Narra Abigail
Sentí como cada uno de mis músculos se tensó y mi corazón latía a prisa, trataba de procesar las palabras de la madre de Laura en busca de la mejor respuesta posible. No hallaba nada que me pareciera lo suficientemente convincente. Atiné a poner una cara totalmente desconcertada ante su comentario, rogando se retractase de inmediato. Fue Iván quien la sacó del trance de estudiarme.
—" Cariño, no es ella." — Agregó el hombre de cabello castaño. Laura y su hermana me miraron sin comprender nada de lo que estaba pasando.
—"Disculpe, le confundí con otra persona."— Agregó Victoria y volvió a su asiento. Caminé con toda la calma posible hasta llegar a Rodrigo, quien no se había dado cuenta de nada. Sentía que en cualquier momento mis piernas perderían la fuerza para poder sostenerme. Agradecí a lo que sea que me haya salvado de esto.
Narra Laura
— "¿Podrían explicarme qué fue eso? "— Insistí trayendo su atención hacia mi. No entendía nada, ¿con quien estaba confundiendo a la profesora? por mucho que pensaba, no tenía sentido.
—" No fue nada. Pensé que era una vieja amiga." — Mamá zanjó el tema y mi padre le apoyó. Preferí no continuar haciendo preguntas aunque no me tragué para nada su cuento.
—"Debieron ir al partido ayer, fue muy emocionante." — Mi hermana trató de cambiar el tema, lo cual internamente agradecí. Parecía haber cierta tensión en el rostro de mis padres.
—" El fútbol es un deporte para hombres." — Reviré los ojos ante el comentario de mi madre.
—" No es verdad. Muchas mujeres son grandes deportistas. Justo como Laura." — El comentario pareció darle mucha risa a mi padre, mamá me miró irritada antes de su siguiente intervención.
—"Es un deporte muy violento y si no, entonces por qué tu hermana tiene una herida en la pierna."— Mi padre asintió con la cabeza, me crucé de brazos e hice lo posible por mantenerme callada. Deseaba decirle cuán equivocada estaba, sin embargo, después de varias discusiones, esa parte de mi que consideraba importante luchar por las cosas que amaba había desaparecido ante mis padres. Sabía que era inútil hablar con ellos ya que jamás entrarían en razón, como si lo único correcto era lo que ellos pensaban.
—"Déjalo Lucía. ¿Quieres ir al cine después?" — Los ojos de mi hermana brillaron y una modesta sonrisa vino a sus labios. Ella es la mujer que más amo, sentía una gran necesidad de proteger a mi hermana, no dejaría que ella se volviera tan fría y cuadrada como nuestros padres.
—" Hay una película que me muero por ver"— Comentó emocionada. Tal reacción me hizo reír.
En un movimiento, mi madre me dio las llaves del auto. Me dijo que volviera a casa con cuidado y que ella y papá se irían ahora. Era fantástico poder deshacerme de ellos tan pronto, estos intentos por ser la familia perfecta me enferman, en verdad tengo mejores cosas que hacer un sábado que pasarla con ellos. Media hora más tarde, me encontraba comprando palomitas con Lucía, quien había elegido una película de terror.
—" Sé que no te gusta pasar tiempo con ellos, pero agradezco me incluyas en tus planes." — Sonreí ante el comentario, ella era una pequeña mujercita dulce y sincera, no tenía nada en común con nuestros progenitores.
—"Tú siempre vas a mis partidos, además me divierto mucho contigo." — Le guiñé el ojo mientras acomodaba las palomitas en la bandeja.
—"No sé como puedes aguantar los constantes reproches de mamá y papá."— Se cruzó de brazos en tanto comenzamos a caminar hacia la sala donde sería proyectada la película.
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Prohibido (MODIFICADO)
RomantiekLos enigmas del pasado, demasiadas preguntas y una sola respuesta: Laura. Todos los derechos reservados.