2. Una mirada desgarrada

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NARRA GARP
No me puedo creer que ese mocoso haya venido precisamente hoy. ¡Será que no hay días en el año!
Pero bueno, en cada momento lo que toca en cada momento.
Con los visitantes en manos de mis queridos pupilos, tengo que resolver el asunto de la escolta con el Noble mundial Jasper y su esposa, Lady Maiko.
Se hospedan en un lujoso castillo, situado en el extremo oeste de la isla. 
Uno se siente pequeño desde abajo ante tal mole de piedra. Es un edificio pensado para la guerra, con una laberíntica muralla plagada de trampas pero, al mismo tiempo, tiene la elegancia de una reina. Se nota en lo exquisito de sus jardines interiores, las estatuas, los muebles y loa detalles dorados de las paredes.
Cuando me encuentro con el matrimonio, la situación es tal y como la imaginé:
Delante de mí tengo al señor Jasper acomodado en su butaca, actuando como el señor de la casa y a Maiko, en otra silla más pequeña, con un hermoso vestido de seda rojo y la cara maquillada de tal modo que no se ve ninguna de sus heridas.
<<Pobre muchacha.>> No se merece algo así. Pasar la vida con este engendro es un castigo fatal.
-Veo que han enviado a alguien decente. -Comenta Jasper sin mucho entusiasmo. -Supongo que no tendrás inconveniente en asistir a las subastas de esclavos con nosotros.
En momentos como este odio mi trabajo.
- Si así lo desea. -Inclino la cabeza para no mirarle a los ojos. 
Cuatro pasitos cortos y la empalagosa colonia del noble casi me da arcadas.
-Por otro guardia a mi esposa. - Es incómodo tener una conversación en esta postura. - No quiero que descuides mi seguridad por ella. 
<<Es un estorbo para él.>>
-Como desee. -Al sentir detrás al tenryuubito, miro de reojo a la mujer. No reacciona. -Pondré a alguien de mi plena confianza.
- No es necesario. -Interrumpe Jasper.-Piensa que el importante soy yo.
Maiko tampoco pestañea ahora. Es de mármol del caro. 
De improviso me fijo más atentamente en sus manos. Le tiemblan y se las sujeta de forma muy rara. Parece que se esté arrancado las uñas.
-Sea como sea estarán los dos a salvo. -Garantizo. -Les prometo que no tendrán problemas.
- Más vale. -Amenaza el hombre. - De lo contrario te convertiré en un esclavo de baja clase.
Su risa es estridente. Si algo puede perturbar a un hombre fuerte es imaginarse con uno de esos asquerosos collares explosivos.

NARRA KOBY 
-Os lo digo en serio chicos. -Luffy me señala sin miramientos. -Koby antes era un cobarde.
Su tripulación y la de Trafalgar abuchean al pirata y niegan sus palabras.
- Le hemos visto luchar. -Dice Franky. -Es valiente.
-Eso es ahora pero tendríais que haberlo visto cuando le conocí. Zoro apóyame.
El espadachín está más en el otro mundo que en este después de tres botellas de sake. Cae al suelo al intentar levantarse.
-Marimo. -Bufa Sanji con una sonrisa triunfal.
-Luffy, si no tienes más testigos de la cobardía de Koby no te creo. -Insiste Franky.
- ¡Yo lo soy!-Grita Helmeppo desde la mesa que comparte con Brook, Law y Robin.
Estoy seguro de que me he sonrojado porque todos se quedan parados y el carpintero se retira las gafas.
-¡De verdad eras un cobarde!-Exclaman al unísono.
Me encojo de hombros y me rasgo la cabeza nervioso.
- Todos tenemos un pasado.

Una hora de risas y batallitas después, recojo a un Helmeppo borracho y pongo su brazo encima de mi hombro. 
-Hoy te has pasado amigo. - Le reprocho. -Verás la bronca de mañana. 
Intenta contestarme algo del estilo…" Me preocupa más la resaca" pero como no le entiendo, opta por mandarme a la mierda y seguir el camino sin añadir nada más.
<<¿Qué haría sin ti amigo mío?>>Pienso recordando el día tan divertido que hemos tenido hoy. Reencontrarse con viejos amigos siempre es genial. Espero que la visita de Luffy no acabe mañana.
<<Además, así el posadero tiene más trabajo...>> Empiezo a divagar pero una figura encapuchada viene del cuartel y se dirige hacia donde estamos.
Es de baja estatura, aparentemente delgada. Lo que llama la atención es que camina deprisa y mira a todos lados como asegurándose de que no la sigan.
En cuanto nos ve se queda petrificada. Le he visto el rostro.
Con la luz nocturna cuesta fijarse pero ese moratón en un ojo es demasiado evidente. 
-¿Necesita ayuda señorita? 
La reacción de ella es cubrirse más con la capucha y salir huyendo.
-Espere. 
No se detiene. Intento seguirla pero el peso de Helmeppo me lo impide. 
- ¡No voy a hacerle daño!- Eso tampoco la convence y termina perdiéndose entre los edificios del pueblo.
<<¿Qué le ha pasado? ¿Quién es?>> Si ha salido del cuartel tal vez alguien lo sepa. <<¡Qué mirada tan desgarradora!>>

