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Una vez que estacione mi auto, entre a esta peculiar tienda. No entiendo como mis padres están muy obsesionados con ella, pero da igual, algunas veces encuentras cosas lindas. La señora Daniels se encontraba limpiando unas piezas cerca del mostrador, el hermano de Blake también se encontraba ayudando un poco. Busque con la mirada a aquel hombre de cabellos largos, pero me sentí como tonta, tal vez esté en su trabajo.

–      Señora Daniels, ¿Cómo esta?

–      Peyton – me sonrió – Muy bien ¿Y tú? Por aquí anda tu amigo Chris.

–      También bien – le mostré una sonrisa cálida – Si, ya sabe, Chris es fanático de las cosas antiguas.

–      Lo creo, nos ha comprado muchas cosas hoy – habló Lance, el hermano de Blake.

–      Me lo imaginó, mi padre me dijo que había encargado unos cuadros ¿Los tiene?

–      Así es querida, ahorita mismo le digo a Blake que te ayudé a llevarlos al auto – me tense – ¿Si traes auto, cierto?

–      Si, no se preocupe – sonreí algo nerviosa al ver a Blake saliendo de la bodega que está detrás del mostrador. Seguía portando su traje negro sin el saco.

–      Hijo antes de que te vayas ¿Puedes ayudar a Peyton a llevar estos cuadros a su auto? Por favor.

–      Claro – sonrió con ironía, solo yo lo capte.

–      Iré a buscar a Chris ¿Me esperas un segundo? – le sonreí exageradamente al chico guapo.

–      No tardes  – replicó molesto.

La historia es sencilla, gracias a mi padre conocí a su familia. Ellos me tratan bien y son muy amables conmigo, solo que a su hijo le falta esa educación, ¿Pero a quien engaño? Soy igual a él. Fui directo a la sección de piezas de decoración, Chris esta obsesionado con ellas y lo mas seguro es que este ahí. Y no me equivocaba, mi querido amigo inspeccionaba un jarrón muy feo.

–      No puedo creer que tengas una obsesión con estas cosas – Chris dio un brinco del susto.

–      Mujer has ruido la primera vez.– tocó su pecho.

–      Yo siempre hago ruido – le guiñe el ojo, mi comentario era de doble sentido.

–      Quisiera comprobarlo – la voz de Blake se escuchó a mis espaldas. – sentí un escalofrío.

–      Por favor, chicos – rodó los ojos Chris – ¿Saben que pueden conseguir habitaciones para hacer sus cositas?

–      Te encanta meterte a las conversaciones ajenas Daniels – reproche – ¿Por qué mejor no llevas mis cuadros a mi auto?

–      ¿Crees que soy tu sirviente?

–      Heather lo pidió y ella es la jefa ¿No? – sonreí fingiendo inocencia.

–      Ya dejen de pelear por favor – sonó irritado – Han pasado dos años desde que se conocieron y siguen igual. – dejó el jarrón en su lugar – Al parecer toda la eternidad seguirán ignorando los sentimientos que sienten el uno por el otro.

–      ¿Qué dices imbécil? – nuestras voces sonaron al mismo tiempo y claramente ofendidos.

–      Ay por favor, chicos – sonrió Chris – Yo me doy cuenta cuando dos personas se quieren, pero tratan de negarlo al estarse insultando y evadiéndose, tengo un sexto sentido.

Las cosas cambian (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora