Kageyama y Shirabu

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(Shirabu)

Sabía que llorar me traería consecuencias, enserio. Pero me dolió tanto ver a Semi-san besando a Tendou-san que no pude evitar llorar un poco por la noche, y gracias a eso, este día me la he pasado de mal humor y con un terrible dolor de cabeza.

Hay que decir que mis compañeros de equipo no ayudaban mucho... entre Goshiki y sus gritos, Tendou-san con sus bromas y otras personas que me molestaban de vez en cuando, me la pase gritando toda la mañana, y que conste, que de nos por Ushijima-san, Goshiki habría terminado todo mojado porque intente tirarlo al mar. La persona que dijo alguna vez, que los alfas tienen más fuerza que los omegas nunca se topó conmigo.

Al final, en la tarde, mi capitán de equipo sugirió que me fuera a dormir. Obviamente, con el humor de perros que traía me negué. Los entrenadores, pensaron que, para calmar las aguas, pues Yaku-san y Kageyama estaban igual que yo, un paseo por el bosque sería lo mejor.

Caminamos por un rato, apreciando la belleza de la naturaleza... mis compañeros de equipo se callaron y mi dolor de cabeza menguo un poco. Sin embargo, cante victoria antes de tiempo... llegamos a una tirolesa sobre un lago, y como la mayoría quería cruzar por ella, empezamos a hacer fila para lanzarnos. 

Da la casualidad, que Goshiki estaba justo delante de mí, y cuando fue su turno, con mucha alegría, no dude en empujarlo, logrando que bajara por ella, pegando un grito para nada masculino. Me lleve una reprimenda del entrenador, pero valió la pena. Durante el resto de la caminata, Goshiki se mantuvo alejado de mí, y en total silencio.

Al volver al hotel, Ushijima-san y Kindaichi nos arrastraron a Kageyama y a mí, a nuestro cuarto, y nos dijeron que durmiéramos un rato. Ambos, un poco resignados, finalmente les hicimos caso.

Me recosté en mi cama, y el águila de mi amigo, que por alguna razón nos había seguido hasta la isla, junto con su cuervo y búho, se poso sobre la cabecera de mi cama y se froto contra mi mejilla.

-Realmente le agradas a Swellow. -Me llego la voz de Kageyama desde la otra cama, él estaba abrazado a su búho y tenia al cuervo posado sobre la mesita de luz.

-Me gusta mucho. -Le conteste.

-Deberíamos dormir, se nos pasara el dolor de cabeza. -Kageyama me sonrió un poco, aún tenia los ojos rojos de llorar.

-Sí, descansa. -Asentí.

No dormí mucho, pero cuando desperté, el cielo ya empezaba a oscurecer. Escuche la puerta de la habitación cerrarse, y me voltee, la cama de Kageyama estaba vacía...

Me levante y salí, veía a mi amigo ir un poco más adelante, no sé bien por que lo seguí, quizás por preocupación, o puede que yo tampoco quisiera estar en el hotel. Al final, ambos terminamos sentándonos en las ramas de un árbol, luego de caminar un rato por el bosque.

- ¿Por qué me seguiste? -Me pregunto mi compañero, no parecía enojado.

-Sentí que tenia que hacerlo. -Le respondí. Swellow y Noctowl nos habían acompañado y estaban ahora, apoyados en nuestros hombros.

- ¿Estás bien? -No creo que eso fuera algo de lo que quisiera hablar, pero la voz de Kageyama sonaba tan apagada como la noche anterior.

-Odio ser un omega. -Dije, y mire mis pies.

- ¿Qué hay de malo en ser un omega? -Mi amigo apoyo su mano sobre la mía.

-No soy bueno siendo uno. Nunca me he comportado como un verdadero omega, lo único que tengo de él es el tamaño y el olor, pero después... -Suspire. -Todos siempre se burlaban de mí, porque tengo el carácter y la fuerza de un alfa, porque no soy lindo, porque... porque no me comporto como debería. Incluso mira, soy el único omega en un equipo de alfas... no entiendo porque nací así, ni siquiera me sirve para conseguir al chico que me gusta... -

-A mí me gusta como eres. No eres delicado, ni necesitas que alguien te proteja, eso me parece algo genial. Y hablando de como tiene que ser un omega... mírame, soy alto, no soy lindo, ni tierno; tengo un carácter de alfa igual que tú... yo tampoco me comporto como debería, pero no por eso odio mi segundo género. Y sabes, deberías estar orgulloso de pertenecer al equipo de Shiratorizawa, porque eso significa que eres mucho mejor que cualquier alfa, incluso Semi-san. -Kageyama me apretó la mano. -No odies lo que eres, y no le hagas caso a las burlas de unos envidiosos alfas u omegas. Eres genial tal como eres, no dejes que nadie diga lo contrario, ni siquiera tú. –

No pude evitar abrazar a mi amigo, y las lágrimas volvieron a salir de mis ojos.

-Gracias, Kageyama. -Me separe de él. -Creo que nunca nadie me dijo algo tan lindo. –

-Solo dije lo que pienso. -Kageyama es tan sincero como Ushijima-san.

- ¿Tú estás bien? -Pregunte, cuando recupere el control de mis sentimientos.

-Sí... estoy enojado conmigo mismo, pero estoy bien...-Me contesto, ahora era él quien se miraba los pies.

- ¿Por qué estás enojado contigo mismo? -Cuestione, apretando su mano.

-No entiendo por qué me enamore de Tsukishima... bueno, si sé por que me enamore, pero... realmente creí que él también sentía algo por mí... -Noctowl se froto contra la mejilla de mi amigo. -No me di cuenta que el único bobo enamorado era yo... me siento decepcionado de mi mismo por no haberme dado cuenta. Además, lo que dijo... -

-Oye, yo tampoco note que Semi-san y Tendou-san estaban saliendo, no te sientas mal por eso. -Trate de animarlo, yo también estaba enojado por no haberme dado cuenta de lo que tenían mis sempais. - ¿Qué fue lo que te dijo Tsukishima? –

-Dijo que no saldría conmigo ni, aunque fuera el único omega del planeta, que no le gustaba mi aroma, ni lo necesitado que era, ni nada sobre mí... dijo que era un tonto cabeza hueca que solo piensa en el vóley, y que nunca tendría un alfa, porque nadie podría soportar mi forma de ser nunca... -Kageyama se largo a llorar.

Nota mental: Matar al bloqueador alto de Karasuno.

Abracé a mi amigo y lo consolé hasta que se detuvo.

-Escúchame, todo lo que te dijo ese imbécil es basura. Eres un gran omega, sabes cocinar muy bien, te gustan los animales, eres muy amable, servicial, y fuerte. Eres un increíble setter, y tu aroma, a mí me encanta, es como el de los jazmines, refrescante y hermoso. -Le sequé las lágrimas con la manga de mi chaqueta. -Él es un idiota por no ver al gran omega que hay en ti. Y te puedo asegurar que después de lo que nos contaste, no eres ni necesitado, ni un cabeza hueca. No llores más, ¿sí? Te puedo asegurar que él no se lo merece. –

Kageyama me abrazo, enterrando su cara en mi cuello y yo lo deje estar, hasta que, se sintió mejor.

-Creo que deberíamos volver. -Me dijo, y observando alrededor, note que ahora, todo estaba mucho más oscuro.

-Sí, vamos. -Asentí.

Los dos bajamos del árbol, y empecé a mirar a todos lados... no reconocía le camino por el que habíamos venido...

-Kageyama, ¿recuerdas por donde vinimos? -Pregunte, y para mi desgracia, mi compañero negó con la cabeza.

Revise mis bolsillos, buscando mi teléfono... lo había olvidado en el hotel...

-Oh no, deje mi teléfono sobre la mesa de la habitación. -Escuche a Kageyama... me quiero morir.

-Yo también olvide mi teléfono. -Dije.

Parece... que Kageyama y yo nos perdimos... para colmo, justo cuando oscurece... esto no es bueno...

6 Alfas, 3 Omegas y 1 Beta para enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora