Las Invitaciones

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En mí sueño reinaba una oscuridad muy densa, y una luz pálida y lúgubre parecía proceder de la piel de Edward

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En mí sueño reinaba una oscuridad muy densa, y una luz pálida y lúgubre parecía proceder de la piel de Edward. No podía ver su rostro, estaba dándome la espalda y se sumergía en el bosque, dejándome sola en la oscuridad, no podía alcanzarlo, y él no volteaba por mucho que yo le gritara. Desperté en medio de la noche, sobresaltada y ya no pude volver a dormir después de eso. Edward continuó apareciendo en mis sueños después de aquella noche, siempre en la distancia. No entendía el porqué de ese sueño en lo absoluto.

Si bien el comportamiento de Edward o cualquiera de los Cullen hacía mí no había cambiado después del accidente. La actitud de Bella si había cambiado y mucho, era increíblemente mucho mas hostil y desagradable cuando estábamos solas y en el instituto se confabulaba con Jessica Stanley, a esas dos les encanta hacerme la vida imposible. Alice y Rosalie parecieron notar la horrenda e inestable relación que tengo con Bella, por lo que pasan bastante tiempo conmigo para que ella no se acerque.

En fin, está siendo un mes muy tenso. No solo por las clases y Bella, sino que también tengo un montón de trabajo en mi pagina de internet, hay mucha gente solicitando cuadros, en todos los tamaños que puedo hacer. Los mas específicos y con pautas definidas no me dan demasiados problemas, pero los de temática libre me están matando, mi vaso de creatividad esta casi seco y mis materiales prácticamente muertos. Voy a tener que reponerlos cuando vaya a entregar los cuadros a Port Angeles.

Tyler Crowley, alias el chico que casi me asesina, se volvió insoportable dado se había obsesionado con compensarme de algún modo. Ya estaba cansada de repetirle que no había nada que compensar, ambos estábamos bien, y lo único que había resultado verdaderamente dañado era mi auto. Y aunque me lo preguntaron, nunca dije nada acerca de como Edward me salvó, mas que nada porque estaba completamente segura de que él estaba junto a su auto, al otro lado del estacionamiento y no había una forma humanamente posible de que el me alcanzara de la forma en que lo hizo. 

Si bien durante este mes he pasado mas tiempo con los Cullen, mi mente no podía dejar de pensar en lo que eran, porque eran algo y ese algo no era humano, en absoluto. Pero fue entonces que también empecé a preguntarme que haría si tenía razón, si ellos no fueran humanos. En primer lugar y la única cosa de la que estaba completamente segura, era que no revelaría su secreto, no me correspondía y jamás me atrevería a hacer tal cosa. Si bien no iba a preguntar directamente sobre lo que eran, no podía dejar de observarlos y hacer una pequeña lista mental de mis observaciones: no comen, no beben, no vienen a clases cuando hay sol, hablan como si no pertenecieran a está época, su extrema palidez, esa belleza sobrehumana que poseen, sus ojos capaces de cambiar de color. En fin, nada en ellos parecía humano. 

Durante la clase de biología Edward seguía sentándose tan lejos de mí como la mesa lo permitía aunque ahora orientado hacía mí. Y así pasaron las semanas, más rápido de lo que me habría gustado, ya era Lunes y estaba con los Cullen en la cafetería, me encontraba divagando en mis pensamientos hasta que Alice me habló sobre un baile y volví a prestar atención.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora