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Jirou acarició las cuerdas de su guitarra acústica con un aire melancólico

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Jirou acarició las cuerdas de su guitarra acústica con un aire melancólico.

La habitación que le había proporcionado su mejor amigo olía a cerrado y a cigarrillo. De cierto modo le asqueaba.

Mierda.

No tendría que haber vuelto a fumar.

La de pelo morado decidió levantarse del asiento y dejar su guitarra sobre una especie de estantería de madera.

Llevaba días en la misma posición, solo levantándose para ir al baño y a que le diera el aire de vez en cuando.

Tal vez tenía que levantarse y superarlo de una vez.

Después de todo ella había roto con Momo, ella había tomado su decisión y no sé arrepentía.

¿Pero entonces por qué su estómago le pedía té y por qué su corazón le pedía un abrazo de los suyos?

Cómo odiaba el amor.

¿Por qué tenía que haberse enamorado? ¿Y por qué de ella?

Resopló.

Para su suerte alguien entró al apartamento. Denki dejó unas bolsas en la mesa del salón y miró a la chica con una sonrisa. Una sonrisa alegre.

—Kyouka, los chicos y yo saldremos un rato ¿Te apuntas?

Le hacía la misma pregunta cada día, ya había pasado más de una semana de lo sucedido y esperaba que esta vez su mejor amiga aceptara.

—Está bien.

Mejor de lo esperado. Ni siquiera había tenido que insistir.

—Perfecto, voy a preparar unas cosas, ahora vuelvo.

Kyouka asintió mirando al chico. Acto seguido sacó su teléfono móvil.

Aún no había cambiado el fondo de pantalla. Momo tocando el piano.

No tenía el valor para cambiarlo, pero a la vez estaba enfadada.

¿Por qué no pudo acabar bien? ¿Por qué Momo no luchó por ella? ¿Acaso no la quería lo suficiente?

No tendría que haberse hecho ilusiones, todo era demasiado perfecto para acabar en un final feliz.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por su compañero de piso. El cual le hizo una señal para que se fueran.

Al salir caminaron juntos, mirando algunos escaparates de diferentes tiendas.

—Oh, mira este vestido. Te quedaría bien.

El rubio estaba señalando un delicado vestido de color negro de una tienda.

—A Momo le gustaría.

Se arrepintió al segundo de haber dicho eso. No le gustaba decir su nombre y mucho menos delante de Kaminari.

—¿La echas de menos, verdad?—preguntó el rubio.

—No, estoy bien.

Pues claro que la echaba de menos, todo de ella en realidad. Su sonrisa, su mirada, su rostro pensativo cuando trabajaba, su olor, sus manos...

Nunca pensó que echar de menos a alguien iba a doler tanto.

—¿Por qué no intentáis hablar de nuevo?—sugirió.

—He tomado una decisión y ella escogió la suya, rompió nuestra promesa—dijo con rudeza la pelimorada—¿Lo entiendes?

—Tal vez estás siendo demasiado dura...—suspiró.

Ella le ignoró, solo quería distraerse y dejar de hablar de ella. El de ojos ámbar intentó decir algo más, pero ella le interrumpió siguiendo su camino.

Necesitaba desaparecer unos segundos de aquella realidad.

Necesitaba desaparecer unos segundos de aquella realidad

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Ruptura | MomoJirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora