Antes ser mercenario y amante era muy simple. Ahora con dos bebés todo es más complicado y Gulf se verá enfrentando muchas dificultades de algo tan nuevo como el mundo conyugal e el mundo de la familia. ¿Puede ser mercenario y padre e esposo a la ve...
Al siguiente día, un auto iba a toda velocidad. Corriendo de lo más veloz e ilegal posible. Con cuidado de no estrellar el auto. Derrapando sus gomas dejando las líneas de este por toda la carretera húmeda.
El auto era un lindo Lamborghini Huracán.
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Se detuvo al frente de una clínica psiquiatra con un raspón de gomas. Los guardias en los escalones de enfrente miraron al auto con el ceño fruncido.
La puerta del auto por el lado del conductor se abre y del auto sale Gulf, vistiendo una chaqueta de cuero negra sobre una camisa negra con pantalones negros e botas negras.
-Hola, oficiales.- Gulf les sonríe mientras rodea el auto. -Soy de la policía. Necesito un favor.
Él abre la puerta del lado pasajero y se revela que a pesar de toda la apariencia cool del auto y el guille de correr el rápido en velocidad no llevaba una canción cool. Llevaba una canción de bebes: Baby Shark.
Los oficiales cambiaron sus rostros a expresiones de: «¿Está hablando en serio?» mientras que Mew estaba sentado ahí asintiendo la cabeza al ritmo de la canción cantando por los bebés que estaban tocando la radio con curiosidad. Mew tenía una sonrisita de lo más linda.
-Necesitamos entrar ahí. Según he investigado, hay un asesino que sale de las clínicas psiquiatras después de matar personas. Necesito detenerlo.
Gulf les pide.
-¿Entrarás con los niños y ese chico de allí?
-Mi esposo.- Gulf corrige entre dientes ya que está harto de que no lo vean como su pareja sólo porque sea autista. Carraspea después de ese sólo segundo en el que sintió que por poco sacaría su monstruo interior. -Sin o con mi familia, ¿puedo entrar?
Los oficiales se miran entre sí antes de volver a mirarlo.
💫
Gulf no tarda mucho en ser un "paciente" de la clínica, pasando por los pasillos chupando una paleta de corazón roja caminando en su traje de paciente que era blanco de círculos azules.
Todos los pacientes lo miraban raro o se ocultaban o murmuraban cosas a sus amigos imaginarios. Gulf les sonreía igual. Eso los espantaba y salían corriendo. Con un fingido rostro de lastima, se retiro hacia la sala del lugar dónde muchos jugaban en sus mesas con cartas o chismeaban. En una peculiar mesa estaba el hombre que Gulf debía capturar.
