Hilos Rojos

Capítulo 3

El año escolar estaba empezando y como era el último año, había muchas emociones que nos embargaban. Alegría, tristeza, nerviosismo, expectación... 

Estábamos felices por graduarnos, pero a la vez nos sentíamos tristes o nostálgicos por el hecho de que no nos volveríamos a ver.

No es que hayamos sido un grupo muy unido pero a medida pasaban los años, eso iba cambiando, sobre todo en ese último año. Casi todos, por no decir todos, nos habíamos tomado cariño y se puede decir que al final fue muy dura la despedida. 

Pasaron tantas cosas que mi memoria solo logró guardar unas cuantas.

No sé si tendré memoria selectiva, pero solo recuerdo algunos detalles de varios sucesos en mi vida y hay otros que simplemente no recuerdo siquiera que ocurrieron. Puedo decir que fueron tantas cosas las que cambiaron en la escuela para mí; yo, que siempre me sentí como un punto o una mancha que a penas se veía. Empezando por la lista de pretendientes que tenía, eso es algo que todavía no logro digerir. 

Siempre me sentí insignificante y hasta hace un tiempo comencé a pensar de manera diferente. Quizá nunca lo noté o me di cuenta después, pero el tener a varios chicos tras de mí nunca hizo que yo me sintiera superior o que me aprovechara de ello. Aunque era lindo tener un poco de atención, a quién no le gusta la atención.

Sin embargo, en esos momentos no prestaba atención a eso. Por esa razón, tiempo después me seguía preguntando si todo había pasado de verdad. Es muy bueno saber que mi esencia nunca cambia, me siento bien al saber que nada hace ni hará cambiar quién soy, ni tampoco mis ideales. 

Puede que le haya gustado a varios, pero ni siquiera era popular. 

No tenía tantos amigos. Bueno, yo no recuerdo eso. Pero como ya lo mencioné, mi memoria no es muy buena para guardar ese tipo de recuerdos. En cuanto a las clases, me pareció el año escolar más fácil de todos, no sé si era porque yo era muy aplicada o porque la mitad del tiempo pasamos haciendo otras cosas, como preparar eventos o hablar de la graduación y de las cosas que íbamos a hacer durante todo el año. 

Tenía 9 años de estar estudiando en esa escuela y durante todo ese tiempo mantuve mis buenas calificaciones. De hecho, en casi todos los años obtuve un diploma por ser de las estudiantes más sobresalientes. En los últimos 3 años obtuve el primer lugar, los 3 años seguidos. Tampoco me he sentido superior por eso, simplemente es mi naturaleza ser así.

Sé que el estudio es importante o necesario y para mí siempre ha sido algo que disfruto. También he pasado por momentos difíciles porque claro, todo lo bueno cuesta, y los estudios no son la excepción. 

No tengo mucho que decir sobre mi familia, eso ha sido algo que nunca he compartido por completo. Es raro sentir apoyo por parte de ellos, creo que no recuerdo la última vez que escuché un"estoy orgulloso/a de ti". Tal vez nunca me lo han dicho.

Lo que sí escuchaba frecuentemente y recibía por parte de mi familia eran reproches, quejas o regaños. Sé que es normal recibirlos en esa etapa de la adolescencia. Lo que no es normal es que te digan "eres una inútil", "no sirves para nada" o que te hagan sentir que su vida sería mejor sin ti.

Tal vez eso contribuyó a que aumentara mi inseguridad, ayudó a que siempre me sintiera retraída, a que fuera tan introvertida y que mi depresión apareciera. Pero no los culpo, muchas veces me sentí inútil y que no tenía nada bueno para ofrecer, ningún talento o algo que valiera la pena más allá del estudio y las buenas calificaciones. 

Aunque con el tiempo eso fue cambiando, mis papás ya no me siguieron tratando igual, en algunos ámbitos. 

Aun así, en ese momento no me rendí, y ya en este punto puedo decir que agradezco no haberlo hecho. He pasado por muchas cosas, algunas muy duras, y todas las he superado sola. A veces con apoyo sí, pero sola al final de cuentas.