"¿Cómo comienzo? Ah sí, hace cientos de años, solo los verdaderos vikingos contaban historias de bestias, muchos tamaños, formas y colores, bestias que asistían en combates, trabajo, o que eran tan salvajes que nadie las podía domar. Dragones, solo un hombre fue capaz de adiestrar a aquellas bestias, una leyenda, que fue el primero en montar a la bestia más salvaje de todas, la poderosa furia nocturna, negra como la noche, veloz como el rayo, la cría de la muerte misma, heredero a un pueblo asesino de dragones, cambió a su padre, enseñándole que aquellas bestias eran nobles, pero no todos compartían ese punto de vista, pronto, fueron perseguidos hasta que el hombre tomó una decisión, los dragones no podían vivir entre nosotros, mientras no cambiáramos, así que ellos regresaron a su lugar de origen ¿donde? En la orilla del mundo, y se quedarán ahí hasta que ellos crean que podremos convivir con ellos."
Una pequeña niña entre cinco pequeños más escuchan las historias de su abuela con entusiasmo, pensando en aquel hombre, lo grande que fue para poder montar a una bestia así, soñaba con algún día poder ver a aquella bestia, pero sus sueños se acababan cuando su madre llegaba.
—Ya es suficiente, madre, Kaysa debe de ir a la cama.
—No quiero dormir —decía cuando no tenía sueño.
—Debes de descansar, pequeña Kaysa, o los terribles terrores vendrán por ti —bromeó mi abuela, con eso lograba hacerme dormir por miedo a esas pequeñas criaturitas.
Mi madre me acostó en mi pequeña cama hecha de paja, con unos harapos encima.
—Mamá ¿existen los dragones?
—Ay pequeña, Kaysa, los cuentos de la abuela solo son eso, cuentos.
—¿Qué era Berk?
—Un pueblo fantasma, vivieron algunas generaciones, pero fue abandonado misteriosamente, simplemente, se desvanecieron, ahora duerme —dijo mi madre apagando la vela.
— — —
Tengo dieciocho años, una rara edad para ser soltera, lo soy por mi color de piel, nadie quiere casarse con una morena, he servido a la casa noble Haraldsen desde que tengo memoria, mi familia entera servía a esa casa, mi abuela logró comprar su libertad, pero no tuvo suficiente para mi madre y yo, mi padre se escapó, era un navegante mi madre me contaba historia sobre el, buscando la orilla del mundo, según ella, yo soy igual de aventurera que él.
Extrañamente tengo una pequeña amistad con el hijo de la casa, Olav, ambos escuchábamos historias con mi abuela, yo me dedico a mantener a los caballos de la familia, creó sus monturas, acicalo a los caballos y los preparo cuando la familia debe de ir de cacería, eso, todos los días, durante quince años.
—Kaysa, prepara los caballos, Lord Almec debe partir.
—¿Donde partirá, madre? —pregunté mientras buscaba las monturas.
—Seltet, va a visitar a la casa Palver.
—¿Traerá a otra pretendiente? —reí—. Olav ha de estar cansado.
—Habla con respeto, si hablas de Lord Olav.
—Perdón madre, comenzaré a trabajar en el caballo inmediatamente.
Corrí por la montura y fui por el caballo, até a la preciosa bestia negra al poste y la acaricié para relajarla, le coloqué la montura y la preparé para el viaje, luego la entregue al escudero para que llevara al caballo al señor de la casa.
Barrí los establos y les di de comer a los caballos, esperando poder ir con mi abuela en tres lunas.
—Kaysa —dijo la voz que ya conocía—. Mira lo alto que estoy.
Voltee a ver a Olav, que se colgaba de un poste de los establos.
—Debe de ser cuidadoso mi Lord —dije bromeando—. Si usted se lastima, pagaré con mi cabeza.
—Si me caigo mi padre me pegará, no a ti.
—No me refiero a que usted se caiga por su cuenta, mi Lord, comenzaré a lanzar piedras, porque está ensuciando lo que tarde todo el día en limpiar.
Ambos reímos mientras él se bajaba.
—Mi padre está viajando a Seltet.
—Lo se, ¿va a buscar a otra prometida?
—Alexandra Palver, he intercambiado cartas con ella.
—Ha de ser adorable.
—Lo contrario —dijo disgustado—Pero... ya que mi padre no estará aquí, podemos ir al bosque.
—Lo siento, mi Lord, debo de terminar de acicalar a los caballos.
—Entonces te ordeno a que me acompañes.
Sonreí, era divertido, porque cuando estábamos solos a mi no me importaba su rango y a él tampoco, así que los dos nos escabullimos del castillo al bosque, saltábamos entre las ramas y corríamos por los árboles, llegando a nuestro lugar favorito, un estanque en medio del bosque.
—¿Por qué no quieres casarte? —pregunté.
—¿Por qué tú no quieres casarte? —preguntó de regreso.
—No es que no quiera —dije apenada—. Nadie se ha querido casar conmigo y mi madre ha intentado lo imposible.
—Pero si alguien te pidiera matrimonio, ¿lo aceptarías?
—No creó que alguien me pida matrimonio, mi color de piel hace que reciba miradas cuando debo de ir a comprar.
—No entiendo por qué no te has casado aún, eres única.
—Por eso no me he casado, aparte, prefiero mantener caballos, a estar teniendo hijos en una casa.
—Escucho a tu abuela.
Reí, el tenía razón, mi abuela aunque tuvo un hijo, siempre hablaba de grandes aventureros que montaron en bestias aladas a muchas partes, incluso llegando al fin del mundo, si no hubiera sido mujer, incluso hubiera descubierto algún lugar nuevo.
—¿Y tú? —pregunté—. ¿Por qué no te ha gustado ninguna de tus pretendientes?
—No me entienden, cuando hablamos, prefieren hablar cuantos hijos querrían tener o sobre su aldea.
—No todas las mujeres saben leer y escribir y ¿cómo te van a entender si las conociste esa noche?
—Pero, si alguien se quisiera casar contigo.
—Sería imposible, mi aspecto no atrae a nadie.
—Tu color de piel es único, jamás he visto uno igual, y tus ojos son del color del roble.
—Por eso, Olav, ademas, prefiero conocer mis alrededores a tener que estar encerrada en una casa limpiando.
—Ya veo —lo escuché un poco decepcionado.
—Deberíamos regresar, mi Lord.
Antes de que me levantara, él me detuvo y me besó, me encontraba tan sorprendida, que ni siquiera pensé ni sabía cómo seguir el beso, así que me quedé quieta incómodamente, él se separó.
—Perdón.
—Así que por eso no te quieres casar —dije poniendo una mano en mi cuello intentando ocultar mis mejillas las cuales se e encontraban rojas—Olav, sería imposible.
—Hablaré con mi padre, no tendrías que estar cocinando, podría salir al bosque cuando quieras, podríamos traer a tu abuela.
Lo que me decía Olav, sonaba genial, ya no tendría que trabajar, y mi madre podría por fin descansar, mi abuela tendría una gran vida, pero había algo, una pieza que me faltaba.
Lo besé, algo que enfrente de alguien sería una abominación, pero estábamos completamente solos, me casaría con un Lord, con mi mejor amigo.
YOU ARE READING
El regreso de la bestia
Fanfiction200 años después de los eventos de como entrenar a tu dragón 3, la nueva Berk ha desaparecido de todos los mapas, aquellos vikingos se han convertido en viejos mitos y los dragones han sido olvidados, eso creía Kaysa hasta encontrarse con la bestia...