Mild estaba sentada en la cama con una pierna sobre la otra vistiendo nada más que un trajecito íntimo negro. Había terminado de hacer el amor con Zee. Este se encontraba dormido en la cama desnudo pero con la sábana cubriendo de su regazo para abajo.
Él abre un ojito al no sentirla durmiendo a su lado. La ve, sentada en el borde de la cama, cabizbaja. Eso era extraño en ella. Solamente sucedía cuando estaba muy estresada o preocupada.
Zee se sienta en la cama para abrazarla desde atrás. Mild se exalta en su sitio pero sonríe.
-Amor, ¿te ocurre algo?- Zee pregunta acariciándole el cabello y moviendo su cabello a su hombro izquierdo con leves caricias entre sí.
-Sí, me sucede algo.- Mild dice. Ella parpadea varias veces ocultando su labio inferior bajo sus dientes superiores mientras mira a su novio.
-¿En serio? ¿Qué sucede?- Zee pregunta verdaderamente asustado.
-¡Me gusta cuando me acaricias el cabello!- Ella ríe tomándolo de los cachetes con una gran sonrisa por lo que Zee ríe sujetando las pequeñas manos de su novia que sujetan sus cachetes.
«Es increíble como esta mujer tan pequeña puede aplastar mis cachetes con su sola fuerza. Es tan hermosa.»
Zee piensa mientras se enfoca en ella. Ese rostro hermoso está frente a sus ojos, a todo color, y a viva imagen. Ella ríe.
-¿Qué pensaste que sería?
Ella pregunta por suma curiosidad pero es para ver si su novio contesta: "Creí que estarías embarazada". Ella quiere escuchar esa contestación. La quiere para afligirse. Para sentirse dolida. Es como si fuese una droga de dolor que quiere consumir.
-Pensé que estarías,- Zee va hablando y Mild torna sus expresiones en una de miedo creyendo saber lo que su novio va a decir. Que le va a dar su dosis de dolor. -enferma o algo así.
La contestación de su novio es totalmente diferente. Mild suspira. Parece de alivio. Ella vuelve a parpadear demasiado de nuevo mientras bufa una triste risa.
-Soy dura de enfermar.- Mild bromea fingiendo fuertes músculos en sus brazos al ella posar como los fisiculturistas tratando de crear bíceps. Zee ríe.
-Vaya. Mi mujer tiene músculos más grandes que esta cama.
-Oye, ¿te estás burlando de mí?- Mild ahora pregunta fingiendo un rostro de matona mientras baja sus brazos a los lados de su pequeño cuerpo otra vez.
-Nop.- Él sonríe con sus labios, yendo a sujetar los lados de la cabeza de Mild. -Porque la fuerza de mi mujer proviene de aquí. Ella no necesita ser gigante, porque su corazón es más grande que un océano.- Zee mueve sus manos al pecho de su mujer. Ella va sonriendo poco a poco. Con sus labios. -Y es con estas manos, ella ayuda a las personas que requieren de eso.
Zee toma las manitas de su novia acercándolas a sus labios para darle un besito a las muñecas que él mismo unió. Mild se le queda viendo con una sonrisa.
-Zee... Tal vez odies lo que te voy a decir. Pero he estado reuniendo valor. Mucho valor.- Mild se explica bajando las manos de su novio. -Y... No creo que te guste esto pero... Me hice una prueba a ver cómo estaban mis células, todo. Pero me lleve la sorpresa de que soy infértil.
Ella sonríe ante lo último con un sabor amargo en su lengua incluso si las palabras no tienen sabor. Zee se le queda viendo.
-Entenderé si no quieras a una mujer que no pueda concebir hijos. Trataré de no reclamarte aunque somos algo muy especial. Algo que amo con todo mi ser.
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Un Poco Monstruoso 3• MewGulf
RomansaAntes ser mercenario y amante era muy simple. Ahora con dos bebés todo es más complicado y Gulf se verá enfrentando muchas dificultades de algo tan nuevo como el mundo conyugal e el mundo de la familia. ¿Puede ser mercenario y padre e esposo a la ve...