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Habíamos llegado al lugar, era muy bonito todo, todo bastante elegante.

El viaje en el taxi fue algo... Caliente, Christopher no dejaba de pasar sus manos por mis muslos y querer pasarla hasta mis bragas. Me excitó, lo admito.

Pero no era ni el momento ni el lugar y por ello se ganó una regañada al bajar del taxi.

Estábamos sentados jugando con nuestro postre, ninguno de los dos decía nada, de hecho ninguno de los dos dijo nada desde la cena. El parecía tan nervioso como yo, sus ojos encontraron los mios y suspiro.

—Tenia planeado decirte algo esta noche pero no estoy seguro de querer hacerlo —dijo jugando con la servilleta sobre la mesa

—¿Por que no?— pregunte observándolo

—Es complicado... Me conoces y sabes que no soy de los chicos que acostumbran a tomar decisiones tan pronto —solto la servilleta y tomo mi mano la cual estaba sobre la mesa—. Sabes que eres lo más valioso que tengo y que no me gustaría perderte, hay algo que quiero decirte... Pero no puedo hacerlo, tengo miedo de cómo vayas a reaccionar

—No me digas que planeabas hacer un trio, si es así, no volveré a hablarte Christopher Vélez —adverti, el rió

—Sabes que no me gusta compartir mis juguetes —me sonrió, ¿Su juguete? ¿Eso era para el? ¿Un juguete?

—¿Un juguete? —pregunte indignada, el me miró por unos segundos y luego negó con la cabeza, su sonrisa desapareció

—No, no me refería a eso —dijo rápidamente

—Christopher, acabas de decir que no compartes tus juguetes, ¿Eso soy para ti? ¿Un puto juguete sexual que solo está para ti cuando estás caliente? —pregunte, el cerro los ojos y suspiro

—No, sabes que no me refería a eso —negó con la cabeza

—Si, si te referías a eso... ¿Sabes que? A la mierda todo, me voy —dije levantándome de la mesa, caminé hasta la salida y luego sentí como me tomaban del brazo

—Dejame —le dije, el negó con la cabeza

—No lo haré y no eres ningún juguete para mi —dijo y yo reí con indignación

—¡Me acabas de decir juguete!  —grite, el negó con la cabeza

—¡No, no me refería a eso! —dijo y yo gruñi

—Dejame en paz, por favor —pedi mientras me soltaba de su agarre, el no me obedeció y me tomo de la muñeca para que lo mire—. Sueltam... —sus labios se pegaron a los mios para besarme

Intente de negarme, pero me tenía agarrada de la nuca, sus labios saboreaban los mios con lujuria, desesperación, deseo.

Bueno, soy el puto juguete sexual de Christopher Vélez.

Más que amigos ||C.V. Y TÚ||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora