Magia [Broppy]

Emboscada

Bien, primero debemos deshacernos de los cientos de guardia. Habíamos pensado en congelarlos pero sería muy fácil de descubrir. Debíamos hacerlos desaparecer de una forma sigilosa. Fue entonces como se nos ocurrió hacer que Arroyín arme un escándalo en el pueblo que requiera la presencia de la guardia real.

Luego, nos encargaremos de que cada uno de los sirvientes se nos una, mientras más seamos más posibilidades de ganar tenemos.

Finalmente, acorralar a la reina Stela y obligarle a devolverte la corona y el trono a la verdadera sucesora, Lila.

¿Pan comido, no?

Con Poppy fingíamos asear los alrededores de la sala principal, para observar los movimientos de Stela. De un momento a otro una alarma suena haciendo que los guardias se pongan atentos, después de unos minutos alguien grita que hay fuego en la villa. Con Poppy tapamos nuestras caras con nuestras manos, a Arroyín se le escapó de las manos.

La reina ordenó que fuesen a ayudar a los trolls, pero ella se quedó en su trono.

Jess estaba al lado de su madre, esperando el momento perfecto para darnos la señal de que podíamos atacar. Con Poppy concentramos magia en nuestras manos, enfocándonos en los puntos clave que debíamos cumplir. Nuestro amigo nos guiña un ojo para que procedamos.

-Reina mía, ¿ya le han dicho lo hermosos que son sus pies? ¿No le gustaría un masaje? – pregunto mientras me acerco a ella con la mejor cara de bobo que me sale.

-Soy muy buena haciendo peinados, ¿no le gustaría un cambio de look? – avanza mi novia ahora. De a poco estamos logrando acercarnos a ella, así podríamos capturarla con mayor facilidad y no le daríamos tiempo a usar sus poderes.

-Me halagan, súbditos. Con gusto dejaré que me atiendan. Pero primero pónganse este aceite en sus manos, me aterran los gérmenes – hace mueca de asco. Me dan ganas de gritar de lo egoísta y mala reina que es, nadie debería tratar a su pueblo así.

Dejamos que nos bañen las manos con ese vizcoso aceite y al fin nos deja acercarnos a ella. Comenzamos con nuestro supuesto trabajo de relajación, hasta que creemos que está lo suficientemente distraída para no esperarse nuestra treta. Contamos silenciosamente hasta tres, de manera ágil y rápida Poppy le pone unas esposas que le impediría usar su magia y yo intento congelar sus pies al suelo.

Pero mi magia ha desaparecido.