Sueño de Afrodita

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Zenitsu pov.

Las estrellas que puedo observar desde la ventana esta noche poseen una luz diferente si presto mayor atención una luz plateada adornada de chispas dorada las envuelve destacando su luminiscencia junto algunas estrellas fugases que se juntan para adornar la oscura atmosfera.

Hace unas horas que el recital acabo junto a la presentación en conjunto con la orquesta sé que fue arriesgado el haber tocado la pieza musical más polémica que pude crear "El ángel del placer" una erótica sonata musical infundida a la exaltación de la feminidad pero también a la exquisita sensación del placer sexual que provoca el toque de un ser amado.

Esta sonata la cree únicamente para Narumi siendo mi musa inspiradora cada letra y acorde musical fue dedicado solo para ella el nombre que escogí fue exactamente lo que Narumi era ante mis ojos "Mi ángel del placer" sin importar cuantas tonterías salieran de mi boca o lo incongruente de mis acciones ella siempre me perdonaba para después otorgarle a mi cuerpo el mayor de los placeres.

Cuan baja era mi confianza para creer que Narumi-chan podría engañarme o fijarse en otro hombre.

Muy baja.

Tenía mis razones y el haber sufrido anteriormente una pena tras otra me habían hecho demasiado desconfiado sé que exagere al celarla con esa actitud maniaca pero ella me importaba demasiado "Narumi-chan es solo mía" palabras que no dejaron de resonar en mi cabeza queriendo acabar con cualquier posible pretendiente que tuviera pero me costó caro ya que no acepto mis excesivos celos y termine despertando su ira.

Me encontraba con mis brazos atrás de mi cabeza con ella recostada en mi pecho disfrutando de su tibio calor corporal y el aroma a postre de cerezas que expelía su cuerpo junto a una tenue sonrisa en sus labios no evite sonreír mientras apartaba algunos mechones de cabello dispersos en su frente.

Narumi cumplió la promesa que me hizo en mi camerino al terminar el recital cuando llegamos a nuestro departamento ella se me abalanzo con tal ímpetu como si se tratara de un poderoso instinto incapaz de controlar que me tumbo al piso y procuro deshacerse de mi ropa en unos segundos para comenzar a mostrarme todos los nuevos trucos sexuales que había aprendido.

Magnifico.

Ella era magnifica.

Suspire satisfecho posando mi vista de nuevo en la ventana contemplando el cielo estrellado todo estaba en completo silencio por lo cual tanto mi respiración como la de Narumi-chan se escuchaba a la perfección, el reloj encima de mi mesa de noche marcaba las 3:00 am el tiempo había pasado demasiado deprisa.

Ya era la mañana de lunes y mi Narumi-chan volvería a trabajar al restaurante la conocía muy bien para saber que retomaría sus responsabilidades como jefa fue un detalle preciado para mí que decidiera tomarse toda la semana libre para estar a mi lado y compartir gratos recuerdos conmigo ( sobre todo placenteros)

Ella me ama tal y como soy.

Mi corazón comenzó a palpitar al recordar esa oración que me dijo entre líneas al dejarme en claro mis defectos y debilidades estaba molesta pero aun así no me dijo esas palabras para insultarme o herirme fue todo lo contrario ella amaba esa fase incongruente de mi personalidad con igual pasión.

Eres perfectamente imperfecto y representas la belleza de la naturaleza humana.

Esas palabras llenas de devoción y poesía me dejaron sin aliento.

Narumi-chan es fascinante y poética sin lugar a dudas mi tipo de mujer ideal.

Me pregunte si las delicadas sinfonías de su hermosa caja musical interna tendrían algún fin pero cuando estaba seguro de conocer el acorde principal ella siempre me sorprendía con una nueva melodía y me dejaba ansioso de seguir escuchando cada vez más.

El violinistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora