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Ji hoon no había sido capaz de decirle algo a su amigo, se sentía frustrado y enojado por todo lo que le estaba pasando a su mejor amigo.

Ellos dos se conocieron hace más o menos 3 años, era a la última persona que taehyung consideró su mejor amigo, lo unió a su grupo junto con los otros chicos y no pudieron evitar terminar siendo todos mejores amigos. Se tenían una confianza y sabían que contarían con el uno y con el otro, por cualquier cosa.

Ji hoon fue y sigue siendo el más tímido del grupo, siempre que quería decir algo y ayudar a alguien se callaba abruptamente, por más que sus amigos le decían que no tenía que ser así porque estaban en confianza, no podía evitarlo. Taehyung le llegó a alegrarle la vida en su peor momento, siempre le veía desde lejos y quedó más sorprendido cuando lo conoció a fondo, todavía no olvidaba el día en el que taehyung le llamó su mejor amigo.

Cuando conoció a los demás se sintió plenamente feliz, era su pequeña familia que siempre estaba allí.

El mini grupito caminaba por el centro comercial, con Ji hoon pisándole los talones porque aún seguía pensando en cómo se había comportado. Estaba enojado y triste, quería ayudar a su amigo, pero no sabía que hacer exactamente.

Al momento de que todos estaban sentados en una mesa en un restaurante de comida rápida, todos en sus mundos, se acercó a Tae y con suavidad tocó su hombro, llamando la atención de su radiante amigo. Aunque por más que este fuera alguien alegre y mantuviera una sonrisa todo el día, sabía que en realidad el corazón le dolía, que estaba mal.

— Hyung, ¿podemos hablar? — Ji hoon notó que nadie le prestaba atención, así que se sentó más cerca de Taehyung para que sólo le escuchara. Su contrario le sonrió y asintió ante su pregunta.

— ¿Sucede algo malo, Ji hoon?

— No realmente, yo.... quería disculparme... no he sido un buen amigo, de verdad trato de hablar más y en serio quería ayudar a que te sientas mejor, Taehyungie.

Taehyung sonrió ante la ternura que emanaba su menor, sabía cómo era él y lo entendía, no tenía porque juzgarlo.

— Hey, con que estés aquí yo soy feliz.

— Hyung, por más que hayas sonreído todo el día, se nota lo apagado que estás. No estás bien

— Sólo estoy un poco preocupado — Respondió rápidamente.

— Lo sé y por eso quiero ser un buen amigo que te ayude a sacar toda esa tristeza. — Acarició con cariño el cabello de su mayor, viendo cómo éste cerraba los ojos ante los mimitos.

— Siempre me ayudas, todos me ayudan y por eso estoy agradecidos de tenerlos como amigos

— Está bien — Suspiró mirando sólo un momento hacia sus pies. — Sólo quiero que sepas que cuentas conmigo y no sólo conmigo, con todos en esta mesa. Si llega a ocurrir algo malo, puedes contar con nosotros porque correremos a tu rescate. Te adoramos Taehyung, gracias a ti conocí gente maravillosa y a ti, por supuesto. Me tiene mal verte así de triste, nadie de aquí quiere verte así. Así que repito palabras que te han dicho anteriormente: "Todo saldrá bien"

Los ojos de Taehyung amenizaban con llorar, su corazón bombeaba con mucha rapidez en sólo pensar en enfrentar a su padre y todo por besar a un chico que ni siquiera gustaba de él. Las palabras de su amigo le llegaron a su sensible corazón, abrazándole con fuerza aunque éste siempre le limitaba a todos que no le tocaran. Para su sorpresa, este le correspondió de la misma forma.

Finalmente el día había acabado con sus amigos, terminó por cambiar de nuevo, sintiendo un gran alivio en todo su ser cuando sólo le llegaban mensaje de sus amigos.

El día domingo pasó tranquilo, por fin podía respirar tranquilo, al final de ese día ni siquiera pensó en lo que había pasado.

Todo lo malo fue cuando llegó al colegio el día lunes, todos lo miraban y susurraban entre ellos, no lo saludaban como siempre. Quiso escapar de allí, más cuando su padre que iba caminando detrás de él miraba a todos frunciendo el ceño.

— Taehyung, ¿hay algo que quieras contarme?

— N-no papá. — Se mordió la lengua cuando ésta tembló al hablarle. — Digo, no señor.

— Bien, entonces. Ten buen día.

El más alto se retiró para irse a su oficina, dejando a Taehyung suspirar tranquilo, aunque no lo suficiente porque comenzó a escuchar algunos chillidos mientras se acercaba a su casillero, eran los mismos chillidos que hacían cuando él pasaba.

— Taehyung. — Sintió su cuerpo temblar por completo, era lo que menos quería en el mundo, no quería estar cerca de él, no quería escucharle, no quería nada relacionado a esa persona porque no le gustaba como su cuerpo reaccionaba al gran Jeon Jungkook.

— Taehyung — Llamó una vez más, recibiendo lo mismo que hace un momento: nada. — Taehyung, ¿ahora no me hablarás? yo que te extrañé todo el fin de semana...

— Yo no.

— ¿Tú no?

— No, ahora agradecería que no me hables, no sabes cómo la pase.

— ¿Algo para contarme, bebé?

— Realmente no, no a ti Jeon. No somos nada, lo qué pasó esa noche fue un error, no vuelvas hablarme que no quiero problemas. — Se giró para verlo, casi perdiendo el equilibrio cuando le vio sonreír.

— ¿Un error?

— Sí.

— ¿Estás seguro, Taehyung?

— Yo... yo, sí.

— Lo acabas de dudar.

Jeon acorraló a su contrario contra los casilleros y su pecho, desde que lo vio entrar al colegio le dieron ganas de comerle la boquita a besos, lo vía tan chiquito y tenía ganas de protegerlo.

— Taehyung, lo dudaste.

Antes de que pudiera responder algo, sonó la campana haciendo que todos lo que miraban aquel escena caminaran lento hasta sus salones, no despegando la vista de estos. No querían perderse nada.

— Taehyung, no te dejaré ir hasta que no me respondas.

— ¡Jungkook no quiero problemas con mi padre, nos puede ver por la cámara y yo realmente tengo miedo de él, por favor no te me acerques porque me pones nervioso y no sé cómo llevar esto! — Habló con rapidez antes de empujar el cuerpo contrario y correr a su sala.

Jeon soltó una carcajada ante lo tierno que había sido eso, taehyung sin duda le gustaba.

¡No están permitido los homosexuales! ₍ kooktae ₎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora