Yaoyorozu se encontraba tumbada en su cama mientras miraba el techo de aquella aburrida habitación, tan apagada y gris.
Suspiró.
La echaba de menos.
¿Por qué tenía que haber acabado así?
Ambas habían estado felices, incluso habían empezado a vivir juntas, no sabía en qué momento todo se había salido tanto de control.
Echaba de menos su música por las mañanas mientras ella cocinaba algún pastel en la cocina.
¿Qué se supone que tenía que hacer ahora? ¿Comer helado de chocolate y llorar como le había recomendado aquel video de internet?
No lo veía lo mejor.
Y ya había llorado demasiado.
¿Entonces qué? ¿Corría a buscarla?
Ni siquiera sabía dónde estaba. Además, Jirou le había dejado claro que no quería volver a verla.
Quería hablar con ella, pero tal vez era demasiado tarde, habían pasado dos semanas y no había recibido ni siquiera una llamada suya, ni un mensaje.
Suspiró de nuevo, colocando su rostro encima del cojín.
Por lo menos tendría que levantarse.
Sin más remedio lo hizo, se levantó de aquella enorme cama y cogió su teléfono móvil en dirección a la cocina.
Siete mensajes sin leer.
No quería abrir el teléfono móvil, así que lo guardó en su bolsillo.
Después de todo seguro que aquellos mensajes no eran de Kyouka.
Todo había sido su culpa.
Sí tan solo hubiera sido más fuerte, si tan solo no hubiera sido una cobarde su novia seguiría a su lado.
La persona que más quería seguiría a su lado.
Resopló cogiendo uno de sus tés y sirviendo el contenido caliente en una taza, al hacerlo parte del líquido se cayó quemando así su mano.
La taza cayó al suelo rompiéndose en pedazos.
Le dolía, pero tal vez se lo merecía.
Momo suspiró por décima vez en aquel día y se dispuso a recoger los restos de porcelana.
Al acabar intentó estar un poco presentable, se dio una larga ducha de agua fría y se aplicó algo de maquillaje para sus ojeras.
Antes de salir de su apartamento decidió mirar los mensajes.
Agachó la mirada entristecida al ver su fondo de pantalla.
Eran ella y Kyouka comiendo un helado juntas.
Maldita sea. La echaba mucho de menos.
Decidió eliminar el fondo y adjudicar uno cualquiera, de aquellos que venían junto al teléfono.
Se encontró con tres mensajes de Shoto preguntándole que tal estaba, tres de Ochako recomendándole que helado era mejor para una ruptura y uno de su madre que ni siquiera se molestó en leer.
Ahora tenía ganas de llorar.
Se tragó sus lágrimas y abrió la puerta, necesitaba salir a que le diera el aire y también comprar, estaba harta de comer fideos precocinados.
Comenzó a caminar.
Todo le recordaba a ella.
Los pájaros cantando, alguien silbando e incluso unas simples flores como las violetas.
Pero no había vuelta atrás, la había fastidiado y ella no iba a volver.
Cómo dolía.
Sin más preámbulos respiró hondo y se dispuso a entrar al supermercado.
ESTÁS LEYENDO
Ruptura | MomoJirou
RomanceEl proceso de una ruptura es doloroso, y no es una excepción para Momo y Kyouka. [AU sin quirks]