XII

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-Lucas no puedes hacer eso -a pesar de regañarlo soltó una pequeña risa al escuchar la anécdota del mago.

-ella quería verlo, así que cumplí su deseo.

Bebió el té ante él escuchando complacido la risa de la rubia.

Los dos estaban en la habitación de la rubia oji verde.

Ya habían pasado 2 años, Kiel había regresando rápidamente de la academia luego de graduarse más temprano que otros jóvenes de su edad.

Era un joven de 15 años muy atractivo y amable.

En esos momentos el joven duque estaba con la princesa en el jardín, desde el gran ventanal la rubia y el azabache podían ver toda la interacción de esos dos.

En esos momentos el joven duque estaba con la princesa en el jardín, desde el gran ventanal la rubia y el azabache podían ver toda la interacción de esos dos

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Adara sabía sobre el "Ángel" que aparecía ante su hermano, él estaba encantado con la ternura de ese Ángel, el segundo Ángel en su vida.

Sospechó que era la princesa dicho Ángel pero prefirió no decir nada ya que le era divertido y le daba más misterio al asunto de su hermano mayor.

-...esto me suena conocido -susurro tratando de recordar el momento en que había sentido algo similar a la historia de su hermano.

Incluso sentía que ya había escuchado las voces de Lucas y la princesa pero no sabía de dónde.

Lucas la observó de reojo y luego miro atento el mana oscuro que la rodeaba, ese maldito peluche en la mesa de luz de la rubia estaba hechizado con magia oscura.

Pero él no iba a sacarle ese mana oscuro, no cuando ese mana la ayudaba a estar tan estable.

Aunque eso le era incómodo e iba a ser un problema a futuro, pero luego se las arreglaría para sacarle ese molesto mana.

-entonces -la rubia dejó de observar a su hermano y amiga y de pronto se puso seria -gran mago ancestral, serás parte de mis preciados escudos?.

-entonces -la rubia dejó de observar a su hermano y amiga y de pronto se puso seria -gran mago ancestral, serás parte de mis preciados escudos?

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El oji rubi sonrió al ver el brillo dorado bailar en esas gemas esmeralda y luego miro las hojas en sus manos.

-con gusto seré parte de tus escudos, Adara.

Tiempo Dorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora