Sirvientes

671 79 8
                                        

Un silencio incomodo hace presencia, es clara la tensión que hay entre ellas dos.

-Mientras no pienses en ser reina, está bien para mí – sonríe esta horrible mujer – ¿Cómo son sus nombres?

-Soy Ramón, ella es Poppy – contesto con un par de balbuceos de por medio, hago la voz más asustada y débil que me sale – fuimos abandonado de pequeños en lo profundo del bosque, no habíamos podido volver hasta que su hijo y la princesa Lila nos encontraron.

-¿Es esto cierto, Jess? – le pregunta, él finge leernos la mente.

-Sí, dicen la verdad.

-Bien. Búscales una habitación aquí, serán nuestros nuevos sirvientes. Pueden retirarse.

Hacemos una última reverencia fingiendo estar agradecidos, su sonrisa arrogante pensando que hizo un buen gesto como reina solo logra ponerme de mal humor. Con mucho gusto le daré su merecido, libraré a todos de su cara engreída.

Lila nos guía por algunos pasillos, Jess solo nos sigue algo apartado.

-¿Todo bien? – le pregunto.

-No aparecí en casa por dos semanas, nisiquiera me miró – murmura. Los tres hacemos una mueca sintiendo empatía por él, de verdad se ve vulnerable ante la poca muestra de afecto de su madre. Pero su cara angustiada se reemplaza con una autentica sonrisa cuando ve salir a un troll rojo con cabello blanco de una de las habitaciones. Está vestido con un traje que parece de sirviente – luego los alcanzo, siéntanse como en casa.

Sonrío entendiendo quién es el causante de sus ojos brillantes.

-Esta será su habitación, supongo que no les molestará compartirla. Al fin de cuentas, ya son novios, ¿no? – nos dice Lila con una sonrisa cómplice. Si que le gusta fastidiarnos.

-Supongo – dice Poppy totalmente sonrojada.

-Bien, el primer paso es encontrar la poción que usa Stela para sacarnos nuestra magia. Ustedes serán los encargados de limpiar la casa, por lo que no se les hará muy difícil – nos susurra. Acordamos encontrarnos mañana en la noche, en la entrada del castillo.

Pasamos algunas horas acomodando las pocas cosas que trajimos, encontramos un cajoncito con ropa de sirviente y otra para dormir. Como ya es de noche supusimos que no nos necesitarían y simplemente nos pusimos la pijama y nos acostamos en la cama que había en el centro de la habitación.

-Por fin dormimos en una cama de verdad – suspiro. Me dolían partes del cuerpo que desconocía que tenía de tantas noches durmiendo en el suelo.

-Por fin tenemos un poco de tiempo a solas, ¿no crees? – murmura mientras se abraza a mi. Siento su respiración en mi cuello y hace pequeños círculos en una de mis mejillas – ¿te das cuenta que en cada aventura que hacemos siempre nos unimos más? No puedo creer que ahora estemos juntos.

-Se siente extraño, tantos años apreciándote desde lejos y ahora estas aquí, conmigo. Durmiendo juntos – no puedo evitar sonreir ante ese hecho. Nunca creí que lograría llegar hasta aquí. Ella levanta un poco su cabeza y me besa.

-Te amo – murmura en un susurro.

-Yo más, Pops.

Magia [Broppy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora