Hilos Rojos

Capítulo 11

Mis amigas habían tenido la idea de ir visitarme, nunca habían ido a mi casa pero querían conocerla. Fue un poco difícil porque casi siempre nos dejaban mucha tarea, pero un día al fin pudieron ir. 

La pasamos muy bien. Lo único malo fue que Alisson no pudo visitarme, no la dejaron sus papás, era raro que la dejaran salir. Así que solo llegaron Estela, Joseline y Carla, ese día Carla y yo habíamos hecho el examen de educación física . No llevamos ninguna canción, por lo que hicimos la coreografía sin música. Tuvimos suerte porque solo lo hicimos enfrente del profesor y lo hicimos en la hora del recreo, ya que éramos las últimas en participar y la clase ya había terminado. El profesor nos restó puntos por no llevar una canción, pero tuvimos una buena calificación. 

Las chicas decidieron ir a cambiarse de ropa primero y después llegaron a mi casa. Fue un milagro que dieran con la dirección porque mi casa no estaba muy a la vista. 

Llegaron a la hora del almuerzo, comimos y después salimos a la calle para tomarnos fotos. Eso era como un ritual que debía hacerse, siempre que nos reuníamos en cualquier lugar que no fuese la escuela teníamos que tomarnos fotos sí o sí. También cuando hacían alguna celebración dentro de la escuela y no usábamos nuestros uniformes. Debo decir que no me gustan muchos la fotos, pero por ellas debía tomármelas y para eso tenía que arreglarme un poco.

Después de las fotos, subimos a la cancha. Quería mostrarles la colonia, aunque a esa hora no había ni un alma. No fue hasta luego de un rato que apareció Alejandro, el hermano de Ro y un amigo de él. Obviamente hablaron con las chicas y parecía que a Alejandro le gustaba Carla, y cómo no si era muy bonita. Sabía que no debía sentir celos por eso, pero muy dentro de mí los sentía.

La tarde pasó muy rápido y llegó el momento de despedirme de ellas. Al día siguiente subí las fotos a mis redes sociales. 

El tiempo siguió transcurriendo y mi relación con Paco era muy linda. A veces lo veía dos o tres veces al día, casi todos los días. Siempre subía a la cancha con la excusa de ir a comprar algo a la tienda y mi mamá siempre me creía.

Todo iba marchando bien, la escuela, mi relación con mis amigas y mi relación con Paco. Me sentía muy feliz con él, ya llevábamos casi dos meses de noviazgo. Meses en los cuales me había enseñado muchas cosas y me había tratado de lo mejor. 

Era una relación demasiado perfecta para ser verdad. Sentía que el tiempo se detenía cuando estábamos juntos, nunca antes me había sentido igual. Sabía que estaba enamorada.

Una noche subí a verlo y como siempre, lo noté muy feliz cuando me vio. Hablamos un rato y después nos despedimos. Me vio directamente a los ojos por unos segundos que parecieron eternos y me tomó de las manos. 

-Te amo.--Dijo de repente.

Era la primera vez que me lo decía y mi corazón empezó a latir a mil por hora. No supe qué decir, estaba demasiado nerviosa. Solo sonreí y lo abracé, luego me fui. ¿Qué habrá pensado? ¿Y si creyó que yo no sentía lo mismo? Ni yo sabía lo que sentía en ese momento, no estaba confundida pero me tomó por sorpresa. Ya me habían dicho eso antes, pero por primera vez sentí que alguien me lo decía en serio y que lo sentía de verdad. Yo también sentía algo, era algo inexplicable pero muy fuerte. Diferente a todo lo que alguna vez sentí por alguien más. 

No era el hecho de que me lo haya dicho tan pronto, sé que se puede amar a alguien en poco tiempo; pero definitivamente aún no estaba preparada para que me lo dijera, ni mucho menos para sentirlo yo.