Al llegar a nuestro cuarto dejo a Helmeppo en su cama. No quiere oír hablar del baño o de cambiarse de ropa.
-Apaga la luz que voy a vomitar. -Murmura.
-Ya que vas a hacerlo sería un detalle saber donde lo…-Y vomita en su propia ropa.-...haces. -Termino la frase.
El edor me afecta y tengo que salir del cuarto para no devolver yo también. Esta noche me tocará pasarla en el jardín.
<<Podría ser peor. Al menos la hierba es agradable.>> Hay que ser positivos.
A esas horas solo están despiertos los guardias que me saludan amigables al verme pasar. Alguno me pregunta por los Sombrero de paja pero me limito a responder que es confidencial y no insisten. Aquí todo el mundo sabe de la familia del vicealmirante y le respetan a pesar de ello. Se lo toman como un…"Bastante tiene con lo que tiene". 
Algunos piensan que Helmeppo y yo somos los nietos que no tuvo, pero está claro que adora a Luffy. Lo demás son habladurías de gente que no conoce a Garp-sama.
Hablando de mi mentor, la luz de su despacho está encendida.
-¿Señor?- Pregunto tras unos instantes de duda.
-Buenas noches Koby. - Me invita a sentarme. -¿Aún despierto? Recuerda que mañana empiezas tu nueva misión y es importante que estés descansado.
-Disculpe señor. Estuvimos con su nieto y los demás. Por eso se nos fue la hora. Pero no volverá a pasar.
El anciano asiente complacido.
- Me alegra que os lleveis bien pero tened cuidado. No quiero que tengáis problemas por ello.
- No se preocupe. No le defraudaremos.
-Estoy seguro de ello. Y ahora ve a descansar. Te quiero listo a primera hora.
- Si señor. - Me llevo la mano a la frente y hago un saludo militar.
A punto estaba de retirarme cuando aquéllos hermosos y tristes ojos volvieron a mi mente. No estoy seguro de si es apropiado pero aquella mujer estaba aterrada. Se notaba en su forma de actuar. No quiero ver a nadie en ese estado.
-¿Puedo preguntarle algo antes de retirarme?
Garp-sama vuelve a mirarme con los hombros encogidos.
- No veo por qué no ibas a poder.
- Mientras regresabamos, Helmeppo y yo vimos a una mujer salir del cuartel. Sé que no es asunto mío pero tenía heridas en la cara y salió corriendo nada más vernos. ¿Sabe usted qué le pasaba?
El vicealmirante hace algo que nunca hace. Se pone nervioso y desvía la vista a un punto de la habitación lejos de mí.
<<Esto si que es nuevo.>>
-¿Helmeppo también la vio?
-No lo creo. Estaba medio inconsciente. 
El Marine suspira. No tengo claro si es por el cansancio o de alivio. 
<<No tiene sentido que sea alivio.>>
-Koby, por el aprecio que te tengo voy a pedirte educadamente que olvides esa escena para siempre y no la comentes con nadie ¿Puedes hacerme el favor?
Abro los ojos como platos. Me doy cuenta de que tengo las gafas sucias.
- Por supuesto que lo haré señor. No era mi intención…
-...Por el momento no hagas preguntas chico. Pero aliviaré tu curiosidad. Cuando llegue el momento sabrás todo.
<<¿Todo? ¿De qué tengo que saber todo?>>
Hago otro saludo militar procurando no parecer extrañado.
-Como usted diga.
-Descansa entonces joven muchacho.
Ha sido una conversación de lo más extraña. Mi superior se trae algo entre manos y esa pobre dama está relacionada con ello. 
<<Espero que no le pase nada.>> Y ojalá con mi discreción pueda ayudarla hasta que el vicealmirante decida contarme.

Marines Y Piratas (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora