Donghae no solía servir café en las mesas, su trabajo consistía en cobrar, preparar las bebidas o hacer cualquier actividad que no implicara salir de la barra. El jueves que se conocieron, habían faltado dos meseros a causa de la fuerte y repentina lluvia. El lugar ya estaba más que abarrotado y la falta de personal lo había convertido en un día complicado. Donghae no solía recordar a las personas que atravesaban la puerta del local, lo cierto es que pocas veces les prestaba más atención de la necesaria.
Sonreía a todos por igual, era amable, servicial y diligente con su trabajo. Lo cierto era, que pese a todo pronóstico, trabajar en la cafetería le gustaba mucho, su sueño era encontrar un trabajo como barista en un centro nocturno y poder dejar de ir a la fastidiosa tienda, sin embargo, no contaba con los títulos suficientes, tampoco conocía a nadie en el medio que pudiera ayudarlo a aprender.
Ese deseo había sustituido sus deseos de ser bailarín y cantante casi por completo, siempre había algo de eso que salía a relucir de vez en cuando, pero trataba de ignorarlo lo más que se pudiera, porque inevitablemente terminaba escuchando palabras dolorosas en sus oídos: "estoy orgulloso de ti, deseo que sigas adelante y cumplas todas y cada una de tus metas, te amo". Su padre era demasiado optimista.
Hyukjae había descubierto esa cafetería una tarde de primavera, estaba de mal humor y decidió entrar ahí por primera vez, a pesar de que ya tenía mucho de haber sido inaugurada. En cuanto se sentó en una de las mesas del fondo le gustó el lugar, los precios eran muy accesibles, y sorprendentemente, se sentía muy cómodo.
Ya tenía rato que no frecuentaba lugares distintos a su casa o la oficina. Conforme avanzó el tiempo sus visitas a aquel plácido lugar se volvieron frecuentes, incluso conocía a casi todos los empleados, pues en más de una ocasión le llevaban sus pedidos, sin embargo, la primera vez que se volvió consciente de uno fue el aquel jueves de octubre, un pésimo día otoñal, lluvioso, gris y muy deprimente.
El chico apurado que derramó un café en su mesa, aún recordaba la canción que estaba sonando, el muchacho que, sin querer, se había instalado en su vida, se había convertido en su amigo, ese sujeto lindo, que lo hacía sentirse tranquilo y feliz como pocas personas lo habían logrado.
A ninguno de los involucrados en el accidente del café se le ocurrió siquiera pensar que el azar, la casualidad, el destino, el universo, los dioses del olimpo, del inframundo, o lo que fuera los llevarían hasta el momento en que se encontraban actualmente: queriéndose irremediablemente.
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—Algo bueno sucedió— afirmó Seohyun mientras veía a Donghae.
— ¿Qué?— respondió éste.
—No sé, tú dime, pocas veces te ves tan animado como ahora, ni siquiera estás odiando alistarte para ir a la tienda—Él levantó las cejas, era verdad, estaba a punto de irse a trabajar, en fin de semana a la tienda de autoservicio que tanto odiaba, incluso había peinado su cabello, ¿qué me está pasando?
—Quizá al fin me acostumbré— dijo
—Llevas ahí años, dudo mucho que sea eso— él se encogió de hombros
—Puede que si, no lo sé, ¿por qué me haces estas preguntas?— la miró serio, su alegría se había difuminado notablemente, evidentemente no se había acostumbrado a ese trabajo, estaba escrito por toda la cara. Su celular vibró en la mesilla, Seohyun lo alcanzó para dárselo y logró ver el nombre que aparecía en la pantalla...
—Hyukjae te envió un mensaje— e inmediatamente Donghae tomó el celular y leyó
Hyukjae: Hola :) Sólo escribo para preguntar qué tienes que hacer el martes, ¿quieres ir a la exposición de arte conmigo?, es la que te platiqué el otro día ¿la recuerdas?
Al notar el cambio de expresión en el rostro de su amigo, ella se aventuró a preguntar
— ¿Qué pasó?
—Nada, es Hyukjae, quiere que la acompañe a una exposición, pero es el martes, ese día me toca cerrar la cafetería y luego ir a la tienda— formuló un puchero.
— ¿Quieres intentar cambiar el turno, quizá puedas quedar libre?— Ella lo miró y en seguida agregó— ¿quieres que te cubra el martes?—preguntó.
—No, es tu día libre.
—Puedes ocuparte de eso después, de cualquier manera no tengo planes para ese día— sonrío, ella sabía que él quería ir a esa exposición.
— ¿Segura?— la miró dubitativo, quería ir con Hyukjae a la dichosa exposición, pero no sentía a gusto robarle a su mejor amiga el día de descanso.
—Sí, lo puedes pagar después, ¿cierto?— él asintió— pues ahí está, sólo que serás como cenicienta o los ratones, a las doce tendrás que llegar a tu trabajo nocturno si no quieres convertirte en calabaza.
Donghae: Vale, ¿a qué hora y dónde? respondió el mensaje,
Hyukjae: Mañana paso a la cafetería y nos ponemos de acuerdo ¿sí?
Donghae: Allí nos vemos.
Una sensación gratificante se instaló en su pecho, quizá era momento de empezar a dejarse llevar... sólo quizá.
¿Qué creen que va a suceder en esa salida 7u7?
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The Lucky Ones [EUNHAE]
FanfictionDonghae tiene dos trabajos para poder pagarse una vida cómoda, la vida no lo ha tratado necesariamente bien y a muy temprana edad comprendió que "seguir su sueño" era mucho más difícil de lo que las personas decían, sobretodo, si no contaban con pri...