Capítulo 21

2K 219 304
                                    

-Elsa-

Mi corazón palpitó tan rápido que podía escucharlo en mis oídos en el momento en que me quedé mi cuerpo quedó estático producto de la enorme sorpresa. La voz de Eugene impactó a mi como una bala; no escuchaba nada más que mi corazón...

¿Había oído bien?, ¿me había dicho... te quiero?

¿Por qué?, ¿Por qué lo decía después de todas las lágrimas que le dedique?: después de las noches de insomnio que me arrancó su ausencia, la tortura que fue para mí saber que estaba en brazos de otra que no era yo; pensar que le hablaría, la tocaría y la querría como a mí. Él me empujo de su vida dejándome caer vertiginosamente sin paracaídas ni paja hacía la dura y puntiaguda realidad: no me amó nunca. ¿Cuál es la necesidad de repetir una mentira?, ¿cómo de sus labios puede salir ello para dedicármelo después de destrozarme?

—Tú... —solté entrecortadamente. Me aferré a Jack tanto que temí lastimarle. Me impulsé en él para que me girase a Eugene. Le dediqué la mirada más fría que jamás le dediqué a él. Nunca a él —¿C-Cómo puedes decir eso? —pude soltar a duras penas al estar reteniendo todo el aire que quería soltar de mi interior cual huracán que se arremolinaba en mi tráquea.

Él retrocedió titubeantemente, sin embargo, esa mirada que conocía tan bien apareció en sus ojos —Porque es verdad.

—No, no es verdad —suspiré por el aire que me arrancó esa mirada, tanta melancolía. Me miraba así cuando me deseaba, entonces sabía que estaba dispuesto a todo para que sucumbiera a él —. Estuve sola tanto tiempo, lloré por ti, me sentí tan mal. Si me hubieses querido de verdad nunca me hubieses dejado por mi mejor amiga. ¡Dejaste mi corazón...! —me interrumpí al buscar la palabra que se le aproximara a mi dolor —¡Lo dejaste pulverizado! —apreté los dientes —¡te adoré con toda mi alma, Eugene ya no puedes reparar nada!

—¡Ya sé!, ¡¿crees que no lo sé?!, me equivoqué... haberme ido de tu lado es uno de los enormes errores de mi vida. Me di cuenta demasiado tarde.

Ahora sentí a Jack aún más tenso, cual piedra. Retuvo la respiración y me estrechó contra sí con más fuerza. No sé si me sostiene o intenta controlarse aferrándose a algo.

—Pierdes el tiempo, Eugene. Ya no te creo, no te creo nada.

Su moreno semblante se contrajo en una mueca de dolor —¿No me crees?

—Es imposible que borres el daño que me causaste, Eugene. F-Fue espantoso.

—¡Lamento todo lo que tuviste que pasar por mí culpa! —exclamó.

Fruncí el ceño ante la confusión de sus palabras —¿Cómo?

—S-Si no me hubiese ido de tu lado nunca hubieses conocido a Krei. No habrías pasado lo que pasaste...

Mi estomago se revolvió y de repente sentí que me dolía.

—¡Pero...! —inicié a decir arrugando la nariz, pero él me interrumpió.

—Nos hubiésemos casado y habríamos cumplido todas esas metas que teníamos, ¿las recuerdas?: luna de miel, casa propia, un perro, un hámster e hijos, ¿te acuerdas? Y si no, ¡recuérdalo! porque yo recuerdo todo con gran detalle.

—¡Eh, Eugene! —soltó Jack —¡Yuju! —canturreó —Estoy aquí, deja de hablarle a mi esposa como si no estuviera aquí.

—¡Y tú! —lo señalo con su dedo moreno —N-No sé de dónde apareciste en la vida de Elsa... p-pero... no, no debió...

Jack le interrumpió de forma tosca —¿Tú qué sabes, Eugene?, ella continuó con su vida y ahora está conmigo te gusté o no. Es mi esposa. No seguiré permitiendo que le digas esas cosas a la mujer que se entregó a mí en el altar. ¡Largo!

¿Cómo Ser Un Matrimonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora