3. A sus órdenes

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NARRA BROOK

Los muertos no cuentan cuentos. Es una gran frase pero creo que también es de otra película.
<<Será porque estoy muerto.>> Tengo un ingenio innovador donde los haya. <<A todo esto, ¿Qué hora es?>>
Las persianas están bajadas. Todo está en penumbra. No me apetece levantarme a comprobarlo asique será mi alma quien lo haga.
Vale.>> Asiente la aludida una vez atravesada la pared. <<El sol brilla y ya hay gente por la calle.>>
Regresa a mi cuerpo cuando me hago consciente de un detalle importante. El silencio. No se oye nada de nada. El hostal no tiene vida. 
<<Como yo jujuju>>Estoy que me salgo. Puede que las señoritas estén en la habitación de al lado y, con el calor que hace, duerman en ropa interior <<¿De dónde ha salido la sangre de mi nariz?>
Sé que no debo. Sé que no es buena idea. Nami y Robin son mis amigas.
<<¡Pero qué amigas!>> Voy a morir desangrado si es que eso es posible.<<Ya volveré a mi cuerpo más tarde.>>
Una vez me dijeron que de lo que se siembra se recoge. 
<<¿Por qué me acuerdo de eso ahora?>>No entiendo a mi propia mente.
Miro en el dormitorio contiguo. Allí solo están Luffy y Usopp roncando como osos. El capitán murmura la palabra "carne" sin parar.
<<Tal vez haya más suerte en el siguiente.>>
Soy afortunado a medias. En ese está Robin, pero tapada y con Chopper en sus brazos.
<<Lo que daría por ser ese reno.>> ¿Las almas pueden sangrar por la nariz?
Lo más gracioso es que Torao y Bepo duermen junto a la dama y el doctor, uno encima del otro. Debieron quedarse charlando hasta tarde otra vez. 
<<Otro día los espiaré a ellos.>> Aún tengo que encontrar a la hermosa Nami. ¡La bella y sexy pelirroja!
<<¿Por qué vuelvo a acordarme de eso de que "De lo que se siembra se recoge"?>>
Atravieso otra pared y descubro que tengo una intuición maestra a la cual he ignorado por completo.
-¡¡¡Ahhhh!!! - Me sale gritar y despertar a todo el mundo. -¡¡¡En este momento odio ver sin ojos!!!
<<De lo que se siembra se recoge... >>Es una afirmación. No la olviden nunca queridos lectores.
Buscaba a Nami y me encontré al cocinero rubio con la cabeza apoyada en el pecho del espadachín, ambos en la misma cama y muy ligeros de ropa por no decir algo más basto.
-¿Pero vosotros dos no os llevababais mal?-Les pregunto en cuanto abren los ojos de golpe y se miran con una mezcla de odio y susto en los ojos.
-¿Qué ha sido eso? -Es la voz de Luffy. -Despierta Usopp, hay que investigar. 
Y es entonces cuando la parejita se empuja para apartarse el uno del otro, evitando decirse insultos pero con muchas ganas de hacerlo. Ambos me hacen a la vez un gesto de silencio con el dedo.
-Si cuentas esto a alguien eres…
-...ya lo sé. -Me encojo de hombros. - Hombre muerto.
En esta tripulación hay más secretos de los que pensaba. Menos mal que está mi alma para destaparlos.

