Capítulo IV

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A todos quienes siguen leyendo este fanfic, muchísimas gracias de corazón.

Belén

CAPÍTULO IV

-Anne ¿te encuentras bien?, te notó preocupada- le consultó Marilla esa noche en la cocina, luego de que le sirviera leche con galletas, el bocadillo que tanto le gustaba antes de ir a dormir y ver que a duras penas lo probaba.

-La verdad es que no mucho- Anne tuvo que confesarse para que su problema dejara de pesarle un poco en el alma –Marilla, ¿cómo sabes si de verdad estás enamorada?- quiso saber entonces

-Bueno...pues...- a Marilla aquella pregunta le tomó por sorpresa y no supo de inmediato qué decir -¿Acaso estás enamorada?- tuvo que corroborar por ende antes de proseguir. Anne sonrió y asintió como respuesta, con ilusión.

-Creo que sí- admitió al final

-¡Era de esperarse!- la seria dama observándola detenidamente con algo de sospecha comentó, preguntándose para sí misma también el por qué no se había dado cuenta antes –Debí suponerlo, por eso es que andas llorando por los rincones. Y no me digas más, apuesto a que sé de quién. ¡Gilbert Blythe! ¿No es cierto?- adivinó

Anne asintió de nuevo con las mejillas arreboladas

-Bien, es un chico valiente y trabajador- Marilla opinó reconociendo aquellas cualidades que para alguien tan joven eran admirables –Y además ha demostrado ser un muy buen amigo contigo. Mira que venir trayendo ese pesado balde repleto de manzanas por sí solo-

-El regalo fue una retribución porque yo le llevé sus libros con sus tareas pendientes, ya que el profesor me lo encomendó- Anne le contó y luego recordando la causa por la que faltara pero sin tocar todavía esta parte con Marilla, volvió a sentirse sumamente triste -Pero me preocupa pensar que lo estoy perdiendo- admitió apesadumbrada -...Me refiero... a cualquier oportunidad de seguir siendo su amiga y confidente- al final corrigió bajando la voz, para que Marilla no se hiciera falsas ideas.

-¿Por qué piensas eso?- la dama sin embargo se interesó en el tema, no agradándole ver a su niña sufrir

-Es su actitud... de repente tan fría conmigo- Anne analizó recordando lo que sucediera la tarde anterior y también lo de ese mismo día –Hoy por ejemplo en la escuela casi no me habló ni me miró, pareciendo buscar todo el tiempo evitarme-

-Los hombres son así algunas veces pero debe haber una razón- Marilla en definitiva opinó, sentándose a la mesa frente a ella

-Es como si las cosas cuando me están saliendo bien, de repente se me truncan- Anne lamentándose le compartió –Por cierto, Marilla una vez escuché que alguna vez tú estuviste a punto de comprometerte o algo así. ¿Cómo fue? ¿Podrías contarme?- agregó entonces, abordando de una vez ese tema y tomándola a su benefactora por sorpresa, con lo que ella tardó más en sentarse que en volver a levantarse -¡No me digas que fue un amor trágico y sufrido como los de las novelas!- con su típica soñadora elocuencia Anne queriendo saber, adicionó

Marilla de tal modo, parándose frente a la estufa por tener que darle la espalda para que no leyera las emociones de su rostro, comenzó a sumirse en un mar de recuerdos...

-Fue alguien a quien quise mucho... pero simplemente aquello no pudo ser- relató sin dar mayores detalles y Anne a su vez guardando silencio por unos instantes, comprendió que quizá el tema todavía le dolía, por lo que procuró cambiarlo para volver amena la plática, ya que el asunto del "Amor" parecía estarles afectando a las dos.

Algo adelantado en el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora