ᝯᏗᎮᎥ́ᏖᏬᏝᎧ 26

34 3 1
                                    

—Tú madre ha fallecido, ¿Sabes lo que es eso?.—Mire a mi padre sin entender muy bien a lo que se refería, tan solo tenía 4 años de edad.—Jamás la volveremos a ver.—
Mi padre seguía hablando sobre eso, no comprendía lo que estaba pasando, pero él se veía muy triste, quería que sonriera como siempre.

Camine junto a mi padre, ambos entremos a una sala y ahí estaba toda mi familia, vestida de negra, incluso yo, me encontraba demasiado confundido, tenía millones de preguntas en la cabeza, pero no quería molestar a papi, él se veía tan decaído.

¿Qué podía hacer para que él sonriera de nuevo?

Paramos de caminar y mire a mi alrededor, al frente de mi solo había una enorme caja.—Tae...—Mi padre me hablo y lo mire sonriendo, él hizo lo mismo y se coloco de rodillas para estar a mi altura.—Tu mami está ahí, ella está dormida...y jamás despertará...¿Entiendes?.—Dijo con una voz muy temblorosa, pero logró hacerme sentir seguro.

Lo abrace y él simplemente comenzó a llorar, no comprendía que pasaba, pero no quería preguntar, se nota que él estaba bastante triste, iba a preguntarle porque, pero las palabras de mi tía me dejaron congelado.

—¿Por qué nos dejaste? Nos abandonaste a todos.—

Me sorprendí un poco al escuchar las palabras, mi madre simplemente nos abandonó a papá y a mi, pero ¿Por qué? Ella decía que nos amaba mucho, al parecer aunque ames a alguien, simplemente un día decides dejarlo.

Después de ese día tan confuso que tuvimos, papá y yo nos fuimos a la casa de mis abuelos. Mi padre se veía bastante triste, pero siempre intentaba hacerlo sonreír, a veces funcionaba, otras veces no tanto, pero jamás mostró rechazo o molestia hacia mi, hasta ese fatídico día.

Estaba en mi cuarto jugando con el jaguar de peluche que me dio mi padre, bostecé y fui directo a mi cama, me acosté en ella, estaba dispuesto a dormir, pero los gritos no me dejaron hacerlo. Asustado, tome mi peluche, salí de mi habitación y camina hacia la cocina, yo tenía unos 7 años de edad, ya entendía muchas cosas, pero otras no tanto.

Y este era una de estas cosas que no comprendía.

Mi padre se tambaleaba, mientras era sostenido por mi abuelo.—¡Tengo que alejarme de él, es idéntico a ella! Siempre que lo veo, la veo a ella.—Dijo al borde del llanto.

Mi abuela lo tomo de los hombros y lo sacudió.—¿Y que planeas hacer con tu hijo?.—Abrí mi boca sorprendido, ahí me di cuenta que las cosas jamás irían para bien.—No puedes simplemente dejarlo de lado, porque te recuerda a tu esposa, él te necesita y tú lo necesitas a él, se lo debes a tu difunta esposa.—Dijo bastante alterada.

Mi padre dejó de moverse por un buen rato, se separo de mis abuelos y suspiro.—Lo sé y yo lo amo, pero no puedo, la extraño, además...yo soy un maldito alcoholico desde que ella me dejó.

Ahí estaba esa palabra de nuevo..."Dejar" ¿Realmente nos dejó?.

De repente las palabras de mi tía regresaron a mi mente una vez más «¿Por qué nos dejaste? Nos abandonaste a todos». Aquí me doy cuenta que mi madre nos abandonó, a pesar de amarnos tanto como ella decía.

—¡Hijo!.—Salí de mis pensamientos cuando escuché el grito de mi abuela y solo escuché la puerta de la casa cerrarse y después el sonido del auto arrancando lejos de aquí.

Él también me había dejado y nunca entendí porque, esa fue la última vez que vi con vida a mi padre, después solo asistí a su funeral, pero jamás me dejaron ver el cuerpo.

Paso un año y regrese a la primaria, era mi primer día en esa escuela, solo esperaba que lograra hacer por lo menos un amigo, siempre han considerado que soy una persona extraña, por el simple echo de vivir en mi mundo y decir cosas sin sentido.

El asesino y El policia. [JIMSU] [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora