Capítulo 7

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Era sábado por la mañana y Ana y yo nos encontrábamos solas en casa, así que llamé a Ro para que viéramos alguna película mientras llegaba mi mamá.

-Cami, Paco me dijo que te preguntara por qué no has aceptado su solicitud.--Me preguntó ella, mientras preparábamos palomitas de maíz.

-¿Cuándo te dijo eso? 

-No me acuerdo, hace unos días creo. Me dijo que le gustabas y que quería conocerte.

No pude evitar reírme.

-No me digas. Cómo le voy a gustar si solo me ha visto de lejos. 

-Pues no sé, pero quiere conocerte y que lo aceptes como amigo.

-Tal vez lo haga. 

-Vaya, yo le digo.

La película comenzó, era una de terror. Me gustaban ese tipo de películas pero no las veía yo sola porque era muy miedosa, y lo sigo siendo.

De repente me dio curiosidad por saber más acerca de ese chico. 

-¿Y cómo es?--Le pregunté a Ro.

-¿Quién? 

-Paco. 

Sonrió. 

-Ya ves que sí te interesa. 

Entrecerré los ojos. 

-Solo es curiosidad.

-Ya te dije, es buena onda. Casi no hablo con él pero como es amigo de mi hermano, a veces lo saludo y me llevo bien con él. 

-Ah.

-También está en un equipo de fútbol de la colonia. 

-Oh en serio.

No era aficionada del fútbol o de cualquier otro deporte, ni siquiera me gustaba. No me interesaba en lo absoluto practicarlo ni verlo. Así que ese no era el tipo de información que me importaba.

-Pero no entiendo por qué está tan interesado en mí.--Seguí diciendo.

-Quién sabe, pero sí le gustas de verdad. 

-Ajá. Ha de ser como todos.

-Eso no lo sé, no lo conozco tanto. 

Al cabo de un rato llegó mi mamá y empezó a preparar la comida.

-¿No hiciste la limpieza hoy?--Me preguntó, mientras sacaba las verduras del refrigerador. 

-Sí la hice mamá. 

-Pero el corredor está sucio.

-Quizás se ensució de nuevo. 

-Tal vez es porque solo has barrido. 

En realidad así era.

-Bueno pero solo yo hago la limpieza, Ana no me ayuda en nada. 

-Pero si la casa no es enorme para que no la puedas hacer sola.

La casa sí era grande, no enorme pero tenía bastante espacio y lo justo era que mi hermana me ayudara a limpiar un poco. Pero como aún estaba pequeña, mi mamá la dejaba que hiciera lo que quisiera. Sentía que la trataban mejor que a mí.

Ya no dije nada más, no quería discutir. Me levanté de la mesa y fui a lavar los platos. Más tarde, me fui a mi habitación. Siempre había querido tener mi propio cuarto pero a pesar de que la casa era grande, tenía que compartirlo con mi hermana porque no había cuartos suficientes para tener uno cada una.

Hilos RojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora