Un Poco Monstruoso 3• MewGulf

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Mew toca el piano suavemente. En un ritmo pegajoso que consiste de un alto seguido de dos bajos. El primer bajo con un tono más fuerte al segundo, que es borde pero ligero. Hasta que toca unas teclas finas pero lentas.

—I know you, inside and out. (Te conozco por dentro y por fuera.) — Mew comienza a cantar en un tono suave mientras gira la mirada hacia su novio que le comparte la mirada todo anonado. —Yes, I know you. (Sí, te conozco.) We met in my dreams. (Nos conocimos en mis sueños.)

Lo siguiente es completamente en inglés pero Gulf lo entiende completamente.

—No me puedes engañar, tu corazón es demasiado ama~ ¡ble! ... Piensas que eres un monstruo. No has de... saber.

Mew canta ahora tocando unas teclas en alto que logran sonar similares a los de tambores. Los toca y toca. Más fuertes que los del principio pero sin perder el ritmo de la canción.

—Mi corazón es tan negro como puede ser. Tu corazón es más: brilla~nte que el sol.

Mew sigue cantando.

Mild llega a su casa quitándose las botas en la entrada con su cabello todo despeinado.

—Amor~, hoy fue un día muy largo.— Ella dice con mucho cansancio. —No te creerás lo que  sucedió.

Pero para cuando ella llega a la sala, encuentra esta completamente vacía.

—¿Zee?— Ella pregunta a por su novio. —Se supone que iba a cuidar de los niños... ¿Dónde está?

Ella pregunta al dirigirse a la cocina. Ve una nota encima de la mesa. La toma para ver lo que hay escrito.

Fui con los niños a un evento especial en una iglesia. Te lo explico todo cuando vuelva ~

Zee.

La nota decía. Mild frunce el ceño sabiendo que su novio no es para nada religioso pero de igual manera deja la nota en la mesa. Recibe una llamada y saca su teléfono de uno de sus bolsillos para mirar a la pantalla.

Lugar de Trabajo

Es el nombre del contacto. Ella traga hondo. Deben estar llamándola por unos resultados que ella pidió en secreto. Acepto la llamada poniendo su teléfono en uno de sus oídos.

—Srta. Suppasit, sabemos que hoy fue su día libre pero usted se hizo unas pruebas de infertilidad y lamentamos decirle que por los resultados de su hormona folículoestimulante se determina que usted es infertil.

Mild entreabre sus labios. Ella permanece en estado de shock unos segundos.

—O-- ¿Ósea que no podré tener hijos?

—Hay poca posibilidad pero no lo deje de intentar.

La mujer sugiere.

—G--Gracias.— Mild cuelga para ponerse de cuclillas toda temblorosa encogiéndose como si fuese una niña para llorar. Llora, llora, sin nadie que la consuele. Esta era la faceta que difícilmente le mostraba a las personas. Esta era la faceta que siempre conocía durante toda su niñez hasta que tuvo en manos al bebé de su hermana. Luego al novio de su sobrino, y a su novio.