Prólogo

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La noche era fría y con viento, pero en la Mansión Herz el ambiente era cálido, Leyna se encontraba en el comedor, sentada con los brazos cruzados sobre la mesa y con un notable ceño fruncido, causado porque su pequeña nieta, Nixie, había logrado su transformación completa a la edad de doce años.

Miro la superficie de la mesa y vio un sobre abierto con el emblema de los Herz, este había contenido una carta dirigida hacia ella de parte de Demian Herz, su abuelo, y el primer integrante de la familia, siendo él el monarca supremo.

En el contenido de la carta, Demian le pedía una explicación, ya que había podido sentir una abundante cantidad de poder mágico, por no decir una explosión de magia. Leyna sabía que aquello no era normal, pues era extraña la forma en Nixie desarrollaba sus poderes siendo tan joven, además estaba el hecho de que empezaba a tener sospecha de algo y oraba internamente para que estuviera equivocada.

Miro el papel nuevamente y soltó un suspiro cansado, todo ello estaba saliéndose de control. Al poco tiempo Volker y Kerstin entraron a la habitación donde su progenitora se encontraba, tomaron asiento a su lado y la miraron, tenían que saber qué era lo que les había estado ocultando los últimos días.

—¿Y bien? ¿Vas a decirnos, que es lo que está pasando? —demandó saber Volker.

Leyna no contesto, en cambio soltó otro suspiro y cerró los ojos con cansancio, llevaba varios días dándole vueltas a aquel asunto en busca de una explicación lógica, pero no había encontrado ninguna que terminara por convencerla completamente.

—Madre —dijo Kerstin suavemente.

—Tengo una teoría para lo que Nixie sufrió en esa dichosa Cámara de los Secretos —informó incorporándose correctamente en la silla —, pero no me gusta.

—¿Qué es? —pregunto el hombre.

—Recuerdan que Nixie dijo que al ver al chico Potter en peligro comenzó a pensar en protegerlo —miro al frente y respiro hondo —, creo que la razón por la que se transformó, fue porque ya ha elegido.

Los menores se quedaron mudos, no era posible que Nixie hubiera hecho eso ¿O sí? Solo tenía doce y dentro de poco, trece, aún era una niña.

—Esto no puede ser —negó Kerstin con la cabeza, incapaz de creer aquello.

—Es solo una teoría, pero si no me equivoco y nunca lo hago, es cierto —dijo Leyna volviendo a sujetar su cabeza.

—Es muy chica, ¿Cómo puede ser posible? —dijo Volker.

—No tengo idea, esto jamás me había pasado en todos los siglos que llevo de vida —respondió la mayor.

—¡Tenemos que hacer algo, no podemos dejar que pase! —bramo Volker.

—Ah sí... ¿Y que se te ocurre? ¿Encerrar a tu hija en el sótano? —cuestiono en broma Kerstin.

—Pues no es mala idea — respondió Volker mirando a su hermana.

—No lo decía en serio, además sabes tan bien como yo, que es tema es sagrado —chilló Kerstin.

—¿Sagrado? ¡Sagrado! ¡Esto no es más que un error!

—¿Un error? ¡Es tú hija! ¡Es SU decisión!

—¡No voy a permitirlo! ¡Ella no puede...!

—¡BASTA! —rugió Leyna azotando los puños en la mesa, que se rompió al ser golpeaba por tremenda fuerza.

Kerstin y Volker dejaron de pelear y miraron a su madre.

—Lo que pase de ahora en adelante, ya no nos concierne, así que dejen de discutir —gruño y volvió a sentarse, alzo la mano y de un movimiento arreglo la mesa.

—¿Qué quieres decir con eso? —pregunto Volker bruscamente.

Leyna respiro pesadamente y les extendió la carta para que ambos pudieran leerla.

—Acaba de llegar, es de su bisabuelo, Demian Herz —dijo y ambos se pelaron para leer la carta —. Ya se enteró de lo que paso, sintió la magia desde la isla —se removió molesta en la silla —, y no fue el único, los demás líderes están igualmente conscientes de que esto no fue normal —explico.

—¡Pero madre! Demian está pidiendo que llevemos a Nixie —se sorprendió Volker dejando la carta para que Kerstin pudiera leerla mejor.

—Y eso haremos, no podemos hacer nada —respondió seria.

—¿Y no puede esperar a la boda de Luther? Después de todo se hará allá —argumentó Kerstin.

—Lamentablemente no, si los líderes ya están al tanto de esto, no podemos ignorarlos, lo considerarían una falta de respeto —dijo Leyna.

—¿Una falta de respeto? —ironizo con burla Kerstin —. Llevamos ignorándolos dos años.

—Pero ¿qué va a pasarle? —pregunto Volker ignorando el comentario de su hermana.

—No tengo idea, habrá que esperar —dicho eso se puso en pie y salió de la habitación.

Volker y Kerstin se miraron, si Demian quería hablar personalmente con Nixie, era lo suficientemente grave. No dijeron otra palabra y cada quien abandono el comedor para ir a sus respectivas habitaciones.

Nixie y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora