"Pequeño rayo de sol,
Pequeña luz de esperanza
Mi alma es hoy una danza
Música y versos de amor.
Como si fueras la flor
que sale de la penumbra
y con tus olores alumbras
la noche de este viajero...
Somos gigantes pequeñosAguas de fuentes perdidas"
("Pequeño rayo de sol"- Alberto Plaza)
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Todo empezó una madrugada de sábado en la que Diana Barry a punto de alcanzar el máximo nivel de la desesperación se apareció en Green Gables, sin importarle las altas horas que eran o asustarles, y sobre en especial el que le hubiesen prohibido volver allí y no relacionarse con Anne; con tal de pedirles ayuda porque Minie May, su hermanita menor, tenía fiebre elevada y problemas de ahogo.
Diana, encontrándose sus padres en un corto viaje de negocios y habiendo confiado en ella para dejarla encargada de la casa junto al personal del servicio al considerar que era lo suficiente mayor, no había tenido a quien más recurrir en tamaña situación de emergencia.
-Estaba enfermita pero no pensábamos que podía empeorar así, ha sido algo imprevisto y no sé qué hacer...- les contó entre sollozos
-No te preocupes, la sacaremos de esta hasta que llegue el doctor y la atienda como es debido- le había dicho Anne para intentar tranquilizarla, con todo el tesón y la confianza que le caracterizaban, prestándose a darle una mano sin miramientos de inmediato.
-Anne de verdad lo siento... por molestarte ahora y por todo...- arrepentida y un tanto avergonzada la pelinegra entonces había proferido, sin embargo la pelirroja jamás rencorosa pasó página en ese momento a todas las consecuencias del problema previo que tuvieran, que les llevara a un obligado distanciamiento.
-No te preocupes, asunto olvidado y gracias por confiar en mí, para eso estamos las amigas- le hizo ver, y de tal forma con el permiso y apoyo de los Curthbert, quienes también se preocuparon por lo que ocurría, pudieron ambas llegar en carreta rápidamente a la mansión Barry, pudiendo salvarse así la pequeña niña de un severo cuadro de asma, como después explicara el doctor.
-Y todo gracias a los truquitos médicos de esta lista y hermosa señorita que coadyuvó a la estabilización de nuestra dulce Minnie May- ensalzó el médico al llegar al punto, siendo así las habilidades que Anne aprendiera a lo largo de la vida y de sus caóticas experiencias laborales, sin que ella misma lo previera, de repente grandemente elogiadas y agradecidas, sobre todo por los señores Barry, volviendo en resumen de tal modo Diana y ella a tener el permiso de continuar siendo las mejores amigas.
Aquella hazaña como era de esperarse en un pueblo pequeño, no tardó en trascender y para el día lunes, al comenzar la semana, cuando las vieron llegar a las dos de lo más contentas y conversando como las buenas confidentes que eran, todos en la escuela ya sabían lo acontecido y no dejaban de comentar al respecto.
No obstante las dos jovencitas no prestaron mucha atención al respecto, Diana no profundizó al responder a las preguntas curiosas ni Anne permitió que se le creciera el ego ante los elogios hipócritas que de repente comenzaran a hacerle, prefiriendo ambas centrarse en los múltiples temas en los que debían ponerse al día platicando, y al final sus compañeros decidieron dejar de importunarlas.
Y uno de los tópicos más importantes, era por supuesto Gilbert Blythe, sobre quien Anne le había hablado en las últimas horas un montón... desde la reunión de agradecimiento que tuvieran en su casa, suscitada de manera sorpresiva por los padres de Diana la tarde del mismo sábado, hasta el picnic que el domingo les habían permitido realizar después de darles el visto bueno para retomar la amistad. Anne había reconocido entonces que creía estar enamorada de él y una vez realizada aquella confesión sentía como que el corazón por ratos quería estallarle en el pecho mientras la ilusión le corría libremente por las venas, sabiendo que él también gustaba de ella, más cuidaba de no ser muy notoria con esa parte del tema, pues lo último que deseaba era que su secreto se pregonara, temiendo que su burbuja feliz pudiese reventarse de un momento a otro.
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Algo adelantado en el tiempo
RomanceQué hubiese sucedido si en un momento decisivo, Marilla, sin que le importase nada más, se hubiese decidido a luchar por su antiguo y único amor... ¿En ese caso que habrían pasado a ser Gilbert y Anne? ¿Hermanastros, sólo amigos...?... o quizá algo...