Capítulo 32

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Había escogido una carrera de idiomas porque me gustaba el inglés y quería seguir aprendiendo más idiomas. Nunca imaginé que me iba a apasionar por ellos, y aunque tal vez no era la mejor carrera, iba a disfrutar mucho estudiándola. 

Al principio fue difícil para mí adaptarme porque tenía que conocer gente nueva otra vez, pero las clases no estaban tan mal. Sentía que la universidad era más fácil que el bachillerato. Sin embargo, tuve algunas dificultades y también me sentía sola porque no tenía amigos, cada semestre tenía compañeros nuevos y cuando trataba de encajar en un grupo, me dejaban a un lado. No lograba hacer ni un amigo.

La única amiga que conservaba y con quien había vuelto a hablar con frecuencia como antes era Alisson, ya tenía más tiempo libre para comunicarme con ella todo el tiempo, aunque ella no tanto como yo porque ya había comenzado a trabajar.

A partir de ese año mi mamá también empezó a tener problemas de salud graves y teníamos problemas económicos, y para agravar la situación, a mi papá lo amenazaron y lo estaban extorsionando por dinero. Esto ocurrió en una de las ocasiones que él iba a nuestra antigua casa, mis papás estaban alquilándola y él iba a cobrar la renta. La delincuencia había aumentado y acercarse a esa colonia o a los alrededores suponía un peligro para los que iban de afuera.

Además, empezaron mis problemas de ansiedad, aunque ya sufría de eso antes pero no a gran escala, y mi depresión aumentó. Todas las noches lloraba y me sentía muy triste, en años anteriores había tenido problemas serios pero no me sentía como en ese tiempo. Pasé todo el año así y no sabía qué hacer para sentirme mejor. Y es que a veces la depresión solo aparece, no importa la edad ni las dificultades que una persona tenga. Es un trastorno emocional que afecta por muchas razones y que muchas veces se complica si no se llega a tratar.

Mis papás nunca notaron nada en mí, hasta que mi mamá me escuchó llorar varias noches. Una especialista nos dijo que yo sufría de depresión y me aconsejó que saliera más y que hiciera más amigos, pero eso era casi imposible porque era muy difícil para mí hacer nuevos amigos por mi forma de ser. Mi mamá no le tomó mucha importancia y ya no se habló más del tema, yo me sentía igual y no mejoré, sino todo lo contrario.

En ese año tuve mi primera crisis pero no duró mucho; aun así, siempre sufrí por ello con el tiempo. Yo parecía feliz, nadie notaba nada malo en mí. Es verdad que tuve muchos momentos buenos y me reía bastante a veces como todos, pero eran más las veces que me sentía desanimada y triste sin razón aparente. El problema se complicó, pero sin duda mis peores años fueron el 2018 y 2019. Había pasado por cosas súper fuertes anteriormente, pero la diferencia en esos años era que la ansiedad y la depresión me impedían avanzar. 


Me encontraba en mi tercer año de carrera. La universidad estaba bien y mis calificaciones excelentes, volví a tener las mejores calificaciones y era una buena estudiante. Pero mi vida personal seguía siendo miserable para mí. No es que me quejara, no debía hacerlo porque tenía comida, techo, salud (en teoría) y una familia. No obstante, no podía tener una felicidad completa. Traté varias veces de que mi mamá entendiera que necesitaba ayuda, porque la necesitaba, pero fue inútil.

Me encontraba en un punto en el que ya no sabía qué hacer con mi vida, aunque mi papá siempre me apoyó y me aconsejó mucho. Creo que sin él no hubiese podido seguir adelante. No niego que mi mamá me ayudaba en muchos momentos, pero siempre sentí más apoyo por parte de mi papá, principalmente en estos últimos años.

Creía que nada podía ser peor, pero me equivoqué. Comencé a pensar en Paco de nuevo y lo hacía constantemente. Siempre pensaba en él, pero ahora sentía que me hacía demasiada falta, incluso más que antes, como si no hubiese pasado tanto tiempo desde que todo terminó.

Después de tantos años no había tenido nada con nadie, y a pesar de que en ese tiempo el hermano de Ro me confesó que yo le gustaba desde siempre e intentamos tener algo, no funcionó. Ya no era el mismo de antes, había cambiado, ambos lo hicimos. También la distancia era un problema, y otro obstáculo era que él ya era papá, aunque no estaba con la mamá de su hija ni con su hija. De todas formas, lo mejor era no involucrarse con él. Luego me dijo que había tenido otra hija con otra persona, pero tampoco vivía con ella. Claramente no me iba a ir bien con él, por eso hablamos y le dije que mis papás no lo aceptaban, ellos no sabían nada pero probablemente así sería.

Ya era mayor de edad, así que ya podía tener novio. Pero mis papás siempre tenían que conocerlo primero y aprobarlo, lo cual parecía algo complicado. Por ello, mejor me evitaba un disgusto y un mal rato con ambos.

Tampoco quería conocer a nadie más. He aquí la razón por la cual me sentía tan insegura en el amor, hasta llegar al punto de alejar a cualquiera que tratara de acercarse a mí, aunque tuviese buenas intenciones. No confiaba mucho en las personas y eso de alguna manera me afectaba.

También me di cuenta de que no había olvidado a Paco todavía, nunca pude hacerlo. Pensaba en él todos los días e incluso soñaba con él. Tenía la ilusión de que volvería a hablarme o a buscarme y que me pediría perdón. Podía sentir en mi corazón que algún día lo iba a hacer y me imaginaba la escena una y otra vez. Aun cuando creía que él ya me había olvidado y que ya no sentía nada por mí, en el fondo tenía la esperanza de que no fuese así y las esperanzas son las últimas que se pierden.

Además, muchas veces sentí que en cualquier lugar donde él se encontraba, podía sentir esa misma conexión que yo sentía, también que nuestros pensamientos se unían. En verdad lo pude sentir, como si él también pensaba en mí al mismo tiempo que yo pensaba en él.

¿Y si al final ese hilo rojo que conecta dos almas sí existe? Que a pesar de tomar caminos diferentes y estar a kilómetros de distancia, esas almas se pueden sentir tan cerca... Creo fielmente en que se puede seguir amando a una persona después de tantos años porque el amor es así, no lleva cuenta del tiempo, solo se da.


Si me preguntaran ahora si el amor verdadero existe, diría que sí. Siempre lo había creído así, a pesar de nunca haberme enamorado antes. Es muy extraño cuando conoces a alguien y no te das cuenta en ese momento de lo que va a significar esa persona para ti, no hasta que se aleja y no puedes volver el tiempo atrás. 

El amor existe, sí, pero lo que pude descubrir y que va más allá de ese amor es que siempre llega alguien a tu vida y llega para quedarse, aunque se vaya.



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