🌱 Capítulo 4

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—¡Lee Minho! — exclamó, caminando hacia un muchacho que al verlo  comenzó a acelerar su paso, dando la impresión de estar huyendo. Felix resopló y comenzó a perseguir al chico. —¡Lo lamento!

Tuvo que esquivar a media universidad y casi lo pierde de vista un par de veces, sobretodo cuando Minho decidió que esconderse detrás del equipo de baloncesto era una buena idea. Y la fue, de no ser porque él conocía a uno de los jugadores, quien no tardó en saludarlo efusivamente, delatando su escondite. Luego de un largo rato jugando al gato y el ratón, Felix lo interceptó saliendo de la  biblioteca, tomándolo por el cuello de la camisa.

—¡Felix! No te vi —trató de hacerse el desentendido. —¿Cómo estas?

—Eres peor que un puto ratón.

—¿De qué hablas? —el castaño alzó una ceja y Minho tuvo que rendirse. —Bien, lo admito, estaba escapando de ti.

—¡Pero grité que lo sentía! —soltó al chico y  pasó una de sus manos por la cabeza ajena, despeinando el cabello del mayor —no puedes seguir molesto conmigo.

—Díselo a mi cadáver cuando mis padres se enteren del enorme cero que  tendré —molesto, retiró de un manotazo las manos de Felix y volvió a  acomodar su cabello. —Tuve suerte al convencer a Park para que no lo  reporte en dirección o ya hubiera muerto.

—Estas exagerando, sólo tienes que esforzarte para los próximos exámenes y será como si esa nota nunca hubiese existido.

—¿Es una broma? ¡Tengo que sacar 20! ¡En el puto curso de Park! ¡Es imposible! ¡Y es todo tu maldita culpa!

Soltó un bostezo y negó con la manos. —Nunca te obligué a hacer nada, tú solito quisiste ayudar cuando te enteraste que  ello significaba pasar tiempo con Hyunjin —el muchacho se sonrojó. —Así que no es mi culpa, es la de Jin.

—Te... Te odio.

—Pero basta de ello, te ayudaré, sé cómo manejar a Park.

A decir verdad, Felix ya había arreglado la  situación de Minho, sólo que este último no debía enterarse... aún.

—¿A cambio de qué?  —preguntó desconfiado.

—Me siento indignado —tocó su pecho como si lo hubieran acuchillado. —¿Piensas que todo lo hago por interés?, estás equivocado —dio una gran bocanada de aire. —Sin embargo, ahora que lo mencionas...

—¡Lo sabía! Sabes, puedes meterte lo que sea que planeas en el trasero —se quitó los lentes, otorgándole una de sus  famosas miradas siniestras. —No voy a involucrarme en tus planes nunca  más. ¡No hay manera que lo haga!

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—Debes confiar mucho en Felix para estar aquí otra vez —Minho asintió  levemente mientras internamente, se reprochaba el ser tan débil.

"Tendrás una cita con Hyunjin a cambio; en su  apartamento. Los dejaré a solas, apuesto que va a querer desahogarse con  un par de cervezas, peleó con Miyeon. ¿Ya te mencioné que Hyunjin se pone  un tanto cariñoso cuando bebe?"

Iba a negarse, en serio iba a decir "NO", pero era una oportunidad única.

Lee Minho, había sido hasta hace un par de años  un don nadie, el típico cerebrito que no tenía amigos y vivía enamorado de aquel chico popular, es decir, Hwang Hyunjin. El pálido fue su amor platónico desde la secundaria. Había asistido a la misma secundaria de Felix y Hyunjin, claro que nunca les había hablado; hasta que un día se tropezó y unos fuertes brazos evitaron que su rostro se estampara contra el suelo, luego una hermosa sonrisa le fue obsequiada y tocaron su mejilla  preguntando si se encontraba estaba bien.

A partir de ese momento, quedó completamente enamorado de Hyunjin, viéndolo desde las sombras, oculto a la vista de todos. Nadie podía saber acerca de sus sentimientos hacia el muchacho, no cuando tenía una  novia perfecta y algunos idiotas molestaban a Felix por ser  homosexual. Si eran así con el mejor amigo de la estrella de la escuela,  a él lo destruirían.

Pensó que una vez en la universidad podría  olvidarlo, pero fue lo contrario, al estudiar Lengua, se cruzaba a diario con el palido. Y todo empeoró o tal vez mejoró cuando Felix se dio cuenta de su afecto, ello hizo que se convirtiese en una especie de amigo/esclavo del rubio.

Dando como resultado su más reciente aventura.

Felix necesitaba a alguien capaz de entrar al computador de un tipo que tenía pruebas acerca de un pequeño incendio forestal. Minho no dudó en ayudarlo, puesto que ello implicaba pasar horas de horas en la biblioteca, siendo acompañado por Hyunjin. El más alto incluso lo había llevado a casa un par de veces. Al final dieron con la  información necesaria y todo tuvo un final feliz, hasta que se supo que  el dueño del computador y causante del incendio era el hijo del señor Park, su profesor de Literatura clásica. Este se enteró de su participación y terminó marcado de por vida.

—Sí, es Lix después de todo —el aludido sonrió satisfecho.

—Min me alegra tenerte con nosotros de nuevo, te extrañamos ¿Cierto Jin?

Asintió con efusividad y palmeó la espalda del  azabache. —Tiene razón —se acercó al oído contrario, causando que Minho se sonroje de inmediato, mientras Felix apretaba los labios para  no estallar en carcajadas. —Es bueno tener la compañía de alguien normal y no sólo de ese demente.

—¡Te escuché!

Hyunjin se hizo el desentendido, volvió a su posición normal y le dio un guiño de complicidad al muchacho.

—Felix, solo no metas a Minho en tu plan ilícito —el mencionado rodó los ojos.

—Minmin —canturreó, fijando su vista en la del  chico. —¿Eres primo de Seo Changbin verdad? —alzó las comisuras y  sonrió como Cheshire.

Disonancia - ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora