Prólogo.

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Caminé por el largo pasillo del colegio, contra la marea ya que iba en dirección contraria a la mayoría de alumnos interesados en volver a clase a tiempo para no ser reprendidos.

Siempre era lo mismo de lo mismo.

Cuando el timbre del receso sonaba, todos salían apresurados de los salones, sedientos de libertad y de encontrar algún lugar donde no estar sentado con el culo aplastado, escuchando un discurso aburrido de una persona aburrida y plana en absoluto.

Yo, en cambio, me quedaba en el salón, y al menos tenía cinco minutos para escribir una nota. Una nota demasiado corta como para describir con exactitud mis sentimientos, ni como me siento. Sólo... Algo.

Anonimato. Pseudónimo. Secreto.

Jamás fui una persona expresiva, al menos no del todo... Y eso era algo que a veces me preocupaba de cierto modo, supongo. Aunque no tenía porqué preocuparme de si sería suficiente o no para ella. Me gustaba fantasear con todo el asunto de las notas, pero ella no tenía porqué enterarse de que era yo quien siempre le escribía.

Y con pensar en eso me bastaba.

Al terminar mi nota, sólo me la metía en el bolsillo y meditaba en silencio dentro del salón tranquilo. Siempre sabía que debía estar muy segura de que ella ya hubiera entrado a su salón antes de llegar a su casillero. Porque... si ella me viera un día me moriría de la vergüenza.

Han pasado algunos meses desde que comencé a dejar notas, y ella jamás se interesó en saber quien soy, o simplemente quedarse a esperar en su casillero a que yo llegara. Simplemente... quizá ella no quería enterarse de quien era yo.

Aunque realmente no importaba.

Me encontré de pie en el pasillo vacío, sin nadie a la vista. Me acerqué a paso rápido al casillero de quien ocupaba la mayoría de tiempo mis pensamientos. Esto ya era costumbre.

Observé al rededor, esperando que no hubiera nadie que pudiera verme haciendo aquello. Y cuando estuve segura, deposité la nota sobre el casillero, para luego correr a mi salón para clases.

Querida EunBi:
Hoy mis pensamientos han estado un poco bloqueados, y he pensado en tí. Espero que hoy te encuentres muy bien, no me gustaría que algo malo ocupe tus pensamientos y no te deje lucir esa hermosa sonrisa que tanto admiro. ¿Algún día podrás responder alguna de mis cartas? No lo sé, no creo que algún día esté lista para decirte quien soy. Lo siento, sólo venía a decir que te he visto a la entrada, y luces más esplendida que ayer.

Apuesto a que mañana te verás mejor que hoy. Ten un lindo día.

Tuya, Y.

El Arte de Amar. - Sinrin. (Artes #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora