—Ya enserio, dime cuál sería tu trabajo ideal— le preguntó Seohyun a Donghae mientras caminaban hacia la cafetería.
—Uno donde me paguen mucho dinero y pueda descansar los fines de semana— respondió sin más.
—¿En lo que fuera?— su amigo sólo asintió— ¿destripando pollos?—insistió su amiga.
—Destripando personas, incluso— Seohyun le golpeó un hombro— ¿qué? los doctores destripan persona, ¿o no?
—Pero los doctores no descansan dos días a la semana.
—Pero algunos ganan mucho dinero, por mi está bien.
—No me digas que uno de tus tantos sueños era convertirte en doctor...
—Claro que no, sólo pienso que ellos pueden abrir gente y les pagan mucho por eso, mi sueño es no tener que ir a la tienda de conveniencia nunca más, o tal vez que el arroz baje de precio durante el invierno—lo pensó un momento— creo que el segundo me ilusiona más.
—Estamos jodidos amigo, mi sueño es encontrar un segundo trabajo y tener un poco de tiempo libre ¿puedes creerlo?— suspiró Seohyun decepcionada.
—Sí, ese es también uno de mis tantos anhelos en la vida— respondió Donghae mientras la abrazaba por los hombros, su amiga se quedó en silencio unos minutos.
— ¿Crees que si nuestras circunstancias hubieran sido distintas podríamos haber "cumplido nuestros sueños"?—preguntó mientras hacía comillas con los dedos.
—Que baje o no el precio del arroz no depende de nuestras circunstancias, sino de las del agricultor— respondió Donghae divertido.
—Hae, eres un tonto, ya en serio. Si hubiéramos podido ir a la universidad y todas esas mierdas, ¿habríamos podido cumplir nuestros sueños?
—Podríamos pedirle a unos universitarios que nos digan si ellos están cumpliendo los suyos, que tan fácil es y qué tan felices son, ¿qué dices?— ofreció el castaño.
Ella sólo asintió, la verdad no quería preguntarlo, tampoco quería saberlo, a veces sólo se hacía preguntas porque no podía vivir pensando en que simplemente las cosas se dieron así, en que ella y su amigo estaban jodidos en todos los sentidos de la palabra. Quería aferrarse a algo, lo que fuera, no podía permitir pensar que eran unos perdedores porque así lo quería el destino.
—Seohyun, no somos unos perdedores— soltó Donghae.
Ella sonrío, pues aquello fue como si le leyera los pensamientos, después de todo llevaban muchos años de conocerse y algunos otros viviendo juntos.
—Y aunque lo fuéramos, no tenemos de otra, querido. Habría que acostumbrarnos, como siempre—agregó Seohyun.
Entraron a la cafetería, otro día arduo, otro día de soportar una larga jornada de trabajo, con la incertidumbre de no saber quién va a entrar por la puerta, de qué van a ordenar, con la necesidad de no olvidarse de nada, con la obligación de incrementar las ventas, con la necesidad de seguir ahí hasta el final del mes para poder pagar la renta, comprar comida, y ahorrar, porque para ellos esa última palabra lo significaba todo.
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—Entonces ¿terminaste de ordenar el papeleo, Hyukjae?— preguntó su jefa con pocos ánimos.
—Sí, está todo en su oficina, como me lo pidió— respondió él.
—Vale, enseguida te envío unos archivos para que los revises— Hyukjae asintió, aun no terminaba de escribir el artículo que le había pedido y ya tenía otras dos cosas más que hacer.
Otra cosa en común
Cuando entró a trabajar en la redacción de aquella revista, pensó que todo sería muy genial, sería como cuando tomaba los cursos de profesionalización en la universidad, difícil pero divertido. Sin embargo, no pensó que la jefa se comportaría como una bruja el setenta por ciento de las veces, el resto lo gastaba en relegarle trabajo de quienes no hacían nada bien o de quienes se iban porque no la soportaban, a veces, casi nunca, en felicitarlo por lo que hacía. Al menos reconocía su esfuerzo y el dinero que ganaba era suficiente para vivir bien. ¿Era eso suficiente?
Eso es lo que obtienes cuando piensas que seguir tus sueños es fácil, le susurraba la conciencia — ¿seguir mis sueños?, si así fuera estaría en París pidiendo un café en un perfecto francés— le respondió. "Seguir los sueños" es una tontería, como si sólo de eso dependiera la vida. —Es que los enfocan mal— dijo de nuevo— como si pedir que la verdura del súper fuera menos artificial no contara como un sueño, o querer que el gato de la vecina deje de maullar por las noches, o esperar a que la renta no suba en cuando inicie el otro año, esos también son sueños pero nadie los hace válidos porque no significan nada para quienes lo tienen todo, menuda forma de monopolizarlos.
—Otra vez estás peleando con tu conciencia— dijo de pronto Heechul— para tu próximo cumpleaños te voy a regalar una campana, así al menos tendrás la cuenta de todas las veces que pierdes— río.
—Callate, no hay ganadores, simplemente a veces no logramos llegar a un acuerdo— aclaró Hyukjae.
—Ya, ¿estás consciente de que eso suena muy raro, no? Que estés peleando con tu conciencia en voz alta, quiero decir— le preguntó mientras se colocaba en su sitio de redactor junto a Hyukjae.
—Que tu no converses mucho con la tuya, no significa que los demás no podamos tener una charla de vez en cuando con ella.
—A esa muñequita hay que hacerle caso sólo lo necesario— señaló su cabeza— pero como soy perfecto, siempre estamos de acuerdo— sentenció el mayor alegre, con los ojos pegados en el monitor.
—¿Vamos a comer juntos?—preguntó Hyukjae.
—Sí, en tanto pie grande nos deje salir pronto.
Hyukjae conoció a Heechul cuando entró a trabajar ahí, le cayó bien desde el principio porque siempre estaba alegre, hacía bromas, reía la mayor parte del tiempo y andaba de aquí para allá, feliz y tan libre que daba envidia.
Cuando se volvieron más cercanos descubrió la verdad: él no era tan feliz como aparentaba, a veces tenía muchos problemas como cualquier persona, pero decía que sí parecía decaído o triste se veía más vulnerable, "nadie se mete con una persona sonriente, Hyukjae, tienes que aprenderlo muy bien", le había dicho una vez.
Heechul era un ejemplo para él de muchas maneras, era un ejemplo de fortaleza, de resistencia al mundo, a los ojos de los otros, a los viles y a los crueles, pero también una ejemplo de bondad, había llegado a su vida como una luz, una cegadora luz con la que estaba agradecida por haberle acompañado y haberle mostrado el amor incondicional. Un par de semanas fueron suficientes para saber que serían amigos para toda la vida, de aquel entonces ya hacían varios años.
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The Lucky Ones [EUNHAE]
FanfictionDonghae tiene dos trabajos para poder pagarse una vida cómoda, la vida no lo ha tratado necesariamente bien y a muy temprana edad comprendió que "seguir su sueño" era mucho más difícil de lo que las personas decían, sobretodo, si no contaban con pri...