NARRA MAIKO
Unos polvos por aquí y un toque de color por allá. En un santiamén estaré lista.
Para la subasta de hoy, llevaré un vestido blanco de escote redondo con un antifaz del mismo color, decorado a base de oro y una pluma blanca. Aunque sepan quien soy, no quiero que nadie me vea la cara. No lo soportaría.
-Ya casi acabo mi señora. En seguida podreis poneros la máscara. 
La esclava peina y recoge mi pelo en un moño bajo con sorprendente agilidad. Se nota en su gusto y su perfección que ya se dedicaba a esto antes.
-Tómate tu tiempo. - Le sonrío. - Si el espejo del tocador no miente, la espera merecerá la pena.
Ella se sonroja un poco y sigue a lo suyo.
-Gracias mi señora.
<<Una lástima arreglarse tanto para un acto así.>> Y es que no debe ser fácil para los criados trabajar sabiendo a lo que vamos Jasper y yo.
Cuando termina de peinarme me quedo mirando mi reflejo. No estaba mal. Tal vez un tanto desganada, pero bien.
Me giro hacia la esclava para felicitarla.
-Tienes el resto del día libre.
Ella asiente con la cabeza y se atreve a emitir una sonrisa. 
<<Pobre.>> Es otra de las muchachas que Jasper se lleva a la cama. Creo que es de mi edad pero igualmente es una salvajada. <<Después de todo yo tengo veintidós años y él cincuenta y cinco.>>
Llaman a la puerta del dormitorio y contengo la respiración al darme cuenta de que el momento ha llegado. 
Entra un esclavo vestido de traje, mayor pero de buena salud y correctos modales. En otro tiempo debió ser un hombre sofisticado.
-Lady Maiko. -Inclina la cabeza. -Su escolta de hoy la espera en la sala contigua. 
El enviado del vicealmirante.
Hubiera preferido que fuese el mismo Garp quien se ocupara de mí pero claro, no sería lo correcto.
<<Mucho es lo que se va a arriesgar ya.>>Y pensar que anoche fui tan imprudente de dejarme ver al salir del cuartel. <<Eres tonta Maiko.>>
Respiro hondo y me olvido de ese asunto. 
-Dígale que ya salgo.

NARRA KOBY
<<Es ella.>>No doy crédito.
Soy consciente de que la vi de noche y de que estaba oscuro, pero es ella. No pueden existir dos pares de ojos iguales.
Creo que también me ha reconocido. Se ha quedado helada y con la boca entreabierta. ¡Tiene unos labios preciosos!
<<Koby, mantén la compostura.>> Me riño a mi mismo. <<Ante todo eres un profesional. No debes mirar a los ojos a un Tenryuubito.>>
Pero lleva un vestido tan hermoso… Me veo obligado a hablar o de lo contrario seguro que huye despavorida otra vez.
-Maiko-sama. -Inclino la cabeza. - El vicealmirante me envía para que la escolte hoy.
Eso parece tranquilizarla un poco. Seguro que Garp-sama la está ayudando con algo. De lo contrario un Marine de su prestigio no hubiese insistido tanto en proteger su discreción anoche.
-¿Usted va a...escoltarme?- Le tiembla la voz.
-Mi trabajo consistirá en que no le ocurra nada. Sino lo cumplo tendré problemas. - Me atrevo a reirme un poco pero ella no me sigue. -Disculpe mis modales. - Me pongo erguido.
- No te preocupes. -Insiste ella. - Eres más amable de lo que deberías. -Y lo dice con una amargura capaz de partir en dos la moral de una persona.

-¿Alguien da más?-Preguntó el encargado. Nadie levantó la mano. -En tal caso queda adjudicado al caballero del abrigo elegante. -Y golpeó el martillo.
El esclavo que acaban de vender cierra los ojos con mucha fuerza para no llorar, pero igualmente su cuerpo tiembla de rabia.
<<Esto no puede ser legal.>> Me llevaría la mano a la cabeza si Lady Maiko no mantuviese mi muñeca apretada.
La mujer contempla la escena con una mezcla de resignación y vergüenza que contrasta fuertemente con el entusiasmo de su esposo.
-¡Maldita sea! - Por poco escupe al de delante. - Se han llevado una pieza de mierda a precio de oro. -Hablaba del esclavo con pinta de granjero. -Esos tipos no duran nada.
No parece importarle que su mujer clave los dedos en la manga de mi chaqueta. De hecho la ignora bastante.
- Lo siento. - Me susurra ella.- No he podido contenerme. -Y me suelta de golpe, dejando en mi brazo la huella de su mano. Su cálida mano. - La tensión del momento a veces juega malas pasadas.
- No hay problema señora. Usted es una diosa. No debe disculparse.
Me ruborizo al pensar que verdaderamente parece una diosa de la belleza. Aunque por su ceño fruncido y sus labios apretados deduzco que no le ha gustado el comentario.
Hago un amago de continuar y disculparme pero me lo deniega.
-Agradezco mucho las buenas intenciones. Pero no vuelvas a decir que soy una diosa. 
Mis gafas se empañan ante la frialdad de sus ojos. En momentos así Helmeppo suele llamarme cobarde.
-Disculpad señora. Como sois la esposa de quien sois pensé que…
-...Aunque la esclava vista de seda y joyas, esclava se queda. -Y entonces me pareció ver una lágrima asomar y ser detenida.

Marines Y Piratas (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora