin pensarlo un poco, dejando un casto beso en la frente de mi linda omega, para después bajar al gimnasio que estaba en la planta baja del edificio donde vivía, ya que esto se había echo parte primordial de mi rutina diaria.

Como siempre hice 45 minutos de ejercicio, viendo a Wheein en bata de baño, mientras secaba su cabello con tranquilidad, haciéndome morder mi labio inferior por lo ardiente que se veía con esa pequeña prenda, que no dejaba mucho a la imaginación, así que me acerqué por atrás, tomando su cintura entre mis manos, para comenzar a dejar pequeños y traviesos besos en toda la extensión de su cuello, oliendo el delicioso aroma que tanto me gustaba y me volvía loca.

–.Buenos días amor~ Hable con la voz más ronca de lo normal, para después dejar una mordidita en donde debía de ir mi marca, escuchando un gemido algo quedito, como si tuviera vergüenza de que alguien más nos escuchara.

–.Hyejin aquí no, ya es tarde–. Hablo con algo de molestia, separándose de mi de manera rápida, para después señalarme el baño, lo que me indico que quería que ya me metiera a bañar.

No dije nada, pero al estar dentro de este azote la puerta con algo de fuerza, pues últimamente ella estaba muy distante de mi, y eso me dolía, me dolia demasiado y más por que ella era mi destino, era mi pareja, pero parecía que algo la irritaba, y no sabia que era eso, por lo que me sentía defraudada y con mi orgullo herido.

Me tomé una ducha de media hora, arreglandome un poco, para después bajar a tomar una manzana y una botella de agua, escapando así del terrible desayuno que seguramente tendríamos ella y yo.

Eran las 8:10 a.m. cuando ya estaba en mi oficina, tratando de tranquilizarme un poco del coraje que aún tenía, encerrando me en el trabajo pendiente que tenía, activando una alarma para las 9:50, pues a las 10:00 teníamos la junta para recibir a nuestro nuevo CEO.

Me di cuenta que el tiempo pasó muy rápido, cuando escuche el típico sonidito de la estúpida alarma, tallando mi rostro con frustración, y así no tener cara de perro rabioso frente a mi nuevo patrón.

–.Buenos días chicos–. Salude a todos los que se encontraban en la sala, pues llevaba una muy buena relación laboral con todos mis compañeros, incluso me atrevería a decir que tenía uno que otro amigo de la agencia.

Recibí un buenos días de todos a la vez, sentandome en la otra punta de la gran mesa, pues ese es mi lugar, o bueno, lo será hasta que el nuevo dueño diga todo lo contrario, y ponga a alguien más en mi lugar, y a mi me mueva a uno inferior.

El murmullo de todos seso cuando oímos la puerta de la oficina ser abierta, haciéndonos a todos abrir los ojos de par en par, al ver a una omega llena de timidez, y con un olor muy empalagoso.

–.Buenos días... mi nombre es Kim Yong Sun, pero me pueden decir Solar–. Al escuchar el tono tan dulce, y la manera tan tímida al hablar, todos nos quedamos callados, estaba seguro de que nadie sabía que decir en estos momentos, incluso la sala se llenó de un silencio incómodo.

–.Buenos días, soy Ahn Hye Jin, mejor conocida como Hwasa, agente al mando de la empresa–. Me presenté, haciendo que el silencio terminara, y todos comenzaran a presentarse poco a poco.

Al regresar mi mirada hacia la señorita Yong Sun, pero vi como evitaba mi mirada a toda costa, haciéndome entender el gran giro de 180 grados que tendría la empresa de hoy en adelante.

Dulce Agencia ( Hwasun )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora