Capítulo 19

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Ya estábamos a mitad de año y en la escuela teníamos muchas cosas que organizar, teníamos que sacar nuestras camisas de promoción en primer lugar. Algo que nos caracterizaba era que nunca nos poníamos de acuerdo en nada, pasamos casi un mes sin poder decidir el estilo y el color de la camisa para que al final no sacáramos ninguna. Fuimos la única promoción quizá, en la historia de la escuela, en no tener una camisa de promoción. 

Algunos lo agradecieron porque no tenían dinero suficiente para comprarla, lo cual era razonable, aunque sí nos hubiese gustado tenerla como recuerdo. 

También se acercaban los intramuros y de igual forma necesitábamos una camisa, al menos esa sí la logramos sacar, era más fácil de hacer y más barata. Faltaban dos meses para ello y también faltaban dos meses para la toma de fotografía de graduación.

Además, estaba el vestido de graduación, y para evitar los mismos inconvenientes que tuvimos con la camisa, decidimos comprarlo por nuestra cuenta, el color del vestido de las chicas y del traje de los chicos iba a ser negro para nuestra sección y morado para la otra sección. 

Había muchas otras cosas que organizar y nosotros ya estábamos comenzando a hacerlo. A veces nos ganaba la emoción y otras veces la nostalgia, a partir del siguiente año nuestras vidas serían diferentes.

Y aunque era el último año y ya no nos veríamos, parecía que a muchos no les importaba porque empezaba a haber riñas o discusiones entre los mismos compañeros, como si no se tolerasen. Tal vez era por el estrés, pero si no cambiaban, la situación iba a empeorar.

Incluso yo tenía problemas con personas de otros salones, como si el estar en último año atraía problemas y la atención de todos. 


Yo siempre le contaba mis cosas a Paco, tanto buenas como malas. Además de ser mi novio, era también como mi mejor amigo, aunque no sabía todo sobre mí. Él me contaba sus cosas igual, pero no siempre tenía mucho que contarme, sabía que también tenía secretos. De todas formas, casi siempre me hablaba sobre sus planes o sobre algunas cosas que le pasaban. 

Una noche que subí a verlo, me habló sobre un concierto de uno de sus grupos favoritos de reggae de ese momento.

-Sabes Cami, me invitaron a ir a la playa este sábado.--Me dijo muy contento.

-¿En serio? ¿Con tus amigos? 

-Sí, pero no sé si voy a ir. 

-¿Por qué? 

-¿Qué me dices tú? ¿Voy a la playa o mejor al concierto de Zona Ganjah? 

-¿Van a venir?--Pregunté asombrada. 

Asintió. 

-¿Cuándo?--Abrí más los ojos. 

-Este viernes 14 de junio, pero será más caro ir al concierto. Además, habrá mucha gente fumando ahí.

-Mm eso sí.

-Y si voy, voy a ir yo solo. Me gustaría que tú me acompañaras.--Me miró.

-Ay mi vida, qué más quisiera yo.--Mostré mi decepción.

-Y así cantaríamos juntos nuestra canción, Dos que brillamos. 

Nos miramos por un momento, sus ojos mostraban ilusión. Mucha ilusión.

-Así que no, mejor iré a la playa.--Siguió diciendo. 

-Tal vez algún día podemos ir juntos. 

-Sí amor.--Me besó.

Me hubiese encantado ir con él al concierto, a ambos nos gustaba ese grupo, pero no era posible. Con Paco todo era mejor, no había nada que no disfrutáramos juntos.

Hilos RojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora