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"¡La búsqueda del hijo mayor de la familia Min ha comenzado!"

Jindae sonrió satisfecho, nunca encontraría a Yoongi y sí lograban hacerlo seguramente encontrarían su cadáver pudriéndose, de solo imaginar lo horrible que se vería hacía que su piel se pusiera crispada, odia pensar en la posibilidad de un cadáver, pero era lo mejor,ahora que Yoongi no estaba todo sería como debió haber sido hace años, no más hijo bastardo, no más quejas de esa estúpida anciana que se decía llamar su abuela.

Ahora solo se trataba de él, solo de él, tarde o temprano la dichosa fortuna de los Min terminaría en sus manos al ser único heredero de la familia.

- ¡Oh querido, querido hermanito! -sonrió hacía el retrato que había de su hermano en la pared de uno de los pasillos de la enorme casa, podía verse a Yoongi sentado tranquilamente mientras apenas dejaba ver parte de sus dientes en aquella sonrisa, tan tranquilo, lleno de vida, pero ahora no es más que un cuerpo sin vida-. Pudimos haber sido muy buenos amigos -frunció el ceño-, pero eso jamás iba a ser tan posible, no estando presente nuestros padres y tú, mi querido hermanito.

Unos pasos se detuvieron al escuchar que alguien se encontraba en el pasillo, Riel es una de las sirvientas más fieles de la familia Min, y ahora escuchar al más pequeño de la familia hablar había sido algo extraño, ¿qué habían sido esas palabras? Parecía burlarse de lo que ha sucedido, a pesar de que Jindae había demostrado preocupación y tristeza por la desaparición de su hermano mayor, Riel sentía que estaba actuando.

- Espero disfrutes del inframundo, hermanito, al igual que yo disfrutaré de seguir aquí con los lujos que iban a pertenecerte, por supuesto nada dignos de ti, seguramente lo hubieses desperdiciado todo ayudando a otros, como todo un idiota.

Riel llevo su mano derecha hacía sus labios cubriéndolos para evitar soltar un grito de sorpresa por las palabras que habían salido de los labios de Jindae, no quería sacar conclusiones erróneas, Jindae podía comportarse reacio hacía los demás, pero con Yoongi era muy distinto, a pesar de que a veces podía llegar a ignorar a su hermano mayor, Jindae le quiere, o eso pensaba ella.


...


Las punzadas cada vez iban aumentando en su cabeza, definitivamente no debió haber bebido demasiado a noche, y mucho menos se hubiera acostado con aquel omega que parecía exigirle que le marcase debido a que le había quitado su pureza, ¡tonterías! Jeon Jungkook no marcaría a un omega ni aunque fuese el ultimo que estuviera en Wonju, sería perder su tiempo, enlazarse a un omega es una perdida de tiempo.

El polvo en sus zapatos desgastados y en sus ropas era demasiado evidente, parecía un vagabundo, pero era inevitable, después del enorme berrinche que había tenido que soportar de ese omega del cual ni siquiera supo su nombre, había terminado por recibir sus ropas sucias después de que dicho omega hiciera su rabieta y lanzase su ropa hacía un lodazal en dónde seguramente estuvieron cerdos revolcándose, pero no le importaba, ya estaba acostumbrado a conductas como esas, así que simplemente se había levantado y desnudo había salio del establo para recoger su ropa y ponerla por unos minutos al sol para que se secase, mientras que el omega seguía reclamándole por andar exhibiendo su cuerpo de ese modo.

A Jungkook no le importaban muchas cosas, en especial que le viesen desnudo, no tenía algo de especial, nadie lo tenía.

Soltó un resoplido al ver la casa en dónde por fin podría tomar una pequeña siesta, la noche había sido tortuosa y la mañana aún peor con esos horribles gritos de ese bastardo, pero por fin había logrado que su paz mental se estableciera, camino un par de pasos más hasta por fin estar frente a la puerta de la dichosa casa y colocar su mano en el pomo para abrirla, se detuvo en seco al percibir un aroma.

Comenzó a olisquear el lugar, no era más allá de la casa, lo sabe, volvió a oler cerca de la puerta, era un aroma dulce, pero no empalagaba como otros, no era tan fuerte, es como si ese aroma te obligase a seguirlo por dónde quiera que lo encontrases, magnifico, Jungkook aprovecho para respirar profundamente aquel delicioso aroma, y sin que siquiera lo supiese, abrió la puerta de la casa.

Cuando entro el aroma podía percibirse por toda la casa, joder era demasiado, eso solo daba a entender algo, uno de ellos había llevado a un omega, un hecho sumamente extraño, pues sus amigos tenían una regla especifica una que jamás debía ser ignorada, nunca traer un omega a la casa, y menos si se trataba con segundas intenciones.

Seokjin siempre es estricto con todos, nadie había roto la regla, claro hasta ese momento, camino un poco más mirando alrededor, hasta que por fin su vista recayó en el único sofá de la estancia, demonios, allí estaba un omega.

- ¡Que sorpresa! -exclamo llamando la atención de aquel omega quien abría sus ojos, se estaba quedando dormido, estaba agotado-. ¿Te han traído como mi regalo de bienvenida, pequeño?

Yoongi parpadeo un par de veces al escuchar eso, pero no se atrevió a responder, no cuando miraba como aquel alfa caminaba hacía él a pasos largos y sin dejar de mirarlo a los ojos. ¿Quién es aquel extraño? Frunció el ceño al ver que por fin ese alfa se encontraba más cerca de él, quería hacerse bolita para que dejase de mirarle con esos ojos tan hambrientos.

- ¿Te han comido la lengua las ratas? -aquel estaba a punto de colocar su mano sobre su mentón pero un gruñido se escucho de pronto, haciendo que ambos volteasen a mirar en dirección a las escaleras, allí estaba Jimin quien estaba molesto al ver lo que estaba pasando-. Al fin uno de los míos, ¿quién es este precioso?

- No le llames de ese modo -reclamo Jimin entre dientes, camino hacía ambos con el ceño fruncido, no debió ir a arreglar la habitación en dónde Yoongi se iría a dormir, no cuando sabe que la probabilidad de que Jungkook llegase estaba más cerca que nunca, en cuanto llego hacía ambos miro en dirección a Yoongi, quien se veía confundido-. ¿Te ha hecho algo?

- ¡Por favor, Park! Y ¿quién no lo haría? Un omega en celo es una buena oportunidad para -Jimin lo tomo por el cuello de la camisa con fuerza-. ¿Por qué tanta defensa?

- Él no es uno más de tu montón, imbécil.

Jungkook sonrió ladino al escuchar eso, jamás en todos los años que lleva conociendo a ese aspirante a ilusionista entrar a defender a otros, podía ver como defendía a otros omegas, pero con un simple gracias se conformaba para después irse, pero esto estaba muy extraño, le acaba de gruñir, y prácticamente le pide que se aleje, es muy extraño ¿o acaso...?

- ¿Es tu pareja? -Yoongi dejo de mirar a ambos, no es pareja de nadie.

- Solo no te atrevas a ponerle un dedo encima -soltó su agarre con fuerza, empujando un poco al alfa recién llegado-, ¿estás bien, Yoongi? -se agacho a la altura del omega quien evitaba mirarle a los ojos, pero dio un gesto de asentimiento para darle respuesta a Jimin-, ese idiota, es Jeon Jungkook...

- Puedes decirme, Jeon, Kook, o si quieres también alfa, no me molestaría escucharlo de tus labios, primor -Jimin volvió a gruñir hacía Jungkook.

- Prefiero... -la voz de Yoongi hizo que los gruñidos dejasen de escucharse-, decirte Jungkook.

- Mejor dile dientes de conejo -Jungkook le dio un puntapié a Jimin para que dejase de insultarle con los mismo, haciendo que Jimin soltase una suave risa, Yoongi levanto la mirada mirando a esos dos, por más gruñidos que se diesen entre sí parecía ser que son como unos hermanos peleando por caramelos, casi como un juego.

Los Caballeros Del PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora