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UN AÑO DESPUÉS DE ADOPTAR DOS BEBÉS

Ir a dormir.

Todos amamos ese estado. Es algo agradable cerrar los ojos e irte a una inmensa oscuridad dónde no existen voces molestosas ni angustias ni pensamientos. En fin todo eso acaba cuando abres los ojos pero para esas, estás bien, porque has descansado todo tu cuerpo.

-¡Guae~! ¡Guae~!- Los bebes lloran en la otra habitación justo a las tres de la mañana cuando Gulf se había acostado a dormir con Mew. Ambos exhaustos.

-Mew~. Los bebés. Estoy agotado...- Gulf se retuerce en la cama con su cabello todo despeinado, unas ojeras inmensas bajo sus ojos, e ropa desgastada demasiada suelta. Se remueve para mirar a Mew pero este sigue durmiendo.

-Boo~.- Gulf suplica a por su despertar pero su esposo sigue durmiendo con ronquidos. Gulf suspira agotado saliendo de la cama para caminar hacia sus bebés en la habitación al lado de la suya en la casa de su abuelo.

-Ya bebés, papi está aquí. Papi está aquí.

Gulf susurra ahora yendo hacia su nena afroamericana. Una bebita con cabellos de risitos meceando esta en sus brazos de lado a lado.

-Ya, papi está aquí. Papi está aquí.

Gulf repite mientras que su otro bebe llora. Él toma a su nena asiática para menearla en su otro brazo. Ahora los mece a ambos.

-Shh, shh. En mis brazos están ahora. A salvo están,- Gulf canta una canción de cuna. -no permitiré que el cuco se los lleve. Por más llorones que ¡sean~!- Gulf grita lo último en un susurro con una sonrisita viendo a sus hijos relajarse. Gulf los vuelve a poner en sus cunas para sacar las botellas de leche y alimentar primero a la niña con una sonrisa de labios en su rostro admirando a su preciosa hija. Cada momento con ellos, por más agotador que fuese, Gulf los apreciaba con todo su corazón porque eran únicos.

-Duerman mis niños, duerman ya. En mis brazos ahora están.- Gulf canta ahora alimentando al niño. Las cunas estaban unidas en aquel pequeño cuarto tan tierno con peluches de jirafas, elefantes e perritos.

Al terminar de alimentarlos, guardó la leche en un bulto que tenía a una esquina de la habitación y se acostó en el sofá de la habitación subiendo sus piernas para acucurrarse ahí y usar sus brazos en el brazo del sofá. Los cruzó y como almohada los utilizó para dormir.

La abuela de Gulf se asomó a la puerta de la habitación frotándose un ojito por recién despertar de su sueño. Iba a hablarle a su nieto pero lo vio dormir profundamente así que lo apreció con una sonrisa de labios.

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A estas horas se encontraba Jamie corriendo por las calles persiguiendo a un criminal que huyó al instante en el que la policía y ella lo encontraron en una cafetería.

Jamie no dejaba de correr e incluso se deslizó por el capo del auto que casi arrasa con ella, recibiendo un: «¡OYE!» del conductor que ella claramente rindió tres mierdas.

Siguió persiguiendo al criminal hasta que este se metió en un callejón sin salida. El criminal busco a por una salida viendo a sus alrededores. Se dio la vuelta para mirar a la policía que iba entrando por el pasillo. Ella sacó su pistola ahora apuntándole.

-En serio, viejo, no le querías pagar a la tienda después de descaradamente pedir más comida que un banquete de millonarios ¿Quieres añadir una bala a la pierna a tu menu o ya vas a dejar de huir de la policía?

Un Poco Monstruoso 3• MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora