ᝯᏗᎮᎥ́ᏖᏬᏝᎧ 8

69 7 5
                                    

Mi mejilla ardió al sentir el puño de mi padre en mi cara, un día más de mi miserable vida nunca he sido totalmente feliz desde que tengo memoria, mi padre es un empresario con mucho éxito, casi nunca lo veo y realmente estoy muy agradecido con eso, porque las pocas veces en las que veo su asquerosa cara es cuando llega a casa borracho.

Caí al suelo soltando un pequeño quejido.—Eres una mierda, ni como saco de boxeo me sirves ni siquiera sé para que te estoy criando como mi hijo.—me limite a quedarme callado, tirado en el piso, sino luchaba el simplemente se aburriría y se iría como siempre.—A veces pienso que no eres mi hijo, la zorra de tu madre tal vez me esta haciendo criar a un hijo de otro.—Escupió sus palabras con odio y después se fue.

Me senté lentamente en el suelo y suspire. Ya casi no sentía el dolor en mi cuerpo, ya me he acostumbrado a esto, comenzó a golpearme desde que cumplí los seis años y actualmente tengo doce, seis años teniendo esta basura de vida.

Nada mal.

Me levante lentamente ya que esta vez sus golpes fueron más potentes y camine arrastrando mis pies hacia mi habitación. Tal vez mis padres sean una porquería, pero por lo menos están llenos de dinero y tengo muchos lujos.

Entré a mi habitación, para después dirigirme al baño tenía que curarme un poco, no me dolía, pero no podía dejar que se me infectara o algo así, la reputación de mi familia no puede ser manchada, aunque la verdad quería que mis dos padres estuvieran tres metros bajo tierra y yo me quedara con todo ese dinero.

Me recosté en mi cama y mi madre entró a mi habitación.—Niño...hoy va a venir una mujer muy importante, quiero que te vistas decente y finge por un momento que eres feliz, ella podría hacernos más ricos de lo que ya somos.

La mire y le sonreí.—No te preocupes, no es algo muy difícil después de todo nosotros siempre hacemos eso ¿no? Fingir ante los demás.—Reí y me senté en mi cama.

—Pues esta vida te tocó, lo lamento no hay más, compórtate esta noche mocoso o ya verás.—Se dio la vuelta y se fue.

Y si esa era mi adorada madre, todos los días me recordaba que por mi culpa tiene una fea cicatriz en el vientre, aunque realmente sé que eso no es cierto, solo fue su culpa por ser una jodida caliente que no puede permanecer sin un nuevo amante cada día.

Pues yo no era nadie para juzgarla, es su trasero y ella se lo puede ofrecer a quien sea, lo que me molestaba es que ella se quejara del mundo como si ella fuera la mejor persona que ha pisado el planeta.

Mi madre siendo una vil zorra sin sentimientos de madre y mi padre siendo un alcohólico, golpeador y corrupto.

Ellos no merecían vivir.

Este pensamiento lo he tenido desde que cumplí los 10 años, antes pensaba que todo lo que pasaba aquí era mi culpa que no debía nacer, pero yo no se los pedí, yo jamás les pedí nacer y mucho menos estar en esta basura de familia...si así es como se podría llamar a lo que tengo.

Me metí a bañar sintiendo un poco de ardor en mi estomago, tenía un par de raspones y suspire al ver que caía un poco de sangre por mi pecho, ese jodido hombre me golpeó con ganas esta vez. Termine de ducharme, desinfecte mis heridas una vez más y las vende, después me vestí de una manera formal, era normal que me pidieran que me vistiera de esta manera, casi siempre venían invitados de mis padres, aunque más por parte de mi madre, aunque estos desaparecían con ella por un largo rato, pero son asuntos que realmente no me importaban.

Me mire al espejo y suspire, aunque mi padre no me lastimaba en lugares visibles, mi cara se veía demasiado demacrada a veces no podía dormir porque tenía bastantes pesadillas por la dura vida que he llevado.

El asesino y El policia. [JIMSU] [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora