🌱 Capítulo 7

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En el momento en el que los vio tomados de la mano y actuando melosamente, sintió su corazón romperse una vez más. Hyunjin y Miyeon se habían amistado. Apartó su vista de la parejita y caminó cabizbajo hacia su próxima clase.

—¡Minho! —pretendió no escucharlo y aceleró su paso, no soportaba verlos juntos.

Era patético, estaba claro que a Hyunjin no le gustaban los chicos y de ser posible,  sabía que no lo escogería a él. Miyeon era una explosión de alegría, en la escuela fue porrista y algo perra —aunque ocultaba bien ese aspecto, sobretodo de Hyunjin— hacía amigos en cuestión de segundos y las personas que la rodeaban disfrutaban de su compañía; en conclusión era todo lo contrario a Minho, quien asustaba a la mayoría con su famosa mirada y se limitaba a responder con monosílabos.

Sacudió su cabeza apartando aquellos pensamientos, Felix había prometido ayudarlo, solo tenía que esperar y no actuar como un completo desadaptado social cuando tuviese a Hyunjin en frente.

—¿Por qué esa cara MinMin? —Felix se lanzó sobre él y lo abrazó por el cuello.

—Voy a morir soltero y con miles de gatos, —Felix aplicó una especie de llave, aprisionando el cuello de Minho entre sus brazos. —¡Yah! ¡Suéltame, me estás ahorcando!

—No seas dramático. Hyunjin pelea con Miyeon una vez por mes, desde hace meses. Les doy un tiempo más y habrán acabado definitivamente —al ver que el otro no respondía y que su rostro estaba tornándose morado, lo soltó. —¡Ánimo Minho! Y los gatos son preciosos.

Tosió recuperando el aire y masajeó su cuello antes de hablar. —Sigo esperando tu ayuda ¡Lo prometiste!

—Y lo voy a cumplir, solo que estoy muy ocupado con Changbin y aún no es el momento.

—Claro, estás ocupado follando a mi primo en lugar de ayudar a tus amigos, ¡Hay prioridades!

—¡¿Qué?! —ambos se sobresaltaron al escuchar dicha voz. —¡Dijiste que que solo lo habías besado! Changbin no es un juguete.

—MinMin está exagerando —fulminó con la mirada a su acompañante. —Está molesto porque prometí ayudarlo con un tipo al que quiere follarse, pero ¡Auch! —Minho le había dado una gran pisotada. —¡¿Estás chiflado?!

—¿Te gusta alguien? ¿Quién? —el muchacho pasó de estar rojo como tomate a pálido como un fantasma, mientras que Hyunjin lo miraba con una sonrisa y las cejas alzadas. —Si lo conozco puedo ayudarte.

—Nadie —apresuró a responder. —Felix lo dijo para molestar.

—Sí, claro —se apoyó en el hombro de Hyunjin. —No parece, pero tienes fuerza en ese pequeño cuerpecito. Si no puedo caminar, tendrás que pagar la terapia.

—O puedes llamar a Changbin para que te cargue a todas tus clases, estoy seguro que estará encantado. De todas formas, la terapia no podría arreglar tus pies deformes —le dijo Minho con un tono mordaz.

Felix decidió ignorar la última frase. —Después de todo eres un genio, si les pregunta, me caí de las escaleras —dicho ello, se fue caminando como si nada hubiese ocurrido.

—Drama queen —masculló el más bajo.

—Cien por ciento de acuerdo contigo.

Minho tragó saliva, volvía a estar a solas con Hyunjin y este lo había visto actuar como un psicópata, genial. Volvió a bajar la mirada hacia el suelo y pensar en alguna excusa para irse.

—Tengo que ir a almorzar, nos vemos.

—¿Puedo ir contigo? —levantó la cabeza tan rápido que casi se lastima el cuello. —No he comido nada en todo el día y tengo ganas de una buena hamburguesa.

—S-supongo que sí, no soy nadie para... para evitar que comas —bajó la vista y comenzó a caminar en silencio, reprochándose el actuar de forma tan patética.

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El plan original era ir a algún restaurante de comida rápida, engullir su hamburguesa a la velocidad de la luz y salir corriendo de allí, pero nada le salió acorde a lo planeado. Hyunjin pidió las hamburguesa para llevar a pesar de la insistencia de Minho y lo arrastró hacia un parque cercano con la excusa de que "Estar con Lix hizo que me guste comer al aire libre".

Ahora ambos estaban comiendo rodeados de diversas parejas y niños que habían decidido invadir el parque. Por dentro, Minho trataba de conservar la calma puesto que si lo veía de cierta forma, estaban en una especie de cita. Tal vez para Hwang era un simple almuerzo, pero para él era una cita, su primera cita.

El azabache estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no notó aquella mano acercándose a su muslo hasta que sintió el toque de esta contra su piel. Se atoró de inmediato y comenzó a toser desenfrenadamente, Hyunjin lo miró preocupado y comenzó a darle pequeños golpes en la espalda, sin saber que ello solo empeoraba la situación. Le dió un poco de agua y poco a poco Minho fue recuperándose, hasta que volvió a respirar con normalidad.

—¿Estás bien? —asintió. — En serio lo lamento Min, solo quería tomar una de tus papas fritas, no quería asustarte.

—No... no fue por eso, vi una abeja muy cerca a mi rostro y entré en pánico —al menos su excusa era buena.

—Una abeja —entonces el muchacho se arrepintió de haber hablado, Hyunjin acunó su rostro en sus manos y comenzó a examinarlo. —¿No te picó? Puede ser peligroso, tenemos que revisarte y por un caso llevarte a la enfermería.

—H-Hyunjin, estoy seguro que n-no me picó —mantener la compostura era casi imposible, jamás había tenido a Hyunjin tan cerca a su rostro ¡Ni siquiera en sus sueños! Y si el mayor no se alejaba pronto, el pobre Minho iba a desmayarse. —Si lo hubiera hecho ahora t-tendría todo el rostro hinchado. S-soy aler... —se había acercado aún más —...gico a las abejas.

—Estas todo rojo —dejó ir al rostro de Minho, suspirando con resignación. —Asegúrate de pasar por la enfermería cuando regreses.

—Lo haré —continuó comiendo su hamburguesa con premura.

—No has cambiado mucho desde la escuela —guardó lo que quedaba de su almuerzo en la bolsa y se paró. —Tengo que volver al campus. ¡Adiós Min!

Literalmente, la hamburguesa de deslizó por sus dedos, cayendo al césped. ¿Hyunjin había mencionado la escuela? Solo habían hablado cuando Hyunjin le salvó la vida, a pesar que compartían varias clases.

Sus palabras solo significaban una cosa, no fue completamente invisible en la escuela, ¡Al menos no para Hyunjin! Con un gran sonrisa en el rostro, comenzó a comer lo que quedaban de sus papas fritas. Era el mejor día de su vida.

Disonancia - ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora