Capitulo 6

594 66 15
                                    


Las mujeres de la realeza, la reina madre y la princesa, estaban llegando a la residencia de los Cabello, acompañadas por cientos de guardias de seguridad y guardaespaldas que se encargaban justamente de proteger a las damas de cualquier situación, ya que al estar en gran exposición, el peligro podría estar en todas partes.

-Mi señora-Moore abrió un compartimiento que separaba al chófer de las pasajeras-Ya llegamos a la casa de la familia Cabello- comunicó el joven 

-Gracias Marcus-la reina sonrió-Informales sobre nuestra presencia y entrégales nuestros presentes-la princesa miró con cierto desagrado el lugar y  abrió la puerta, para proseguir a tomar la mano de la reina y ayudarla a bajar del automóvil-Gracias Cariño-beso su mejilla y vieron a su al rededor, vivían al lado del panadero y a pocas casas de la biblioteca popular, claramente este sector de londres no era muy lujoso.
Las calles ese día estaban repletas de personas eufóricas y ansiosas por ver a las damas, no era muy común que la realeza fuera a los lugares mas rurales del reino unido, pero cada vez que lo hacía, la gente mas bondadosa y devota de su gobierno, se acercaba a aclamar sus nombres y a agradecerles por las ciertas cosas que ellos hacían por su país.

-Larga vida a la familia real Bianqui-gritó un niño, el cual al ver que la princesa lo estaba mirando, corrió a esconderse detrás de su madre.

-Larga vida a La realeza -vociferaron los presentes junto con una leve inclinación.

-Señorita ____-un guardia de seguridad se acercó a la princesa-Tienen que apresurarse, la multitud no tarda en rodearlos- ___ asintió y guió a su madre hacia la casa de los Cabello.

-Un gusto tenerlas como invitadas esta tarde majestades-la señora de la casa dialogó-Espero que tengan una gran estadía esta tarde, preparamos las cosas con mucho cariño y cuidado

-Gracias a ustedes por aceptarnos en su hogar y perdonen por el atrevimiento de avisar a ultima hora nuestra asistencia aquí-musitó de una forma tan agradable, mientras tanto la princesa se dedicaba a mirar a la menor de los cabello con un tono antipático, mientras que la mas pequeña la observaba con admiración y un poco de Vergüenza, por la ultima vez que se dirigieron la palabra.

-No, para nada mi señora, no fue ningún atrevimiento, mas bien es un honor que ustedes estén aquí-Esta vez habló Alejandro, el hombre de la casa, el cual balbuceo al hablar por la admiración que sentía por esta familia-Pasemos a nuestro hogar. Camila, mi hija mayor, está preparando un poco de Té y unos panecillos para que ustedes degusten-___ lo miró con disgusto, ella no iba a comer cosas que provengan de las manos de esa chica, no lo haría hasta que esa muchacha ingenua se disculpara con ella, por la insolencia hacia su futura soberana.

Pasaron por el jardín delantero, el cual no era nada feo, al contrario era estupendo, tenían margaritas por su extensión, algunos claveles y un fino camino de piedras, también a simple vista se notaba un gran pastizal repleto de unos cuantos juguetes de madera, seguramente esculpidos a mano para Sofia. Al final de este camino se observaba una casa de roble de dos pisos, la cual tenia una gran chimenea y ventanas con pequeños detalles de pinturas acrílicas, estos pequeños detalles hicieron sonreír a la princesa por unos cuantos segundos, ya que ella siempre admiró ese gustito y sentimiento hogareño que algunas casas y familias transmitían. Pero esa sonrisa se desvaneció cuando todos entraron a la casa y pasaron a la cálida sala de estar, en la cual un pequeño canto proveniente de la cocina se hacia presente en cada espacio de la misma, la princesa al escuchar el tono melodioso y harmonioso de la voz, supo en segundos de quien se trataba, Sabía que era de la chica en la cual no había dejado de pensar, conocía esa voz  perfectamente, hace días no se iba de su cabeza, ni mucho menos de sus pensamientos, en cualquier horario esa chica se le venia a la mente, era muy difícil de olvidarla, ya que fue la primera persona que le gritaba a ___ todas sus verdades en la cara.
Todos  trataban de soportar el carácter de la soberana ya que su semblante serio y frió hacia que todos temblaran con su presencia, pero esto a Camila no le importaba, solo le importó la pequeña niña de ocho años con el corazón roto por culpa de una caprichosa princesa que había arruinado sus sueños.
Las palabras de Camila para la princesa fueron devastadoras ya que apenas entró en su habitación y se derrumbó a mas no poder, recordó todo su pasado y la cantidad de veces que sufrió por ser alguien tan débil, lloró por no querer admitir que todo lo que le escupió aquella castaña en la cara era real, pero ___ también sabia que ella no podía cambiar, no quería cambiar, procuro nunca volver a ser vulnerable, haría lo que sea por mostrarse fría e inquebrantable y que sus padres la adoraran

The Luxury of Love - Camila Cabello y tu (G!p)Where stories live. Discover now