||[°Capítulo 11°]||

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-Allí nos encontrabamos, el con su radiante sonrisa y sus oscuros ojos marrones; yo a su lado, observando, apreciando, cada uno de sus actos, de sus gestos, de sus palabras, como si fueran las últimas. ¿Podría imaginarme cuan fuerte sería mi amor hacia aquel criminal que robó mi corazón en apenas dos o un minuto? Ya eran veintiocho días en las montañas, solos, celebrando nuestro amor expuesto, y nuestros logros como unos desgraciados asesinos en serie. Sin embargo, éramos y somos felices... cada uno de estos días, nos amamos sin interrupciones, ni en nuestras afectuosas miradas, ni en nuestros deleitables toques. No sabíamos de nadie; de nada... simplemente éramos el, y yo, y no quería que eso acabase... nunca... porque soy completamente feliz con mi castaño. Absolutamente feliz-...


T/N: Jungkookie, ¿Cómo es eso de que nos esperan en una cabaña? -le pregunté, con curiosidad-

Jungkook: Lo que pasa es que quieren celebrar que cada uno de los chicos, incluyéndonos, podemos expresarnos de manera amorosa frente a cualquier persona, sin correr riesgos, ni ser juzgados por nuestros padres. Es eso, princesa. Nos iremos hoy en la noche -explicó, con una gran sonrisa en su rostro-

T/N: Hablando de nuestros padres... creo que los extraño -comenté- En realidad, los extraño mucho, a pesar de todo... pero aún no puedo creer que mi madre te haya lastimado de esa forma, Jungkookie

Jungkook: Princesa, eso ya pasó. Ahora ellos deben respetar nuestra relación y... aceptar a sus enemigos, ya que, a fin de cuentas, serán parte de nuestras familias -contestó, sonriente- También extraño a mis padres, y pronto los veremos...

T/N: ¿Qué? -cuestioné, con notable confusión- ¿Cómo lo sabes?

Jungkook: Observa esto, princesa


-Observé confundida al castaño, mientras que este, solo reía. Jungkook me mostró un video, el cual Taehyung había subido por error, y el tatuado alcanzó a guardarlo. Notase en la grabación, nuestras madres discutiendo por la decoración de un pastel que seguramente era para nosotros, y lamentablemente, por más que trataran, nunca se pondrían de acuerdo. Nos pareció un acto muy tierno, y ya finalizándolo, acabé riendo con mi pálido y bello contrario-.


Jungkook: Al parecer, estarán en la cabaña con los chicos, pero no puedes decirles que sabes -habló, entre risas-

T/N: Está bien, mi precioso diablito -contesté, mientras chasconeaba al castaño- ¿Nos adentramos al río? El agua me está tentando

Jungkook: Me parece una gran idea, para luego marcharnos -respondió, sosteniendo una de mis manos-

T/N: Claro que lo es, Jungkookie. ¡Mis ideas siempre son las mejores!


-Dicho esto, ambos sonreímos y nos desvestimos prenda por prenda. Al introducirnos en el río, comenzamos a jugar como unos niños pequeños, saltando en el lodo. Era muy distinto, pero la alegría y la felicidad era la misma. Estábamos completamente encantados al estar con el otro; sin duda, éramos lo mejor que nuestro contrario tenía. Sin embargo, no solo nos divertimos; también nos amamos, y, no tuvimos sexo... hicimos el amor, una demostración tan sincera, y llena de afecto. Lo que nos atraía del otro no eran nuestros cuerpos; tampoco nuestros rostros, ni nuestra personalidad... éramos nosotros, nosotros como persona, la que nos hacía irresistible ante nuestra pareja. Nuestros cuerpos cumplían con la conexión, y nuestros ojos fueron la prueba de aquel cariño mutuo, proveniente de nuestra alma. Terminado el acto, nos vestimos, para así, dirigirnos a la cabaña en la cual se encontraban los chicos. El viaje fue silencioso; canciones románticas y algunas miradas se hacían presentes, pero no entablamos siquiera un tema de conversación hasta llegar a nuestro destino-.

Matar o Morir... Imagina con JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora