17. Noche buena

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Hyukjae pasó toda la tarde haciendo un pastel de fresa, si bien no era una gran cocinero, disfrutaba mucho hacer postres y le salían bastante bien. Heechul llegó a casa de él para ir juntos hasta el departamento donde celebrarían la noche buena. Estaban atiborrados de despensa para la cena, vino y dulces, también llevaban regalos que habían sido elegidos cuidadosamente para cada uno. Ambos estaban emocionados, Hyukjae se sentía muy afortunado de haberse encontrado con Seohyun y Donghae; Heechul estaba agradecido con Hyukjae por permitirle compartir la dicha de conocerlos.

Con todo listo se encaminaron hasta la casa de sus amigos, no tardaron nada en llegar pues vivían realmente cerca. Se examinaron mutuamente antes de tocar el timbre, ambos se veían cómodos y espectaculares, dignos de una cena festiva en confianza.

—Hola— saludó Seohyun cuando abrió la puerta— ¡Ah, pero qué guapos se ven!— los invitó a pasar.

—Tú no te quedas nada atrás— correspondió Heechul, Hyukjae secundo el halago y entraron.

—Pueden dejar eso por acá— Seohyun señaló la cocina, Heechul y Hyukjae la siguieron— ya está casi todo listo, sólo falta terminar la cena...y Hae.

— ¿Dónde está?— preguntó Hyukjae.

—Fue al correo, cancelaron el vuelo de su madre, pero mandó los obsequios.

— ¿Por qué? ¿Está todo bien?— preguntó Heechul.

Seohyun asintió con la cabeza.

—Hay tormenta de nieve en toda la zona, cancelaron los vuelos hasta el año que viene.

Hyukjae sintió una repentina tristeza, él se veía muy contento cuando le dijo que su madre venía.

— ¿No hay otra forma de que salga de allá?— volvió a preguntar Heechul.

—No, todo el suroeste tiene un clima espantoso, ni siquiera los vuelos nacionales están despegando.

— ¿Cómo lo tomó Hae?— preguntó Hyukjae.

—Bien, aunque tiene algunos años que no se ven, hablan muy seguido. A Donghae pocas cosas le causan estragos, en tanto su madre esté bien, él lo estará.

Cuando Seohyun sonrío, Hyukjae sintió que todo estaría bien.

Gracias a los días festivos la cafetería estaba cerrada, Heechul y Hyukjae tenían las vacaciones reglamentarias y volverían a la oficina hasta el dos de enero, sin embargo, Donghae tenía que ir a trabajar en la tienda. Debían aprovechar el tiempo al máximo.

Entre los tres terminaron de preparar la cena, hicieron más comida de la que pensaron que podrían comer. Más tarde llegó Donghae, su aura se sentía alegre, cosa que tranquilizó a todos. Heechul que por mucho, siempre era el alma de la fiesta, estuvo incitándolos a beber a través de juegos simples y tontos. Cuando empezaron a sentirse mareados lo dejaron y cambiaron por una película, que al final abrió su apetito.

Después de haber cenado, se sentaron en la sala a preparar los mensajes de navidad, en ese instante, se percataron que ninguno tenía a alguien especial a quien felicitar. Los mensajes para sus padres ya habían sido enviados. Los reglamentarios de relaciones diplomáticas en el trabajo, también. Lo de amistad no los tenía que enviar porque estaban juntos. Se burlaron de su soledad y mal contacto público, al final, decidieron pasar al momento de los regalos. El primero en repartir fue Hyukjae:

—Aquí tenemos este para Seo— le extendió una caja.

Unos tenis pintado a mano replicando una de sus pinturas favoritas, además, añadía una nota:

The Lucky Ones [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora