Capítulo 16

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Por primera vez en mucho tiempo, los ojos de Eddie se abren bruscamente debido al miedo. Se sienta rápidamente, observando su entorno antes de calmarse, la pesadilla ya está desvaneciéndose de su memoria.

Estaba en su habitación, pero no recordaba el haberse acostado. Lo último que recuerda fue estar escribiendo en su cuaderno después de la cena...

Mira hacia su escritorio y siente un breve pánico cuando se da cuenta de que el cuaderno ya no está. Se levanta, se mueve tan rápido que se marea y se balancea un poco. Antes de que pueda comenzar a destrozar su escritorio con el fin de encontrar el cuaderno, lo ve tirado en el suelo.

Suspirando, lo levanta. Debió haberlo tirado cuando se durmió. Lo guarda de nuevo en el cajón y se viste para el día. Ya era casi mediodía; había dormido mucho tiempo. Obviamente tampoco se había cepillado los dientes, había un sabor desagradable en su boca.

Después de un rápido viaje al baño, baja las escaleras. Oye a Sonia tarareando para sí misma. Cuando lo ve, ella exclama: —¡Eddie! ¿Te sientes bien? Tuve que llevarte a tu cama anoche, estabas tumbado sobre tu escritorio. Eso no puede ser bueno para tu espalda.

Eddie no podía recordar eso en lo absoluto. Debe haber estado realmente cansado. —Estoy bien, mamá. Voy a salir con algunos de mis amigos hoy.— Se asegura de decirlo como una declaración, no como una pregunta, ya ha cometido ese error muchas veces en su vida.

Ella no parece estar de mal humor, por lo que solo le pide un beso de despedida y le recuerda que vuelva a llenar su pastillero, para que no se olvide de tomar sus pastillas.

Él sonríe y asiente, ya que esta era la mejor manera de tratar con ella. En realidad, no había tomado una sola pastilla desde su salto en el tiempo. Sin embargo, tendría que recordar volver a llenar el pastillero, no vaya a ser que ella tuviera ganas de fisgonear algún día.

La sonrisa se congela en su rostro cuando el dolor comienza de nuevo. Si esto empeoraba, tal vez se tomaría una aspirina.

Eddie sale rápidamente después de eso, sin querer que Sonia sospeche nada. Antes de que siquiera camine hacia su bicicleta, ve a Mike esperando al final del camino de entrada.

Eddie rápidamente toma su bicicleta y se acerca a él —Lo siento, ¿estuviste esperando desde hace mucho?

—Ah, no. Estaba a punto de subir y tocar, pero no estaba seguro de si debía hacerlo. Tu madre parece un poco...

Una extraña felicidad florece en el pecho de Eddie, principalmente por la comprensión en los ojos de Mike, la cálida sensación aleja el dolor —Lo sé. Probablemente fue mejor que no la conocieras.

Mike asiente, frotándose los brazos distraídamente, como para deshacerse de la piel de gallina, excepto que hacía tanto calor que Eddie tuvo que quitarse el sudor de la frente al menos dos veces.

—Vámonos entonces, tengo algunas cosas que podemos ver en la casa de Ben.

Es entonces cuando Eddie nota la cartera en la cesta de Mike. Los papeles se deslizaban fuera de esta ligeramente.

¿El ritual?

—Si, vámonos.— Eddie empieza a pedalear y arranca, ansioso.

Las cosas finalmente se estaban moviendo. Eddie se pregunta si podría derrotar a Eso con Mike, Ben y Bev. Entonces podría reconciliarse con los demás y tal vez decirles un "Te lo dije".

Pero tal vez Pennywise sería más fácil de derrotar si siguieran estando todos juntos. Siempre era mejor tener un número mayor, ¿no?

Llegan a la casa de Ben, ni siquiera tienen la oportunidad de bajar de sus bicicletas antes de que la puerta se abra y Bev salga para saludarlos.

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