¿Cómo Ser Un Matrimonio?

Capítulo 19

-Jack-

—Hace casi dos semanas —respondí a su pregunta, a lo cual él respondió en un corto silencio para luego volver a hablar.

—: A-Ah, sí, recuerdo que te ibas a casar. No sabía que con ella... ¿Cómo la conociste? —se rio nerviosamente.

La conocí en persona el día de nuestra boda. Pero, siento que ello me relaciona como un contrincante débil. Son muchas cosas que se revuelven en este aspecto; mi orgullo, los sentimientos de mi mejor amiga y los míos que apenas tienen unos diminutos cimientos que aún me asusta que siga desarrollándose. No sé, lo único que es seguro es que no me siento cómodo diciéndole ello.

—Mis padres nos presentaron hace unos meses...

Rapunzel giró su rostro y me miró con los ojos muy abiertos, incriminándome. Sí, ella sabía cómo era mi matrimonio con Elsa. Conoce los detalles.

—¡Oh!, eso fue muy rápido... y, eh, sí, tiene sentido. Se relacionan en un círculo que tiene a mucha gente en común.

—Síp, creo sí, pero ya sabes, cuando el amor llega en verdad es para quedarse —me acomodé en el asiento, deshaciéndome de mi tensión —. Todos nosotros estamos en un círculo muy pequeño. No me extraña que conocieses a mí esposa. ¿De dónde la conoces?

Él volvió a sumergirse en él silencio, este duro un poco más.

—¿Rapunzel no te lo ha contado?

—No —Rapunzel me tomó del brazo y me hizo mirarla para reprocharme con sus gestos —. ¿Me perdí de algo?

Él suspiró —Digamos que hace dos años fuimos muy cercanos.

—¿Cercanos?, ¿qué tanto?, ella nunca me habló de ti.

—¿No? —escuché su pesada respiración. Pude percibir la decepción en ese pequeño gesto —Supongo que no.

—Entonces, ¿fueron como mejores amigos o algo así?

—No, fuimos mucho más que eso. Fue mi prometida mucho antes de conocerte.

—Ah, sí, claro, notó ese detalle. Sí no, no estaría conmigo —reí intentando que no se notará mi tono seco y duro —. ¡Vaya!, qué casualidad, sí, definitivamente el mundo es muy pequeño —cité las palabras de mi amiga —. Ella nunca me habló de ti. Posiblemente no le guste hondar en sus relaciones pasadas.

—N-No. No creo —rio sin rastro de gracia, una risa corta y lastimera —. No... —escuché un sonido seco de su lado. Carraspeo —Bueno, Jack, ¿podrías pasarme a Rapunzel?... ¡Ah! y felicidades. Elsa es una mujer... encantadora, es... e-es muy especial... no la dejes ir. Eres afortunado.

—¡Gracias, Eugene! —exclamé con un entusiasmo actuado. Pues había visto como la fuerza, la vitalidad y la energía que irradiaba siempre mi mejor amiga se había fundido cual foco desgastado con esas simples palabras. Simples palabras cargadas de mucho significado —Lo tengo muy en cuenta. Es una mujer muy peculiar.

—Sí, mucho... adiós, Jack. Suerte.

—Hasta luego, Eugene. Espero verte pronto.

—Igual.

Le pasé sin más el celular a Rapunzel, la cual desactivo el altavoz y se colocó el mismo en el oído de nuevo.

—Sí, ya estoy aquí... sí... c-claro... ya, voy para allá —colgó, seguido guardo su celular.

Sin previo aviso, se lanzó a mi brazo. Restregó su rostro por este y enterró sus dedos en mi piel.

—¿Estas...? —no terminé la pregunta, ya que sonaba muy estúpida en cuanto la analicé mejor.