Ya era el día. El magnífico y esperado día que Soo-young y yo habíamos estado anhelando tanto; la graduación. Las túnicas y los gorros eran horribles, pero mi novia y yo estábamos más que contentas usándoles. Había pasado más o menos un año y medio desde que había llegado a California, y aunque pensé que sería difícil no lo fue. Sorprendentemente, las personas con las que me crucé (amigos de Soo-young y HoSeok.) fueron muy amables conmigo, y me dieron una gran bienvenida.
La observaba maquillándose frente a su tocador, y sentía que cada segundo que pasaba con mis ojos clavados en ella, me enamoraba un poco más. Seguía sin comprender como había podido estar cuatro años lejos de ella, cuando ahora lo único que podía sentir es que si ella no estaba conmigo el aire podía llegar a faltarme. Todo en ella era simplemente perfecto, cada lunar, cada marca, cada línea y curvatura; era perfecta. La forma en que se reía y se sonrojaba levemente... Sus mejillas rosadas me ponían feliz. Me ponía feliz que me amara, y que yo le amara a ella.
— Tierra llamando a Yerin. Otra vez te has quedado embobada admirando a Soo-young.
Soo-young se rió desde su lugar. — Le pasa muchas veces. Es que soy irresistible. — canturreó.
Yo sólo rodé mis ojos. — Es muy egocéntrica.
— ¡Y tú narcisista! — dijo mirándome por el reflejo del espejo.
Negué divertida y me levanté de mi asiento para dirigirme hacia la cama, donde había dejado los zapatos que usaría. Tomé mi teléfono y lo giré para que JeongGuk pudiera verme, pues estábamos en videollamada, como varias veces hacíamos. Sólo que esta era excepcional, pues estaba a punto de graduarme de la carrera de Profesorado en Biología y Ciencias Naturales, y JeongGuk quería acompañarme por videollamada, ya que lamentablemente él no había podido venir.
Tomé los zapatos y los bajé hasta mis pies, para poder colocarmelos fácilmente, pues no eran muy apretados. Observé como Soo-young terminaba de alistarse y tomaba su bolso para meter algunas cosas, ya no la miré y continué con lo mío. JeongGuk no decía nada, sólo me miraba. Observé como mi novia tomaba sus zapatos, los cuales estaban detrás de mí, y luego se los colocaba a mi lado, quedando a la vista de JeongGuk.
— Soo-young, te ves hermosísima.
— ¡Gracias, Kookie! — dijo enternecida.
— No tienes que decirle cosas que están destinadas a que se las diga yo. — gruñí.
Él sólo se rió y se quedó hablando con mi novia mientras yo me levantaba de mi lugar y salía de la habitación en busca de HoSeok. A penas salí lo vi frente al espejo del pasillo, se notaba que él también estaba listo, pues daba vueltas mirándose en el espejo. Sólo me reí y caminé hasta donde él estaba, a su lado. También me miré en el espejo, y me gustó lo que vi.
Con el paso del tiempo, y con ayuda de Soo-young, había aprendido a aceptarme y quererme, por más duro que parecía ser. Ambas nos ayudamos a ser mejores en todo sentido, y por eso es que siempre me he alegrado de haberla conocido. Me hacía tan feliz, y no me imaginaba una vida sin ella. A veces me preguntaba que estaría haciendo yo en esos momentos si jamás la hubiera conocido, y la verdad es que jamás se me ocurrió nada. No podía y no quería imaginarme una vida sin ella, se me hacía imposible. Es sólo ella, siempre ha sido ella, desde el momento en que la conocí.
— Estás hermosa, querida.
— Tú también estás diva, Hobi.
Sonrió y luego se miró. — Tengo muchísimo calor, esta túnica es un desastre.
— Lo sé, pero sólo debemos usarla por hoy. — palmeé su hombro.
Cuando me volteé a mirar la hora me sorprendí, se nos hacía tarde para llegar temprano. Así que me separé y fui a buscar a Soo-young a la habitación, donde vi como ella aún tenía una amistosa conversación con mi amigo, y aún teníamos que llegar temprano.
ESTÁS LEYENDO
El Arte de Amar. - Sinrin. (Artes #2)
FanfictionCarta tras carta escribió a quien es su crush, y a quien llama su "verdadero amor". Se siente enamorada, siente mariposas, siente amor. Ambas se aman, pero no lo saben. ¿Puede ser que el destino las quiera juntas? © n...