A la mañana siguiente sigo pensando en aquel beso. ¡Maldición! No debería estar haciéndolo pero es inevitable aquel beso me ha afectado y lo sé. Comienzo a creer que Paco es como un hechicero erótico, me he despertado varias veces en la madrugada jadeando y empapada en sudor.
Me he bañado dos veces en una sola noche y aun sigo sin dormir bien si un beso logra hacer eso no quiero imaginar lo que ocurre al pasar la noche con él.
Lavo mi rostro al ver como mis mejillas se sonrojan al pensar en lo que puede llegar a pasar la noche de hoy, cambio mi ropa y me dirijo a la cocina donde un delicioso olor a café inunda mis sentidos. El olor es sumamente irresistible y parezco un perro olfateando.Cristina se gira al verme. —Buenos días—saluda la mujer con una de sus tantas sonrisas amables.
Le devuelvo la sonrisa y me siento en una de las sillas de la cocina.
—Buenos días—le contesto. No puedo creer que haya dormido tanto.—El señor León ha mencionado que usted puede estar cansada y que se despertaría tarde—se acerca hasta mí y coloca una bandeja con una taza de café y algunos pequeños paquetes de azúcar.
—Gracias—musito revolviendo el café al echarle la azúcar.
—Debo decirte que parece que no has dormido nada.
—Y así es, no pude dormir—me llevo la taza a mis labios y sorbo el líquido. Hago un sonido de satisfacción cuando el sabor llega a mis papilas —Esta delicioso este café.
—Gracias—sonríe. — ¿Tienes hambre? Puedo prepararle lo que usted desee.
Miro a la mujer y hago un gesto con la mano—Es tan tarde que no quiero molestarla...
—Cariño, es mi trabajo—dice sin problema.
Se acerca a la nevera y media hora más tarde coloca frente a mí un plato con huevos, tocino y algunas tostadas francesas acompañadas de algunas de sus magdalenas de chocolate.
—Cocina perfecto toda su comida
parece sacada del paraíso, no creo poder levantarme después de comer así.—Oh por cierto esta mañana han traído el piano—me dice.
Frunzo el ceño. — ¿Piano? ¿Qué piano? —pregunto.
—El que encargó, el señor León, lo pidió días atrás pero el repartidor tuvo algunos problemas y lo entrego hoy. El señor León no está nada contento.
Ruedo los ojos y niego con la cabeza.
—Me lo imagino ¿el toca el piano?
La mujer se encoge de hombros. —No que yo sepa pero ha dicho que a usted le gustaría tener uno acá. Lo han instalado en la biblioteca, está en la quinta puerta del pasillo a la izquierda.
Mi boca se abre ante su respuesta. Paco ha encargado un piano... ¿sólo para mí? Cuando creo que él es un egoísta, imbécil e infeliz como mi padre suele llamarlo viene y hace un gesto tan generoso como este. Sonrió inconscientemente y me levanto.
—Creo que iré a ver la casa por completo—le informo a Cristina.
—Está bien—asiente. Le recomiendo usar un abrigo está haciendo mucho frío afuera.

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Treinta Días de Placer
FanfictionLa venganza puede ser dulce y aún más cuando el deseo está de por medio. Pero cuando la lujuria y la venganza se combinan puede llegar a ser un poco peligroso, pero también ¿excitante? Francisco León un hombre apuesto y más que dispuesto a cobrar v...