Prólogo

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La siguiente historia puede considerarse como una segunda parte para el fic "El caballero de Anne" y también como un pequeño homenaje al hermoso romance entre Marilla Cuthbert y John Blythe, el cual me llegó tanto que no haya tenido un buen final que considero un verdadero alivio que exista Wattpad para poder soñar en arreglarlo.

Por eso a todos quienes pasen por aquí y se den un tiempito para leer estas ideas, de corazón les doy miles de gracias.

Belén

NOTA: El nombre de este fanfic fue inspirado en el título de la canción principal de la serie "Ahead by a century" de Tragically Hip

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Hubo un encuentro a medianoche. Un extrovertido y simpático chico de media melena escondido detrás de un árbol esperando a que una chica bastante seria y de largos cabellos castaños saliera sigilosa de su casa para ir en su búsqueda... Y cuando aquello sucedió, logrando reunirse los dos bajo la luz de la luna tomando sus manos y viéndose reflejados el uno en los ojos del otro, luego de intercambiarse cartas para leerlas en soledad, fue algo mágico. Tanto o más como sus posteriores abrazos y furtivos besos... Sólo que en dicha ocasión, aquella de sus tantas citas tuvo un matiz diferente, un fondo decisivo acompañado de tristeza.

 Sólo que en dicha ocasión, aquella de sus tantas citas tuvo un matiz diferente, un fondo decisivo acompañado de tristeza

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-Vine a contarte que parto para Montreal la próxima semana... Mis familiares me han encontrado una oportunidad de trabajo que no puedo despreciar y necesitaba decírtelo- expresó él

-No...- lloriqueó ella, no pudiendo evitar demostrarse débil y egoísta por unos momentos al enterarse de la noticia, queriendo retenerlo a su lado aunque sabía que su enamorado tenía un alma demasiado grande, aventurera y que en aquel pequeño pueblo donde residían no había posibilidades de conseguir un gran futuro -...Lo siento, no me hagas caso. Sé cuánto esperaste por esto y lo necesitas- recapacitó después cuando él la sostuvo entre sus brazos para que no se quebrara.

-Pero nosotros no tenemos por qué dejar perder lo nuestro... por favor escúchame, todavía tengo esperanzas de que te decidas a venir conmigo- añadió con cierta prudencia él y luego extrajo del interior de su chaqueta un boleto de tren que colocó en sus manos, sorprendiéndola aún más –Lo compré para ti- le dijo -...Acompáñame, te lo ruego- le suplicó mientras ella sentía como todo su mundo en un instante parecía empezar a dar vueltas antes de venírsele abajo... porque simplemente en su caso, no podía.

-...Yo... mi mamá... mi hermano...- aturdida y mirando al vacío, analizando por completo la situación, apenas pudo pronunciar, más él le solicitó que no se apresurara en su resolución

-Por favor piénsalo, todavía quedan siete días para el viaje... Si aceptas, nos convertiremos en esposos y te prometo que no pasará ni un día en que no te demuestre cuanto te amo. Trabajaré duro y tendremos un hermoso hogar con nuestros futuros hijos. Me esforzaré por conseguirte todo lo que siempre has soñado Marilla- con el corazón en la mano él le pidió en tanto ella llorando a mares para entonces y como siempre pendiente de mirar hacia atrás de cuando en cuando para percatarse de que nadie la hubiera seguido; tomándole el rostro entre las manos le dio un largo beso. Un beso arcano, dolido, de posible despedida. Y fue él quien al abrir los ojos notó que una de las luces en el piso superior de la bonita casa de tejas verdes que sobresalía por encima de los árboles detrás de ellos, se había encendido, por lo que señalándola le hizo saber.

-¡Oh Dios, tengo que irme!- exclamó de tal modo la chica en una lucha interna entre lo que debía hacer y lo que le dictaba su corazón, no queriendo alejarse de él, no queriendo dejarlo partir, pero sabiendo que no tenía otra opción. No obstante, su joven caballero que sabía leerla como si fuese un libro, le tranquilizó abrazándola, diciéndole al oído cuanto la quería y recordándole que todavía tenían tiempo. No mucho pero el suficiente para que ella pudiese tomar una resolución.

-El próximo domingo a las siete, estaré esperándote en la estación del tren- le dijo en voz baja y ella asintió, antes de que se separaran diciéndose "te amo".

Poco después ella le vio alejarse en la oscuridad sin saber que aquella sería la última vez que lo vería... en mucho tiempo.

La semana pasó, los días se le fueron con rapidez ocupada en sus múltiples responsabilidades y no pudo siquiera alguna de esas tardes encontrarle, y para el fin de semana cuando pensó en algún rato armar su equipaje y revestirse de valentía para enfrentarse a su familia, su madre tuvo como por cuestiones del destino un ataque de nervios y le fue imposible separarse de su lado y mucho menos pensar siquiera en darle tamaña sorpresa fatal al decirle que planeaba abandonar el hogar.

Así para cuando llegó la noche y cansada volvió a su cuarto, sabiendo que a esas horas ya John Blythe, decepcionado de ella debía encontrarse viajando hacia tierras lejanas dispuesto a olvidarla, y que con probabilidad nunca más volvería a verlo; se sentó junto a la ventana donde lloró amargamente.

"Jamás te olvidaré John, a donde quiera que vayas siempre llevarás una parte de mi corazón" desde el fondo de su alma, pensó.

"Jamás te olvidaré John, a donde quiera que vayas siempre llevarás una parte de mi corazón" desde el fondo de su alma, pensó

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Algo adelantado en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora