【04】

174 9 63
                                    

ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡ೃ࿐♡

Fingir. Era una palabra que Jessica siempre había detestado. La falsedad era algo que rehuía con todas sus fuerzas, aunque con el tiempo había aprendido que, en ciertas ocasiones, la verdad podía ser más cruel que una mentira piadosa. No obstante, su aversión a fingir nunca desapareció del todo. Todo dependía de la situación; si se encontraba en una encrucijada en la que la verdad pudiera herir a alguien, su conciencia la obligaba a sopesar si valía la pena. A menudo, fracasaba al intentar ocultar la verdad, incapaz de traicionar su naturaleza honesta, pero cuando lo lograba, era solo porque se convencía de que estaba protegiendo a los demás de un dolor innecesario.

Su padre siempre le había dicho: "Hasta que lo sientas, finge". Aquellas palabras resonaban en su mente ahora más que nunca. Fingir confianza, fingir tranquilidad, fingir que no estaba nerviosa al borde de vomitar. ¿Cómo iba a fingir, justo ahora, cuando cada fibra de su ser gritaba por salir corriendo? La idea de la cita la había emocionado durante toda la semana, cada pensamiento suyo giraba en torno a Lukas, pero ahora, enfrentada a la realidad, el temor la paralizaba. No era que no quisiera ir; de hecho, anhelaba ese momento con desesperación, pero el miedo a estropearlo todo la consumía.

Jesse, su hermano mayor, descansaba despreocupado en su cama, observando la lucha interna de su hermana con una mezcla de diversión y cariño. La conocía demasiado bien como para no notar la ansiedad que la estaba dominando.

—Vamos, Jessica, no es tan difícil. Es solo un chico —dijo Jesse lanzándole un cojín rojo y redondo, intentando aliviar la tensión en el ambiente.

Jessica atrapó el cojín y, con una mirada fulminante, se lo devolvió. Jesse, riendo, lo usó como almohada, recostando su cabeza con una despreocupación que Jessica envidiaba profundamente.

—Para ti es fácil decirlo. Tú y Petra ya han tenido citas antes, ya lo has superado —contestó ella, girándose hacia el espejo. Frente a ella colgaba una blusa azul marino, aún en su gancho, que levantó para observarla contra su cuerpo.

A pesar de haber crecido en una familia adinerada y haber sido expuesta a innumerables eventos sociales junto a sus padres y hermanos, Jessica nunca se había considerado una persona sociable. Siempre había preferido la soledad de su habitación, expresando sus emociones a través de la música que componía, escondida del bullicio del mundo exterior. Nunca antes había tenido una cita, y el peso de las expectativas sobre sus hombros se sentía abrumador. Desde que comprendió lo que significaba liderar la Ciudad junto a su hermano, la responsabilidad había sido una carga constante, y ahora, esa carga se manifestaba en forma de nervios y dudas.

—¿Todo está en orden, linda? —La voz suave de su madre, Isabela, la sacó de sus pensamientos. Había entrado en la habitación en silencio, como si no quisiera interrumpir, pero el vínculo que compartía con su hija le había revelado que Jessica necesitaba apoyo.

Jessica dejó la blusa a un lado y, sin decir una palabra, caminó hacia su madre, buscando el refugio de sus brazos. Se abrazó a ella, sintiendo el consuelo inmediato que solo una madre puede proporcionar. Isabela, con una sonrisa comprensiva, comenzó a acariciar la cabellera rizada de su hija, mientras recostaba su mejilla en la cabeza de Jessica. Era un gesto que siempre había tenido el poder de calmarla.

—¿Quieres echar un vistazo a mi clóset? —ofreció Isabela después de un momento, separándose del abrazo, pero manteniendo el contacto visual.

Jessica sonrió, aunque con un toque de nerviosismo. —Tu clóset me asusta un poco, mamá —bromeó, aunque en parte era cierto.

Jesse, desde la cama, no pudo evitar comentar. —Jessica tiene razón. Parece un carnaval andante.

Isabela se cruzó de brazos y fingió estar ofendida. —No hay nada de malo en vestirse con un poco de color de vez en cuando. Además, es una cita. Tienes que destacar.

𝓜𝓒𝓢𝓜 𝓛𝓾𝓴𝓮𝓼𝓼𝓮 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬 - 𝓘𝓯 𝓘 𝓭𝓮𝓬𝓲𝓭𝓮 𝓼𝓽𝓪𝔂...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora