Filthy Lucre (Ryden)

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Después de anoche, Brendon tenía suficiente tierra sobre Ryan Ross para ir a la prensa y hacer un infierno de un montón de dinero.

Él y Ryan llegaron al hotel e inmediatamente Ryan ordenó una botella de whisky en el bar del hotel, hablando todo el tiempo acerca de lo caro que era y qué escocés de buena calidad era: "No es el mejor, ni por asomo, pero aún así Bastante bien. ¿Sabías que hay destilerías en Inglaterra, lugares como Escocia e Irlanda que son más antiguos incluso que los Estados Unidos?" parloteó mientras Brendon se sentaba frente a él, esperando a que Ryan terminara de ser jodido y preguntándose por qué había estado tan ansioso por encontrarse en primer lugar, cuando ya estaba demasiado lejos para disfrutar de su compañía.

En menos de una hora, bebió al menos la mitad de la botella, vertiéndose torpemente los tiros y tirándolos como un borracho a la hora feliz. La mesa de café de cristal que Brendon y Ryan tomaron con cocaína la noche anterior ahora estaba cubierta de charcos de alcohol pegajoso y cada vez que Ryan se acostaba en el sofá, Brendon lo veía derramar whisky sobre su chaqueta y lo estaba ignorando a propósito o estaba tan borracho que ni siquiera lo había notado.

Fue triste verlo de hecho. Este tipo, Ryan Ross, tenía todo el mundo a sus pies: era guapo, era famoso, era obscenamente rico. Todavía era lo suficientemente joven como para que su mal comportamiento fuera algo nervioso, tal vez incluso un poco entrañable. Las mejores supermodelos de moda y las chicas de Hollywood se morían de ganas de dormir con él; tenía un grupo de amigos famosos y una fortuna de mil millones de dólares, pero a las tres de la mañana, era solo un hombre que no tenía a nadie más a quien llamar en su momento de necesidad que no fuera una prostituta que conoció en un restaurante la noche anterior. Era alguien con quien Brendon se sentía cósmicamente conectado, porque Brendon reconoció esa tristeza familiar detrás de los ojos marrones de Jon. Ryan era un niño que intentaba, y fracasaba miserablemente, llenar un agujero vacío con drogas y alcohol.

Brendon no le había impedido beber, no era el padre del chico, pero lo miraba, escuchando las tonterías que salían de su boca mientras hacía fila tras línea hasta que sus pupilas eran enormes y su nariz sangraba. Cuando Ryan finalmente tropezó hacia el baño, Brendon lo siguió y se sentó al borde de la bañera. Ryan no era más que huesos afilados debajo de la camisa cuando Brendon se frotó la espalda mientras vomitaba en el inodoro. Lo último que necesitaba era escuchar en las noticias a la mañana siguiente que el infame Ryan Ross había sido encontrado muerto por una sobredosis de drogas en el baño de su hotel: los policías vendrían a buscarlo de inmediato. Sería interrogado, sería arrestado, y Brendon imaginó otro escenario que terminó con él actuando como la perra de alguien en prisión.

Hubiera sido fácil para él alejarse. Ryan apenas estaba con eso y seguramente era más complicado de lo que valía, no necesitaban el dinero tan mal, pero algo lo mantuvo allí durante horas. Algo lo mantuvo en ese baño, frotando la espalda de Ryan sobre su chaqueta y algo lo mantuvo allí mientras Ryan se cepillaba los dientes y tomaba unos sorbos temblorosos de agua en un intento de sobriedad. Ni siquiera era el dinero, en realidad no, pero algo dentro de él encontró imposible darse la vuelta y alejarse. Sintió que estaba involucrado de algun modo. Ryan simplemente parecía tan roto con él, muy lejos del monstruo hambriento de fama que la prensa hizo que fuera, y se quedó hasta que salió la luz y Ryan se desmayó. Había sido paciente a través de los intentos fallidos de coito y todas las mamadas desesperadas y Brendon no podía explicar por qué.

Evidentemente, Brendon se sentía atraído por los hombres destrozados; podía fantasear con limpiarlos, una cerca blanca en algún lugar fuera de la ciudad, todos los mismos sueños que tenía para él y Jon cuando se conocieron. Tal vez ese era el masoquista en él.

Eran casi las 8 de la mañana cuando Ryan finalmente se desmayó boca arriba sobre la cama. Brendon recogió sus pertenencias y se dirigió hacia la puerta, pero sus dedos se cernieron alrededor del tirador y luego permitió que la culpa se filtrara en su cerebro durante demasiado tiempo porque suspiró, frustrado consigo mismo y su estúpida afinidad por las almas atribuladas. Se giró, regresó rápidamente a la habitación y empujó el peso muerto de un cuerpo de Ryan a un lado, deslizando una almohada detrás de su espalda. Llegó tan lejos sin que el tipo lo atacara, parecía poco profesional dejarlo durmiendo en una posición en la que podía ahogarse y morir. El escenario de la puta prisión volvió a aparecer en el fondo de su mente.