La explicación de mi padre para no estar aquella mañana en la casa de mi tía y haberse ido tan temprano era que supuestamente lo habían llamado de la sede de Lexon en Nueva York para hablar una serie de temas respecto al desarrollo de Lexon en Seattle y como estaba evolucionando la situación en la nueva sede. A mi me sonaba bastante extraña su historia, pero mi madre por su parte decidió creerle sin dudar ni un segundo, debía reconocer que a veces era demasiado confiada, y bajo mi punto de vista, eso podía llegar a ser un gran error que podría acarrearle consecuencias. Yo, no obstante, decidí desconfiar de él y mantenerme alerta en todo momento para poder realizar las investigaciones pertinentes, desde luego mi padre llevaba meses ocultando algo, y no me apetecía que lo siguiera haciendo, iba a descubrir que era aquello que ocultaba.
Casi una semana más tarde, cuando ya había pasado el día de Navidad y nos habíamos dado nuestros regalos, mi padre volvió a irse con la misma excusa, que debía ir a Lexon para hablar de unos temas, mi madre asintió sin problemas, pero Riley y yo nos miramos extrañados, aquello no tenía ningún sentido, así que bajamos poco después que él, a tiempo para verle subirse a un taxi, algo que no debería parecer demasiado sospechoso de primeras, pero de lo que decidí desconfiar de todos modos.
Riley y yo decidimos coger el metro en dirección a Central Park para dar una vuelta por el parque, la chica aprovechó para comprar algo de pan antes de ir al metro, el cual usaría para dar de comer a los patos del lago de Central Park, como hacía Blair Waldorf en Gossip Girl, solo que en el caso de Blair, ella le pedía a Dorota que alimentase a los patos en su lugar, y yo no iba a ser la Dorota de Riley.
De primeras estuvimos hablando de otras cosas, le hablé a Riley de como era mi vida en Coaldale, le hablé de Mack, Niall, Theo, Brooke y Arthur. Le conté diferentes momentos que había pasado con ellos, las clases con Mackenzie, ver la lluvia de estrellas con Niall, la entrevista de Brooke y la revolución que iniciamos... a raíz de eso tuve que explicarle que trabajaba en el Velvet & Gold y como algo que había empezado siendo simplemente una actividad para incluir en mi solicitud para la universidad había acabado convirtiéndose en algo que por suerte disfrutaba muchísimo haciendo y todo se lo debía al ojiazul, quién me orientaba y enseñaba tanto como podía. Le hablé de la librería de Fred y de lo mucho que me importaba, ya que era un lugar en el que me sentía seguro y en el que podía ser yo mismo sin preocupaciones. Incluso le hablé de la fiesta en la que me emborraché tanto que acabé sumergido en la piscina y Niall tuvo que sacarme de allí, le tuve que explicar que ese día discutí con Jules porque me acababa de enterar de que se seguía acostando con Rebecca, y saber aquello me había dolido tanto como para que solo el alcohol me permitiera no pensar en el tema, y en nada en general... mi mente estaba casi en blanco, incapaz de pensar, incapaz de razonar e incapaz de tomar buenas decisiones. Lo que más me sorprendió fue que al empezar a recordar mi experiencia en la piscina, recordé que al caer no luché por salir, simplemente me dejé ir, como si no me importase la vida, como si me diese igual la delgada linea que separaba en aquel momento la vida de la muerte, una linea por la que me deslicé durante unos instantes y de la que escapé gracias a Niall. En ese momento me daba escalofríos, pero cuando ocurrió todo el tema de la piscina, parecía apenas importarme nada de eso, sólo me dejé ir, sin más.
—Quería contarte algo más —solté tras un rato de paseo— es algo a lo que no paro de darle vueltas y... —hice una pausa para tomar aire profundamente— por más que lo pienso, no soy capaz de encontrar una explicación que no vaya a destrozarme...
—Me empiezas a preocupar Froy —dijo Riley mirándome fijamente apenada.
—Poco después de que llegásemos a Coaldale, vi a mis padres discutiendo —comencé a contar yo con cierta calma— mi padre tenía una carta en la mano, y en aquel momento no pude leerla. La conseguí leer hace no mucho —solté yo suspirando— en la carta se decía que el traslado a Seattle era un traslado disciplinario por conducta inadecuada.
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Moral of the Story
JugendliteraturA veces piensas que estás enamorado, cuando simplemente estás sufriendo, confundes amor con una mera distracción de la vida que tienes, en la que no eres feliz, en la que sólo intentas sobrevivir, día a día, sin que nada importe. Y posiblemente esa...