Arroyín

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-No puedo creer que ese hijo de insecto esté vivo. ¿Qué quieren, dioses de la brillantina, porque me castigan poniéndolo de nuevo en mi camino? – pregunta dramática Poppy mientras mira por la pequeña ventana de nuestra habitación - ¿crees que esto afectará en nuestro plan?

-Lila se nota de verdad enamorada, si tiene que decidir entre creernos a nosotros o a él, no dudará en elegirlo a él. Solo debemos esperar que ella respete nuestra petición y no se entere que estamos aquí.

-No sabemos cuántas mentiras le habrá dicho para enamorarla. ¡Vamos! No se merece el amor de Lila, ¿Quién querría salir con él? – pregunta indignada. No sé si reír ante la ironía de la situación, solo la miré unos segundos para que adivinara mis pensamientos – eso fue hace tiempo ya, antes de que se volviera un traidor.

-Lo sé, pero no quita el hecho de que estuviste detrás de él bastante tiempo, incluso cuando todos te dijeron que no era para ti. ¡Incluyéndome!

-No estoy nada feliz con las cosas bobas que hice por él. Pero ya es pasado – me sonríe mientras se acerca a mí – ahora tengo un novio guapo, gentil, algo paranóico, atento y con la voz más hermosa de toda Villa Troll. ¿Qué hice para merecerte? – pregunta divertida mientras me abraza. Ambos estamos algo sonrojados.

-Sonreírme.

[...]

Luego de terminar con nuestras tareas en la casa de la Reina, nos permitieron salir a recorrer la aldea. Lila nos hizo un tour por cada rincón de su reino, hablando con confianza y amor sobre cómo habían evolucionado a pesar de los límites que Stella imponía. Ella era muy querida por cada uno de los trolls que aquí viven, de verdad será una buena reina.

-¡Vengan! Les invitaré una malteada de fresas.

Entramos en la misma casa de la anciana que nos dio algodón de azúcar, era un lugar bastante grande con muchas mesas distribuidas y un escenario con letras brillantes que decían "karaoke". Nos sentamos en una de las mesas y esperamos que alguien nos atienda.

-Buenas tardes alteza, ¿qué desean pedir?

Su maldita voz.

-Tráenos tres malteadas de fresas, cariño – murmura Lila mientras le deja un beso en la mejilla. Él se aleja para seguir con su trabajo.

-¡Te dijimos que no queríamos verlo! – se queja Poppy bastante alterada.

-Quería que vieran que es un troll de fiar y que nunca nos delataría, si le contamos la verdad.

-¿De fiar? Fingió no conocernos. Eso no me da confianza, Lila – refuto.

-¿Tal vez no los recuerda? – pregunta.

-Claro que nos recuerda – espeta mi novia – ahora que ya nos ha visto, esperaremos a que termine su turno y nos llevarás a tu casa para aclarar algunas cosas. ¿Está bien?

-¡Hecho! Gracias por darle una oportunidad – nos abraza.

Esperamos una hora tomando nuestras malteadas y fingiendo que todo era normal y tranquilo. A pesar de que Lila no haya respetado nuestra decisión de no hablar con Arroyín, entiendo su intención. Si yo tuviera que esconderle algo tan grande a Poppy, me sentiría de verdad culpable.

La caminata de camino a la casa de la princesa es bastante incómodo, Cada uno va tomado de la mano con su respectiva pareja, charlando de temas individuales. Cuando al fin llegamos, Lila nos invita a sentarnos en su sala y nos ofrece algunos pastelillos. Arroyín solo nos mira algo asustado.

-¿Nos dejas hablar a solas con él, por favor? 

[N/A: perdon por tanto tiempo sin actualizar, empece la universidad y no tengo tiempo ni para respirar ahre]

Magia [Broppy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora